En los últimos años, El Porvenir de Cafayate se constituyó, a fuerza de grandes vinos, en una de las bodegas referentes de la vitivinicultura salteña.

De la mano de sus líneas Amauta, Laborum y de su ícono El Porvenir, este establecimiento viene mostrando el "nuevo" estilo de los vinos del NOA, absolutamente bebibles y lejos de ese preconcepto según el cual un ejemplar salteño debía ser pesado, denso y excesivamente musculoso.

Tras la partida de Mariano Quiroga Adamo, quien estuvo a cargo de la enología desde octubre de 2010, la bodega encara un nuevo desafío con la incorporación de un gran conocedor del terroir de Cafayate: Francisco "Paco" Puga, quien venía trabajando en Amalaya, perteneciente al grupo Hess.

En este contexto, Vinos & Bodegas iProfesional dialogó con la directora de la bodega, Lucía Romero Marcuzzi, sobre el presente y los próximos pasos de este establecimiento que ayuda a construir, vendimia tras vendimia, la imagen de los grandes vinos del Norte Argentino.

-¿Qué características vieron en Puga a la hora de definir a su nuevo enólogo?

-Conocemos a Paco hace tiempo por su trabajo en las bodegas Colomé y Amalaya. Nos gusta mucho el estilo de vinos que elabora, creemos que son vinos modernos, complejos y atractivos. Pero, sobre todo, nos gusta que hablan del lugar de donde provienen. Estamos muy entusiasmados con su llegada a la bodega porque sentimos que compartimos la misma filosofía de trabajo y creemos que va a integrarse muy bien con el resto de nuestro equipo.

-¿La bodega continúa siendo asesorada por Paul Hobbs?

Sí, hace siete años que trabajamos con Paul y nos gusta mucho su visión internacional. El nos aporta una mirada fresca sobre nuestra vitivinicultura. Paul se destaca de otros enólogos consultores porque tiene la virtud de escuchar mucho a los técnicos y trabajar muy bien en conjunto con el enólogo y el agrónomo. Además, aporta su experiencia en las diferentes regiones del vino en las que trabaja, que incluyen California, Chile, Uruguay, Francia y Armenia.

-¿Qué es lo que más destacarías de su estilo de trabajo? 

-Paul está muy enfocado -al igual que nosotros- en el trabajo en la vid. Ahí es donde, junto con Santiago Bugallo, nuestro ingeniero agrónomo, hace mucho hincapié. El busca entender nuestros suelos y obtener la mejor uva posible.

-¿Mantendrán la línea de trabajo que venían transitando?

-Sí, la idea es mantenerla. Hace tiempo definimos una personalidad, un carácter y se empezó a notar en los vinos de las añadas 2011. La idea es profundizar el camino recorrido y desarrollar esas cualidades.

-¿Cómo definirías hoy el estilo de los vinos de El Porvenir y hacia dónde siguen evolucionando?

-El nuestro es un estilo de vinos elegantes, frescos, que no pierden tipicidad pero que se animan a desafiar viejas creencias, como por ejemplo que hay que cosechar las uvas más tarde para que el vino no tenga notas verdes. Cada año que pasa nos animamos a cosechar antes para buscar la fruta pura, la acidez que aporta frescura y que es tan importante en el vino. No lo hacemos para seguir ninguna receta sino porque fuimos viendo que cosechando las uvas más tarde se pierden las características propias de cada uva, todo se iguala en las notas de madurez. En cambio, al cosechar antes podemos mostrar más el terroir. También fuimos dejando de usar tanta madera nueva en algunos vinos, empezamos a usar cubas de 6.000 litros, buscamos mostrar la fruta que de por si es compleja. Estamos muy entusiasmados con este camino.

-Recientemente desde la bodega comenzaron a trabajar fuerte en el estudio de perfiles de suelo. ¿En qué fase está ese estudio?

-Vamos a continuar estudiando nuestros suelos, si bien ya hicimos el trabajo con un geólogo que nos ayudó a determinar los diferentes perfiles de suelos en nuestras cuatro fincas, la fase en la que estamos ahora es entender qué le aporta al vino esas diferencias. Es por eso que este año elaboramos las parcelas de cada finca por separado para hacer un análisis más profundo y vemos diferencias notables. Además, Santiago Bugallo es un apasionado de los suelos y Paco está muy entusiasmado con trabajar en conjunto para descubrir más sobre las diferencias en las fincas.

-¿Qué lanzamientos están preparando de cara a los próximos meses? 

-A partir del estudio de suelo elaboramos este año dos Malbec, que son diferentes entre sí a pesar de la corta distancia que separa las fincas. Por eso, estamos pensando en lanzar un Laborum Malbec de Finca Rio Seco, que es el que elaboramos siempre, y sumar otro Malbec en esa línea de Finca Alto Los Cardones, una finca más rocosa, más cerca de la montaña y que tiene diferencias notables. También vamos a seguir elaborando diferentes Tannat de nuestras fincas. Estamos convencidos en que esta variedad va a ayudar a posicionar Cafayate, es por eso que elaboramos el Laborum Tannat desde el 2003 y cada año que pasa nos sentimos más cómodos elaborando esta variedad con o sin paso por madera. Por supuesto van a seguir también las microvinificaciones del Bonarda, y del Petit Verdot. Y como Paco tiene experiencia en espumantes es posible que experimentemos con eso.

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