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Estamos mal, ¿vamos bien o iremos peor?: Macri dará su veredicto tras la pelea entre Prat Gay y Sturzenegger
31/08/2016 - 12:19hs

Chocaron en el verano. Volvieron a confrontar en el otoño. Y tuvieron su tercer round a poco menos de un mes del fin del invierno.

Alfonso Prat Gay y Federico Sturzenegger -ya no caben dudas- tienen diagnósticos diferentes sobre la marcha de la economía y, sobre todo, de las distintas necesidades políticas.

El titular del BCRA salió al cruce del ministro de Hacienda apenas 24 horas después de que este afirmara que "la inflación ya no es un tema".

En la mañana del lunes, Prat Gay había resaltado que el índice de agosto estaría "por debajo" del 1%, cifra a la que habría que descontarle 0,7% por la marcha atrás de las tarifas, decidida por la Corte Suprema.

"Es la inflación más baja de los últimos diez años", festejó el ministro. Sin embargo, la buena onda duró poco.

"La significativa desaceleración que mostrará agosto no provee los elementos suficientes para que pueda concluirse que sea conveniente relajar la política monetaria que viene llevando adelante el BCRA", destacó Sturzenegger.

"Un proceso de desinflación persistente necesita de varios meses para consolidarse como tal", concluyó, marcando así un claro contraste con los dichos del titular de Hacienda.

Las diferencias entre ambos funcionarios no son nuevas. Para peor, se fueron ampliando en las últimas semanas.

Tanto, que Prat Gay y Sturzenegger protagonizaron una fuerte discusión a inicios de la semana pasada en el amplio despacho del jefe del Banco Central.

El ministro le reclamó una rebaja de las tasas de interés a un ritmo más acelerado, con el objetivo de empujar a la actividad económica hacia una salida de la recesión.

Sin embargo, fiel a su férrea posición académica, el mandamás del BCRA se resiste a abaratar el costo del dinero al ritmo que le reclama su colega hasta tanto no se certifique que la inflación está cayendo de manera sostenida.

Para Prat Gay, un tipo de cambio planchado como el actual es el verdadero reaseguro de una contención en los precios.

Enfocado en que el proceso de suba del índice ya pasó su etapa más vertiginosa, el titular de Hacienda prefiere centrarse en la necesidad de que la actividad económica reaccione.

Los últimos datos de desempleo -que evidenciaron un salto al 9,3%- terminaron por convencerlo de que ahora resulta más prioritario lograr un repunte del nivel de actividad que una fuerte desaceleración del índice.

Por otra parte, el ministro tiene la necesidad política de demostrar rápidamente que se ha logrado derrotar la fuerte suba de precios.

No por nada, su frase de que "la inflación ya no es un tema" surgió cuando le preguntaron sobre la posibilidad de una reapertura de las paritarias.

En ese contexto, Prat Gay sostuvo que hasta hace dos meses podía aceptar esa discusión, pero que la misma perdió sentido luego de la fuerte desaceleración del índice.

Por fuera del debate sobre la pérdida de poder de compra de los salarios, lo que está claro es que el ministro tiene la necesidad de dar una vuelta de hoja sobre esa cuestión.

En la otra vereda, Sturzenegger también juega su partido en la política económica. Quiere que en el proyecto de Presupuesto 2017 se incluya una banda inflacionaria de entre 12% y 17%.

Además, entiende que la única forma de llegar a ese objetivo es cuidando que las tasas no desciendan de manera significativa.

A media tarde del martes, el Banco Central determinó una nueva rebaja del tipo de interés de apenas medio punto para las Lebac de corto plazo, que quedó en el 28,25% anual.

Obviamente no es una señal que haya conformado a Prat Gay, ya que cuando hace referencia a un valor más bajo apunta a una caída de cuatro o cinco puntos adicionales.

Miguel Bein, ex asesor de Daniel Scioli en la última campaña -hoy día transformado en el consultor de la city más optimista- ya advirtió: "A la economía le sobran cinco puntos de tasa".

Precisamente, ese es el mismo diagnóstico que tiene Prat Gay.

¿Quién tiene la razón? Prat Gay y Sturzenegger vienen peleándose desde el verano, casi desde que ambos fueran designados en sus puestos.

Tienen una visión diferente sobre la política económica. Y esto no sólo es cuestión de enunciados, sino que hay contradicciones en el timming para tomar las medidas y, como ya se dijo, en las necesidades políticas de ambos.

Los datos preliminares de este mes marcan, en efecto, que la suba de precios se ha desacelerado. Tal es así que los economistas independientes vienen hablando de "desinflación".

En la mañana del lunes, Prat Gay dijo que el IPC de agosto se ubicará "por debajo del 1%". E, incluso, que a ese dato habría que restarle el 0,7% por la rebaja de las tarifas.

Sin embargo, la contradicción con su colega del BCRA no es puntualmente por lo que ocurrió este mes sino, más bien, por la dinámica.

