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Sergio Marchionne criticó las medidas proteccionistas que no alentaron la expansión y alentó a buscar maneras de exteriorizar la industria
28/09/2016 - 13:31hs

Sergio Marchionne, CEO de Fiat Chrysler Automobile (FCA), tomó la decisión de construir una segunda fábrica de autos en Brasil en junio de 2009. Lula era el presidente y la economía de ese país crecía a niveles altísimos.

Siete años después, el mercado automotriz se contrajo a casi la mitad de su volumen, y Dilma Rousseff, que estuvo presente en la inauguración de la fábrica en abril del año pasado, no está más en el poder.

Pero Marchionne está de nuevo en Pernambuco, sede de la planta y donde antes había una plantación de caña de azúcar, para presentar el lanzamiento de Jeep Compass, que en la Argentina saldrá a la venta en junio de 2017.

"En 2012 comenzamos a construir la fábrica y el mercado de América latina era totalmente diferente a lo que es actualmente. El sector automotor perdió casi la mitad de su volumen, e igual la inversión fue realizada. Hay más posibilidades de sobrevivir si uno se expande en varios lugares y en múltiples plataformas", explicó en una ronda de prensa.

En total el grupo tiene 164 fábricas a nivel global y la de Pernambuco es la más moderna.

Además, sostuvo que hay que tener paciencia para pasar la crisis económica.

"Tuve la suerte, o la mala suerte, de estar en el mercado estadounidense durante la crisis de 2008, donde todos decían que la industria automotriz no se iba a recuperar, que estaba muy deprimida. Había pocas personas optimistas sobre el futuro de los autos. Siete años después, el mercado norteamericano está totalmente recuperado y más fortalecido que antes", dijo.

Luego continuó: "Tienen que tener paciencia. A veces tienen que lograr mirar la situación desde otra perspectiva y ver el futuro. No es lindo ahora, pero va a ser mucho mejor, tienen que tener fe", y estimó que tal vez se vea una mejora en en el mercado brasileño en la segunda mitad de 2017, aunque señaló que todavía iba a faltar mucho tiempo para volver a ver los niveles de 2012.

La situación de Brasil impacta directamente en la industria automotriz, y especialmente en la empresa, donde entre el 70 y 80% de las unidades que fabrica el grupo en Córdoba son para consumo brasileño.

Sin embargo, tomó a la Argentina como ejemplo y dijo: "Hace cinco años se miraba a la Argentina como un país enfermo y a Brasil como mucho más establecido. Ahora la situación cambió completamente. Miren cómo un cambio en políticas de gobierno puede hacer en un país".

El CEO global fue crítico sobre las normas de proteccionismo que tienen ambos países y autocrítico con su propio negocio, que permitió la dependencia entre los dos mercados.

"La Argentina tiene que aprender a hacer autos para vender al exterior. Siempre insistí que ambos países debían buscar maneras de exteriorizar la industria. Abandonaron el mercado de México por mucho tiempo, tenían toda la oportunidad de intentar captarlos y no lo hicieron. Ahora tienen que aprovechar esta nueva agenda económica y hacerlo agresivamente", indicó.

Para ganar competitividad, el empresario italiano-canadiense manifestó que era importante el trabajo de todos los proveedores que acompañan a los fabricantes de autos.

"Si no crean las condiciones para que el desarrollo suceda, entonces no van a tener el apoyo los productores del sector. En Córdoba localizamos la fábrica para que pueda suplir a todo América latina y potencialmente al mercado exterior, pero ustedes tienen que apoyarnos. Sacar todas las piedras del camino en términos de desarrollo. Si se mantienen las políticas proteccionistas, eventualmente van a lastimar a el negocio", advirtió.

En el mismo sentido, opinó que por ahora estaba bien el acuerdo automotor entre ambos país que implica un flex de u$s1,5, por el cual por cada dólar que la Argentina exporte al mercado paulista, Brasil podrá colocar un dólar y medio, pero enfatizó que era una norma a corto plazo.

"La Argentina y Brasil son un sólo mercado. Exportar a la Argentina no es realmente una exportación en mi punto de vista", sostuvo según La Nación.

Cristiano Rattazzi, presidente de la marca para la Argentina, añadió que un intercambio de un dólar por u$s1,9 hubiera sido más sensato.

Debido a la crisis brasileña, la fábrica en Córdoba realizó suspensiones de turnos de trabajo para disminuir la producción.

Sin embargo, Marchionne afirmó que la inversión que anunciaron en abril pasado de u$s500 millones para el lanzamiento de un nuevo modelo, va a hacer aumentar la actividad a niveles históricos.

"El proyecto que le presentamos a Macri era el de mantener a los empleados y eventualmente crecer. Si somos exitosos, va a tener el nivel de producción más alto que jamás tuvo", dijo y no descartó que un futuro se pueda llegar a fabricar una pick-up en el país, más grande que la Fiat Toro que se produce en Pernambuco.

Finalmente, Marchionne pronosticó que en la próxima década el negocio de autos, como tradicionalmente se lo conoce, va a cambiar drásticamente.

"Tenemos que estar preparados y colaborar con las personas que no han sido históricamente del sector automotor", expresó.

El grupo firmó un convenio con Google para comenzar a fabricar autos autónomos, que según el CEO, en 2021 ya estarían en el mercado norteamericano: "En el futuro, va a ser el auto el que lleve los hijos al colegio cuando uno no puede, y va a ser totalmente normal. Vamos a tener que preocuparnos cuando sea un humano el que esté atrás del volante", comentó.

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