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Casi la mitad de las compañías que tienen casas matrices en el exterior, siguen solicitando presupuesto para dar mayores cifras este año
27/09/2016 - 11:10hs

El año pasado a esta altura, las áreas de beneficios y compensaciones en las empresas argentinas calculaban los presupuestos para 2016 con incrementos salariales de 30% en promedio.

Se estipulaba desde esferas oficiales una inflación anual en torno al 25%, y se prometía además otro "alivio" para quienes hacen estas cuentas: la eliminación del Impuesto a las Ganancias.

Los cálculos fallaron una vez más. En la carrera contra la suba de precios, los sueldos perdieron por amplio margen.

Las consultoras estiman que la inflación será de alrededor del 40% este año, y los incrementos salariales tuvieron que estirarse algunos puntos más, en varias cuotas, como ya se estila en la Argentina.

Los propios datos oficiales lo confirmaron. El reporte de julio del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) marcó una variación anual del 33% para los trabajadores registrados en el sector privado.

"Creo que vamos a terminar con una pérdida de poder adquisitivo de entre cuatro y siete puntos en promedio, replicando la dinámica que se dio en 2014", dijo al respecto Ignacio Martínez Escalas, gerente de Servicios de Información Salarial de Korn Ferry Hay Group.

Estas cifras no están aún grabadas en piedra, ya que hay algunos sindicatos que sellaron pactos semestrales y están recién abriendo las negociaciones para la segunda mitad del año.

En ese marco, Manuel Rossi, CEO del Grupo Hidalgo & Asociados, aseguró que "todavía no hay confirmación sobre el pedido de ajuste, pero de acuerdo a algunos comentarios no sería inferior al 20 por ciento".

"De momento la conflictividad sindical está contenida, y es probable que se intente manejar con algún bono de fin de año que limite la apertura en 2016 en el resto de los sectores", proyectó Marina Dal Poggetto, Directora de Estudio Bein & Asociados.

Esto no solo tiene que ver con los gremios. Muchas compañías siguen negociando con sus casas matrices para dar mayores incrementos a los negociados originalmente.

En Willis Towers Watson realizaron un pormenorizado estudio de estas variaciones, consultando a alrededor de 200 empresas en la Argentina.

En promedio, el porcentaje de suba salarial prevista por esas firmas para empleados fuera de convenio pasó de 32% en enero a 34% en septiembre, sin tener en cuenta la aplicación de descuentos e impuestos laborales.

"Cabe aclarar que existe un porcentaje importante de empresas (46%) que se encuentra aun negociando con su casa matriz un adicional al presupuesto salarial", aclaró Julio Sanchez, Gerente de Willis Towers Watson (WTW).

Más de la mitad de éstas pretende ajustes que van del 3% al 5%, por lo cual, si esas compañías tienen éxito, la gestión del año podría estar cerrando entre 34% y 36%, agregó el directivo.

Claro que estos cambios, de concretarse, no mueven la aguja al considerar de forma completa la situación.

"A nivel macro los salarios funcionaron como semiancla frente al salto del dólar y las tarifas. La contracara fue un desplome del salario real con epicentro en abril/mayo y una recuperación no plena desde entonces", graficó Dal Poggetto.

"Esto coincidió con una contracción fuerte de la economía, y una caída brusca en las ventas en sectores que venden al mercado interno, lo que dio poco margen para compensaciones extra, incluso en sectores favorecidos por el cambio", resumió.

Fuera del bolsillo

Martínez Escalas asegura que en muchas grandes empresas se pudieron incrementar los presupuestos pactados originalmente, pero no como una tendencia general.

Aseguró que hubo sectores como el de minería o el agro que tuvieron esa posibilidad, mientras que otros que arrastran malas situaciones, como la industria del petróleo y el comercio, donde no hubo chances de mejorar.

Ante la imposibilidad de modificar las cifras, en algunas organizaciones se inclinaron por otras estrategias como adelantar en el primer semestre el ajuste más fuerte, para compensar la pérdida de poder adquisitivo.

"En algunos casos avanzaron los pagos de bonos, que se daban en típicamente en abril o mayo y los llevaron a marzo", agregó Martínez Escalas.

