El 5 de octubre pasado hubo dos llamados a la línea 911 de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en los que se realizaron amenazas contra la vida de Antonia, la hija menor del presidente Mauricio Macri.
La denuncia quedó radicada en el juzgado federal de San Isidro, a cargo de Sandra Arroyo Salgado. Desde entonces se trata de determinar quiénes fueron los autores de los llamados que pedían
algunas condiciones para evitar
consecuencias fatales para Antonia Macri.
En el primero de los
llamados, le pedían a Macri "la cabeza" de diferentes personas a cambio de la vida de su hija. En el extraño primer mensaje se nombraba al gobernador de Jujuy
Gerardo Morales, al juez
Claudio Bonadio y al fiscal
José Campagnoli. Si esas personas
no morían -explicó el autor de la amenaza-, comenzaban a correr los cinco días de plazo antes de matar a Antonia Macri.
En el primer mensaje se advertía acerca de que el presidente Macri no contaba con la protección de "la CIA, la DEA, el MOSAD y el MI6". En la amenaza se hizo
mención a la central de inteligencia y la
agencia antidrogas de los Estados Unidos y a los servicios de
espionaje secretos de Israel y el Reino Unido.
Horas después se recibió en el 911 un llamado que completaba el anterior. En
ambos mensajes -que quedaron grabados como todos los que llegan al 911- se hicieron referencias a hechos sucedidos en
Jujuy e incluso a la muerte de un cura, señaló Infobae.
En el segundo llamado se reiteró lo de la ausencia de protección para Macri de la internacional del espionaje, y se agregó una nueva exigencia para evitar el asesinato de Antonia Macri: la
libertad de
Milagro Sala. Quien realizó la amenaza prometió "asesinatos selectivos" si
no cumplían las condiciones y vaticinó que el primero de ellos sería el de la hija menor del presidente de la Nación.
En los tribunales intentan determinar de dónde vino la amenaza que llamó la atención de los investigadores por lo extraña e inverosímil. A pesar de ello, se abrió una causa que debe seguir su trámite.