Ante el cruce de afirmaciones, surge la pregunta sobre qué tan cierto es que la inflación haya dejado de ser un problema.

En principio, tal aseveración no es compartida por las principales consultoras que a diario pulsan la evolución de los precios en supermercados y comercios minoristas.

FyE Consult, con datos de Price Stats, una de las "medidoras" que mira Sturzenegger, destaca en su último reporte que, lejos de bajar, está incrementándose.

Su director, el economista Hernán Hirsch, brindó un pormenorizado reporte de lo sucedido en las últimas cuatro semanas:

-A comienzos de agosto, el IPC tocó un mínimo del 1%

-Luego, en el lapso del 11 al 18 de ese mes, subió al 1,7%

-A las semana siguiente (18 al 25) se ubicó incluso más arriba (1,8%)

No es el único que observa esa tendencia. En Elypsis, consultora que mide 300.000 precios en las góndolas de los supermercados, hacen referencia a:

-Una inflación del 1,2% en las últimas cuatro semanas

-En tanto, en la previa a ese lapso, había sido menor (0,9%)

Para septiembre, el pan envasado subirá alrededor de un 10%. También se incrementarán las pastas (6%) y los productos lácteos cerca de un 5%.

En otras palabras, lo que están observando estas medidoras es algo que también Sturzenegger advirtió.

Concretamente, que si bien la evolución de los precios resulta menos angustiante, la dinámica inflacionaria está lejos de "haber dejado de ser un problema".

"Los indicadores empezaron a darse vuelta, sobre todo en los alimentos", afirma Hirsch a iProfesional.

"De hecho, uno de los principales fabricantes de galletitas y golosinas ya anunció incrementos en sus productos del 8% en promedio para la semana que viene", ejemplifica.

En la misma línea, Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, remarca a este medio: "El problema de la inflación no estará solucionado en los próximos meses".

Además, da cuenta de un dato clave: "Los precios con comportamiento más estable -e incluso a la baja- son aquellos que dependen del dólar, como los televisores, microondas, heladeras o el sector automotor".

Del mismo modo que su colega Hirsch, Zelpo también anticipa que los alimentos vienen experimentando alzas -al igual que el rubro bebidas- de hasta 5%".

"Este mes se van a cumplir las expectativas de Prat Gay, pero después no", sentencia.

¿Qué rubros han contribuido a moderar el proceso inflacionario? El de la carne y el de los combustibles, junto con la anunciada rebaja forzosa de las tarifas eléctricas y gasíferas.

La consultora Dujovne & Asociados se suma a quienes sostienen, al igual que Sturzenegger, que a los precios hay que seguir dándole pelea para mantenerlos a raya.

De hecho, calcula un IPC de 1,5% para agosto al que habría que descontarle 0,8% por la tarifa del gas.

Además, hace referencia a un índice que se ubicará entre 1,5% y 1,7% para el resto del año.

En este marco, una fuente del BCRA grafica a iProfesional: "Es claro que la inflación sigue siendo un problema. Y grande. Si no lo fuera, la tasa de interés bajaría sin importarnos al salto del tipo de cambio".

"Sin embargo, todos sabemos que no es así, que si el dólar sube la inflación se recalienta. Ya lo vimos en febrero", completa. 

Señales confusas

"¿Quién manda sobre la política económica? ¿Prat Gay? ¿Sturzenegger? ¿Los ministros coordinadores?".

Estas preguntas rebotan en las oficinas céntricas en las que opera un fondo de inversión de origen estadounidense con inserción global.

A esta altura del año, la administración Macri no ha logrado desentrañar esa lógica, para así darle respuesta a los inversores de mediano y largo plazo, que son los que necesita la economía para consolidarse.

Lo que al principio de la gestión lucían como cruces naturales propios del inicio, ahora aparecen como contradicciones en el nivel de decisiones más alto de la función pública.

Sin señales claras, se sabe, difícil será convencer a los inversores, al menos mientras la actividad económica no dé muestras de recuperación.

En principio, a ojos de ellos lo que resulta no es que existe una puja natural entre un Banco Central independiente y el poder político.

Sturzenegger está identificado con una carrera pegada a la de Mauricio Macri. De hecho, fue uno de sus hombres de mayor confianza en el Congreso.

"Si Macri es el que decide, ¿cuál es la línea de política económica? ¿Es la que envía Prat Gay o la que confronta Sturzenegger?", se pregunta un inversor de un fondo institucional, sin obtener respuestas de sus asesores que le brinden algo de claridad.

Esto, en un contexto en el que la discusión oficial pasa por decidir a qué darle mayor prioridad, si a resolver la inflación o a que la economía empiece a crecer.

Y no son pocos los que ya comienzan a plantear otros interrogantes de grueso calibre: ¿Habrá otro round en la primavera? ¿O Macri oficiará de árbitro y definirá antes?

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