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Los empresarios reunidos en el Foro de Inversiones y Negocios se mostraron preocupados por el poder de los sindicatos y la seguridad jurídica
15/09/2016 - 12:44hs

El Foro de Inversiones y Negocios organizado por el Gobierno de Mauricio Macri generó mucho entusiasmo, y una amplia convocatoria a 1.900 empresarios y altos ejecutivos de 67 países.

El éxito organizativo del Gobierno de Mauricio Macri era el comentario más extendido en el segundo de los tres días del encuentro, inspirado en la cumbre de Davos.

Pero los ejecutivos también aprovecharon la ocasión para plantear exigencias de cara a las inversiones que les pide hacer la gestión de Cambiemos. Y la principal, que ha dominado las dos jornadas, es la más polémica: flexibilizar el mercado laboral.

Argentina tiene los mejores salarios de Latinoamérica y los sindicatos más fuertes, muchos de los cuales ya planifican un paro general para el mes que viene contra el ajuste económico y la inflación.

Pero el mensaje quedó claro para el Gobierno, si quieren inversión "tienen que flexibilizar el mercado laboral", como resumió Bob Dudley, el consejero delegado de la petrolera británica BP, en declaraciones relevadas por El País.

Dudley, que no ocultó su entusiasmo con Macri, dibujó un escenario dramático de los anteriores 12 años. La idea que trasladan es que Argentina vuelve a la ortodoxia y al mundo de los países "pro business".

Esto significa que los gobiernos facilitan las inversiones aceptando reclamos de las empresas, que se basan casi siempre en flexibilización laboral y baja de impuestos.

Pero Dudley y otros empresarios que expusieron durante el evento en el Centro Cultural Kirchner, fueron más allá. Señaló que en "los últimos 12 años se perdió el espíritu de trabajo que siempre tuvo Argentina, hay que lograr que vuelva".

"El mundo está viendo a Macri moverse rápido y hacer muchas cosas, esto está devolviendo a Argentina al mapa del planeta. Ahora hay que lograr trabajo para todos. Esta es una población muy bien formada y este país no está tan poblado, así que no debería ser tan difícil", remató.

El director de desarrollo de Carrefour, Francis Mauger, también puso el acento en la flexibilidad laboral y sumó el proteccionismo.

"Argentina está entrando en una nueva era. Estoy muy impresionado con lo que están haciendo después de 15 años de estar fuera de la financiación internacional. Pero hay que abrir el mercado. El proteccionismo nunca ha sido la solución", afirmó.

"Cerrar el mercado no es incentivar a la industria local. La mano de obra argentina está muy bien preparada, en Carrefour tenemos más argentinos trabajando afuera que franceses en Argentina. Pero hay que disminuir las cargas sociales", presionó Mauger.

"Argentina tiene las mejores universidades de Latinoamérica y sin embargo tiene la mayor tasa de desempleo juvenil, hay que preguntarse qué está pasando ahí", remató David Herranz, responsable para Latinoamérica de Adecco, la multinacional de trabajo temporal.

El fantasma de la flexibilización laboral sobrevuela la cumbre empresarial, pero vale la pena recordar que con los sindicatos en máxima alerta, un Parlamento donde el oficialismo es minoría y una población dividida -Macri ganó en ballotage por solo tres puntos- el Presidente no tiene margen para una reforma laboral como la que hizo España.

A los empresarios que preguntaban en los pasillos del Foro por los sindicatos, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, dejó muy claro que el Gobierno va a ser muy cauteloso y no va a ir al choque.

"Estamos planteando un paradigma distinto, buscamos ámbitos de consenso con los sindicatos. El tema salarial se lleva toda la discusión porque tenés un arrastre del 700% de inflación en 15 años. Hay además convenios de hace 40 años que no contemplan los procesos productivos de hoy", afirmó en declaraciones relevadas por El País.

"Vamos a hacer una reforma tributaria. Pero el Presidente nos pide que todo lo hagamos con consenso. Los sindicatos tienen mucho poder, mucha capacidad de definición, pero también un ámbito de encuentro común. Llevará tiempo", sentenció.

Otro de los asuntos que más preocupan a los inversores es la seguridad jurídica. Para tranquilizarlos, el Gobierno organizó una mesa específica, moderada por Alberto Ruiz Gallardón, el ex ministro de Justicia español e histórico dirigente del PP.

Los máximos representantes de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, se sentaron juntos para debatir sobre la manera de cambiar la imagen de Argentina como un país imprevisible.

"Todo el mundo se pregunta si este entusiasmo es perdurable", explicó Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, que se presentó junto con la vicepresidenta Gabriela Michetti y el presidente del Congreso Emilio Monzó, como gesto de respeto a la división de poderes.

"Argentina tiene una larga tradición pendular. Cambia todo cada 10 años. Un persona de 60, 70 años no ha tenido una década tranquila. Ahora tenemos que aferrarnos a la ley, nuestra Constitución tiene unos principios claros que dan previsibilidad a los inversores", sentenció Lorenzetti.

Monzó, que viene del peronismo y ahora está con Macri, ironizó sobre la historia de su anterior grupo: "El peronismo se caracteriza por gobernar muy bien el desorden. Por eso a veces desordena todo para controlarlo. Eso hace al argentino muy creativo, para sobrevivir".

"Pero este Presidente, que es un ingeniero, busca la previsibilidad. Y con él se termina una generación que buscaba el desorden", sentenció.

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