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La estrategia de la nueva CGT: moyanismo habló de "conflicto", pero su lí­der fue comer milanesas a Olivos

Amenaza de "conflicto", milanesas en Olivos y partido de fútbol: Moyano mostró estrategia light de nueva CGT
25/08/2016 - 13:02hs
La estrategia de la nueva CGT: moyanismo habló de "conflicto", pero su lí­der fue comer milanesas a Olivos

Hugo Moyano mostró sus cartas el miércoles y adelantó cómo será la relación de la nueva CGT reunificada con el gobierno de Mauricio Macri. Discursos duros y acciones blandas.

Mientras dos de sus hombres de confianza, Juan Carlos Schmid y Jorge Sola, pronosticaban un "horizonte de conflicto" para el segundo semestre del año y advertían que "van a llegar medidas de fuerza, más temprano que tarde", el ahora retirado líder de la CGT Azopardo comía milanesas y jugaba al fútbol con el mandatario en la Quinta de Olivos.

"Nos debíamos este almuerzo", confesó el camionero al llegar a la residencia presidencial y darle un fuerte abrazo al jefe de Estado.

"Después de 12 años en la CGT quiero empezar una nueva etapa y darle paso a las nuevas generaciones. Me quiero dedicar a los míos".

El líder del PRO lo felicitó: "Qué bueno que quieras volver a la vida normal".

El encuentro, que duró una hora y media, estaba programado desde hacía dos meses. "Fue la charla más humana que han tenido", se contaban desde Cambiemos.

De esta manera, Moyano se adelantó a sus socios en la nueva CGT -Antonio Caló y Luis Barrionuevo- garantizándose el centro de la escena.

El lunes la central obrera se unificó después de ocho años de divorcio. Lo hizo bajo la conducción de un triunvirato que representa a los tres sectores. 

Este nuevo cuerpo colegiado está encabezado por Juan Carlos Schmid del sindicato de portuarios que proviene de las filas de Moyano; Héctor Daer, de Sanidad, que hoy milita en el massismo y representa a la vertiente de la CGT de Caló;  y Carlos Acuña, de estacioneros, también del Frente Renovador y aliado histórico del gastronómico Barrionuevo.

Allí coincidieron en un documento con cuestionamientos al Gobierno, pero dilataron una medida de fuerza como vienen reclamando algunos gremios. El que más enérgicamente lo hace es Sergio Palazzo, el titular de bancarios. El sindicalista de origen radical quizo ser parte de la nueva conducción, pero no lo dejaron y pegó el portazo.

Lo que sí hubo el lunes, fueron advertencias por el empleo, la inflación, la suba de las tarifas y la apertura de las importaciones.

Sin embargo, rechazaron de plano -por ahora- la convocatoria a un paro general, y hubo un compromiso de "sostener" al Gobierno.

"No se trata de que nos impongan una medida de fuerza. Hay que hacer recapacitar al Gobierno. Antes de cualquier medida, la CGT le presentará el Gobierno un programa y se esperará una respuesta", había dicho Daer.

El miércoles, un día después de que el INDEC revelara que el desempleo aumentó a 9,3%, Schmid señaló que hay "5 millones de personas con problemas de empleo estructural".

"Me da la impresión de que no va a ser resuelto rápidamente", lamentó y remarcó que no tiene "el optimismo que tiene el Ejecutivo".

Más duro fue el el secretario de Prensa de la CGT, el también moyanista Jorge Sola.

"En los últimos meses se destruyó el empleo", aseveró y sostuvo que en varias regiones "los problemas" en ese índice "superan los dos dígitos".

En tanto, dijo que los "beneficiarios de un plan social no son trabajadores ocupados" y agregó que en los municipios dan "trabajo basura".

"El reclamo directo está en nuestra agenda", remarcó.

"Las medidas de fuerza, más temprano que tarde, van a llegar", enfatizó.

Pero esas amenazas quedaron diluidas tras la muestra de amistad entre Moyano y Macri en la Quinta de Olivos al mediodía.

En Cambiemos aún le agradecen al camionero los servicios prestados en la campaña presidencial. Acompañó a Macri en un acto en homenaje a Juan Domingo Perón y, en la balotaje, llamó a no votar por el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, un apoyo que muchos consideran un abrazo de oso.

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