Desde Glue Executive Search también indicaron que se extendieron en empresas locales los bonos de retención.

"En las multinacionales ofrecen acciones, stock options, o cada dos o tres años un paquete de sueldos. Las firmas locales que no cotizan afuera, para retener o competir, apelaban a esto", aclaró Ezequiel Palacios, socio director de la consultora.

Por su parte, desde Aon Hewitt indicaron que "este año más que otros" se hizo foco en la distribución de recursos, atendiendo en primera instancia a los puestos críticos y personas claves de la organización.

También que, "con el objetivo de no perder competitividad, las empresas han estado muy alertas, sondeando el mercado a través de encuestas muy a medida relacionadas con su foco de negocio".

En tanto, otras firmas innovaron en materia de beneficios.

"Estuvieron muy atentas a acompañar el valor del almuerzo -en aquellas que lo brindan en efectivo-, hicieron contratos con restaurantes o empresas de servicios de viandas, o bien ofrecieron espacios para almorzar", aclaró Sánchez.

Otro punto en el que hubo cambios fue en la movilidad: "Notamos que con el aumento del combustible y los gastos relacionados al automóvil, las compañías que reconocen un valor KM por uso de auto propio a sus empleados, lo actualizaron con mayor frecuencia", añadió el directivo de WTW.

Palacios dijo que esto último muy bien percibido por los profesionales, que lo consideran "plata en el bolsillo".

"Ese beneficio se incrementó; donde antes solo lo tenían directores ahora las gerencias también lo tienen y lo he visto incluso en alguna jefatura", aseguró el socio de Glue Executive Search.

En la misma línea, Sánchez dijo que en algunas corporaciones se aporta un valor para la recarga de la tarjeta SUBE de sus empleados, aunque no como práctica difundida.

Pasado el mal trago, la pregunta ahora es cómo hacer para que los salarios fuera de convenio no queden nuevamente detrás de los precios el año próximo.

"Las empresas se están resguardando, con un presupuesto de incrementos más alineado a lo que cerrará este año, con el objetivo de empezar a corregir inequidades y falta de competitividad que pueden estar arrastrando", aseguraron en Aon Hewitt.

Cálculos 2017

El proyecto de Presupuesto enviado al Congreso proyecta para el año próximo la inflación anual en entre 12% y 17%, y anticipa una pauta de aumento salarial en la misma línea.

"El Gobierno plantea que las paritarias van a ser una negociación sectorial y recomienda no ir más allá de lo que los balances les permiten (no más de 20%) con un BCRA que avisa va a ser muy activo en cumplir la meta de inflación de entre 12% y 17%", advirtió Dal Poggetto.

Lejos de ceñirse a esos números en Bein & Asociados proyectan una inflación promedio más parecida a 26% con paritarias cerca de 27% anual, con un dólar funcionando como "semiancla" hasta octubre (a $18,4) y tarifas que van a ajustar mucho menos que este año.

Tampoco las empresas parecen convencidas de creerle a las cifras del ministro Alfonso Prat Gay.

"Como el año pasado decían que iba a ser del 25% y va a terminar cerca del 40%, nadie está pensando que el año próximo la inflación va a ser del 17%, sino más bien de entre 24% y 28%", dijo Martínez Escalas.

Adelantó además que los salarios se ajustarían en ese mismo margen, aunque hay un dato curioso: "En promedio, un 40% de las empresas ya definieron un presupuesto y un 60% no, que para esta altura del año es alto".

"Es un año muy particular. Hay una sensación de que la inflación está realmente comenzando a bajar, y es una tendencia que se mantendría el año próximo. Esto tendrá un efecto directo en los presupuestos, que no deberían ser mucho mayores al 25%", dijo al respecto Rossi.

"Claro está que, se arme lo que se arme, es un ejercicio preliminar, que deberá ser corregido, como se lo viene haciendo desde hace ya algunos años", aclaró.

Por su parte, en Korn Ferry Hay Group calculan un incremento salarial promedio del 27,2% para el año que viene, en la mayor parte de los casos dividido en dos ajustes.

