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Luego de siete años de trabajo en Salta, el desembarco del enólogo la bodega de Luján de Cuyo se convirtió en uno de los grandes pases del año
16/09/2016 - 04:57hs

“Estoy viendo el lloro de una planta”, dice desde el otro lado del teléfono, con ese estilo relajado que ya es su marca registrada.

El “lloro” es un momento clave para la vid, porque es el primer síntoma de que despierta luego de haber reposado durante el invierno.

Mariano Quiroga Adamo habla un poco de lo importante que es la relación entre el enólogo y el ingeniero agrónomo, una dupla que tiene que tener tanta comunicación como el 10 y el 9 en un equipo de fútbol.

Pero rápidamente los pensamientos viajan a Salta, donde se desempeñó durante siete años como enólogo de El Porvenir de Cafayate, donde >> Seguí leyendo

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