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Una universidad propone cinco estrategias para que los empleados comuniquen correctamente sus críticas, para que sus sugerencias sean tenidas en cuenta
24/08/2016 - 12:10hs

Quejarse, en general, está mal visto, sobre todo en los ámbitos laborales. Ser catalogado dentro del grupo de los "empleados conflictivos" puede tener serias consecuencias para la carrera profesional de una persona.  

Sin embargo, protestar en el trabajo puede convertirse en un éxito profesional. Así lo indica una reciente investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). 

Una serie de investigadoras de esta región europea asegura que lo importante es "cómo" quejarse, de manera de no parecer un quejumbroso crónico. 

"Si tu queja se debe a que intentás mejorar tu productividad o la de tu empresa, es probable que, si sabés plantearla, sea bien recibida", aseguró Eva Rimbau, profesora de Economía y Empresa de la UOC.

"El trabajador debe ser asertivo si quiere que sus quejas se tengan en cuenta", explicó por su parte Gina Aran, profesora del máster de Dirección y gestión de recursos humanos de la UOC.

El problema es cómo se realiza la queja. Para la empresa, puede ser un indicador de que hay algo que no funciona bien, y en este sentido podría ser útil pero también conflictivo.

A través de un comunicado, desde UOC recomiendan practicar la "queja sana", que permite "hacer observaciones u sugerencias que pueden ser bienvenidas".

Las mismas deberían centrarse en hechos perjudiciales para la productividad y mostrar en todo momento una actitud profesional.

"Si se dan todos estos factores, es difícil que se desarrolle un conflicto", señaló Rimbau.

Las expertas propusieron entonces cinco estrategias para gestionar y comunicar correctamente las quejas.

1. Buscar el mejor momento
Lo ideal en estos casos es concertar una hora de encuentro o de entrega.
2. FormatoHacer la queja por escrito reduce el componente emocional y la convierte en más objetiva y comprensible.

3. Mantener el autocontrolSi se comunica en persona este mensaje, es mejor pensar en la situación como algo que hay que cambiar y no como una agresión o un ataque a los demás.

4. Productividad primeroDescribir la situación y las consecuencias negativas que ocasiona y, de rebote, provoca también al equipo y a la empresa.

5. SolucionesProponer alternativas de solución, sin exigir y procurando empatizar.

"Si la sugerencia cae en saco roto, no hay que insistir más. Se puede correr el riesgo de ser considerado conflictivo", alertó Rimbau.

Las quejas que son aceptables son aquellas que "reclaman algo derivado de un acuerdo roto o de un compromiso", añadió.

Quiénes son los empleados quejumbrosos

Según Aran, hay varios tipos de empleados "gruñones". Uno es el de aquellos que se convierten en "quejosos crónicos". 

Éstos "comunican sus quejas de modo que alteran el clima laboral y la capacidad de concentración del resto de trabajadores, y eso afecta a la productividad", aseguró la investigadora.

Lo hacen de modo que cualquier cosa es susceptible de crítica y buscan aliados. "Se quejan de forma reiterada y eso se convierte en un hábito", destacó.

Otro tipo de conducta es el de típico "yo crítico"; aquel que lo critica todo, que se queja y que siempre está disconforme.

A diferencia del anterior, aseguran las investigadoras que "es un perfil completamente reconducible", y hay que implicarlo en un proyecto del que pueda ser responsable.

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