En este sentido, tanto Martínez Escalas como Palacios coincidieron en que es demasiado pronto para estimar en cuántos pagos se dividirán los incrementos, ya que esto muchas veces se ata a resultados de negocio.

"Si se lograra traducir la inflación realmente a 17%, quizás ya no tenga sentido hacer más de un ajuste", ejemplificó el titular de Glue.

Aunque reconoció que "recién estamos en el primer mes en el que se controló. Por ahora, pensar así es ciencia ficción".

Por su parte, en WTW relevaron en su último estudio que el 76% de las empresas ya es encuentra trabajando con el presupuesto 2017 y consideran alzas salariales de entre 29% y 30%, para otorgarlas en dos oportunidades (Marzo/Abril y Julio/Octubre)

"Este presupuesto es muy inicial y puede variar de acuerdo con la evolución de los indicadores económicos", aclaró el gerente de la consultora.

Entre esos indicadores la inflación proyectada es uno de los principales, y la mayoría de las compañías la ubica entre 24% y 30% anual.

"Las empresas están siendo conservadoras y cautelosas al momento de presupuestar, ya que el incremento promedio relevado a la fecha para el 2017 está cercano al 30%", completaron desde Aon Hewitt.

En este marco, el planteo de muchas empresas es retomar las cifras promedio que se entregaron este año con la expectativa de que una inflación menor en 2017 implique una recuperación del poder adquisitivo real de los empleados.

El alivio que no llegaSi bien por el lado de los precios la economía brindaría un a buena noticia a los trabajadores, por otro lado el "alivio" no terminaría de llegar.

Según el borrador del proyecto de reforma del Impuesto a las Ganancias al que accedió iProfesional, las modificaciones no alcanzarían los niveles esperados.

En ningún momento se contempló la eliminación del tributo, como se dijo durante la campaña presidencial, sino que se propone una suba del mínimo no imponible de sólo entre un 15 y un 17 por ciento.

Así, en efecto, serían muy pocos los que dejarían de estar alcanzados por el impuesto. En tanto, la modificación de las escalas se concretará gradualmente y en tres años. 

Al mismo tiempo, remarcó Dal Poggetto, "el costo fiscal incluido en el proyecto de Presupuesto fue bajísimo con un aumento en la presión impositiva efectiva del impuesto".

"Lo más probable es que el costo fiscal del proyecto cuando salga del Congreso sea bastante más elevado y la contracara, un beneficio mayor con los trabajadores. Los tiempos con que se defina van a permitir incidir o no en la negociación salarial", continuó.

En cualquier caso, quienes calculan compensaciones por estos días no podrán entonces valerse de ese recurso como forma de recuperar o resguardar el poder adquisitivo de los empleados.

"Nadie está tomando en cuenta para definir el porcentaje de ajuste en cuánto se modificará Ganancias. Se entiende que, si hay una mejora, es directamente trasladable al empleado", dijo Martínez Escalas.

Consideró que habrá que ver cómo se actualizan las escalas, qué deducciones se incorporan, qué método de actualización del Impuesto se establece.

"Creo que va a haber un alivio, sobre todo para los que hoy pagan muy poco y pasan a pagar 35 por ciento. Vamos a ver de cuánto es, y eso depende de la situación personal de cada uno y como impactan los bonos", sentenció.

"Puede haber un impacto notorio en las deducciones del Impuesto", coincidió el referente de Hidalgo & Asociados.

Pero a la vez reconoció: "No vemos que sean muchas empresas tomen este dato en cuenta a la hora de hacer sus presupuestos salariales del año próximo".

Para Palacios, "el cambio no se dio y las empresas no se adaptaron para eso, van a operar como se venía operando".

La única certeza por el momento que transmiten los consultores es que las compañías buscarán recuperar el terreno perdido del poder adquisitivo, y probablemente se enfrenten a una mayor conflictividad sindical de la que hubo este año.

"Para el año que viene la discusión va a arrancar con el salario docente en febrero, y demandas que van a estar más cerca del cierre de la inflación en 2016 (en torno a 40) que al 20% que plantea el Gobierno", anticipó la Directora de Bein & Asoc.