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Experimentación, dedicación y aprendizaje son las claves necesarias para los equipos creativos dedicados al desarrollo de este arte
07/10/2016 - 17:14hs

Tal vez uno de los mitos más populares en el desarrollo de videojuegos es que se trata de una actividad realizada de forma individual, pero no hay nada más alejado de la realidad.

Se trata de un rubro plagado por la experimentación, donde no existe una única fórmula correcta a la que adecuarse, y que involucra tanto dedicación como aprendizaje. Valientes, entonces, quienes se atreven a emprender en lo desconocido.

Olvidemos por un momento los conocimientos necesarios de diseño, música o programación. Hace falta un equipo que sepa trabajar en conjunto y comunicarse, habilidades presentes en todo ámbito creativo.

Quienes desarrollan videojuegos necesitan cubrir distintos frentes de un mismo proyecto, un desafío demandante que no se hace a solas. Pero existe un santuario al que pueden acudir cuando necesiten ayuda.

Desde 2012, la Game Work Jam es un espacio destinado a nuclear gente que quiere hacer juegos, con sedes en distintas ciudades de Argentina, donde la combinación entre talleres, charlas y videos didácticos responde a la pregunta "¿dónde se comienza a desarrollar un videojuego?".

Organizando la sede de Buenos Aires, en Image Campus, está Luciano Pites. "Es el formato ideal para introducir gente a la industria sin ningún requisito previo. Te invita a relacionarte con gente de intereses similares. Podés encontrar el miembro que te falta para el equipo, o un equipo al que unirte", explica.

La práctica general involucra formar grupos, armar proyectos con un mentor operando como productor que realice cierto seguimiento, y definir una planificación para continuar los meses siguientes. Principalmente, lo que se aprende es cómo trabajar.

Rincones argentinos

Si bien las distintas sedes están intercomunicadas, cada una opera de forma autónoma, con sus propios calendarios y objetivos establecidos. Es así que existen acuerdos con el Polo Tecnológico de Rosario, y apoyo por parte del Instituto de Cultura del Chaco, generando espacios correspondientes para las necesidades de cada práctica.

Hay una sede en Bolivia, y se experimenta para lograr una sede en México. También, mientras algunos capítulos optan por organizar reuniones de forma mensual, otras encuentran mayor comodidad en reuniones quincenales. Pero, como toda actividad educativa, es primordial que sean regulares.

Poner metas es una causa por la que la Game Work Jam opera como herramienta de motivación, donde cada uno define sus objetivos a alcanzar, como llegar a una siguiente reunión con avances del proyecto.

Facundo Mounes, presidente de FUNDAV, dice que "no siempre existieron eventos donde exponer, me parece que sirvió muy bien para llenar ese vacío."

La Fundación Argentina de Videojuegos se consolida a principios de 2016, abarcando distintas iniciativas que promueven talento (becas, actividades, talleres), y la Game Work Jam es su columna vertebral para lograrlo, un motivo directo para que la Fundación exista en primer lugar.

Con su paraguas, logra cubrir un clima donde los presentes pueden sentirse cómodos, con cierta familiaridad, sin estar en casa pero tampoco en una clase.

Muchos jóvenes toman estos espacios como una primera aproximación al desarrollo. "Gente que de otra forma no se habría enterado cómo es hacer videojuegos", agrega Facundo. "El objetivo es seguir este modelo, motivar gente, federalizar los videojuegos. Es horrible pensar que todo lo interesante pasa en Buenos Aires, es una visión muy acotada".

"Todavía hay un montón de comunidades que están por descubrirse. Muchos chicos viven con el imaginario de hacer juegos, y de repente enterarse que es una posibilidad real... Eso es lo que forma la industria: gente fresca y motivada. Mañana, al armar un proyecto, la gente a la que acudas se habrá formado en la Game Work Jam".

Como una gota de agua

Dice Nicolás Lince que "la Game Work Jam es ese club de barrio donde encontrás gente nueva, gente a la que le gusta hacer lo mismo que a vos. Hay una pileta de conocimientos, y te podés empapar de quienes vienen a compartirte lo que saben".

Termina siendo mucho más que eso, particularmente en este caso. Hoy en día, Nicolás trabaja en las oficinas de INVI Games, el estudio que formó para continuar desarrollando su videojuego estelar.

En Noviembre de 2014 Nicolás se acercó a ese club de barrio con una idea muy clara de lo que necesitaba: lo principal siempre es el equipo, no sólo el proyecto.

Esa es la noción que llevó a un equipo donde cinco de los seis integrantes surgieron de la Game Work Jam, cada uno con distintas especializaciones, como la programación, la ilustración o la composición musical.

Juntos, comenzaron a explorar la idea de una gotita de agua que se embarca en un viaje, transformándose en hielo y vapor a lo largo de la aventura, proyecto que se terminó convirtiendo en Drop Alive.

En el último año, INVI Games demostró un crecimiento gigantesco, exhibiendo varias etapas del juego en distintos festivales locales y acelerando su ritmo de trabajo en cada oportunidad.

Señalan haber incorporado mucho del material académico gratuito disponible en la Game Work Jam, pero su crecimiento se debe principalmente a una excelente implementación de todo lo aprendido, por lo que toda felicitación es absolutamente merecida.

El logro más reciente es haber expuesto el videojuego en Tokyo Game Show, evento internacional para desarrolladores al que tres de los integrantes tuvieron la oportunidad de viajar.

Lo cierto es que conformar un equipo interdisciplinario es lo que les permite enfrentar desafíos más amplios, una lección que aprendieron con Drop Alive.

Los mejores resultados surgen a partir de las ideas más simples, como juntarse a hacer videojuegos y terminar descubriendo personas nuevas en el proceso, porque un emprendimiento no se esconde en querer formar una empresa.

Aparece desde lo social, en aquellas ideas que se manifiestan al sentarse y analizar un proyecto realizable. Identificar aquellas oportunidades que están en el marco de lo posible, una habilidad que aprendemos relacionándonos con otros hasta encontrar el espacio ideal para generar un diálogo.

Hacer videojuegos es algo que cualquiera debería poder experimentar. Hoy existe la posibilidad de que sea así, y todos estamos invitados. Contamos con todas las oportunidades que nos brindan las tecnologías digitales para lograrlo. Las puertas de la Game Work Jam quedan abiertas de par en par.

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