La actividad económica en Brasil se retrajo un 0,91% en agosto frente a julio, su mayor caída en los últimos quince meses, según un indicador divulgado por el Banco Central y que es considerado como una previa del comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país.

El llamado Índice de Actividad Económica del Banco Central (IBC-Br) no registraba una caída tan abultada desde mayo de 2015, cuando se retrajo un 1,02 % con respecto a abril, de acuerdo con el organismo emisor.

Según el Banco Central, la actividad económica de Brasil retrocedió un 2,72% en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado y acumuló una retracción del 4,98 % en los ocho primeros meses de 2016 frente al mismo período de 2015.

En los últimos doce meses hasta agosto la caída acumulada fue del 5,48% frente al período entre septiembre de 2014 y agosto de 2015.

El índice de actividad económica, que incorpora informaciones sobre el comportamiento de sectores como la industria, el comercio, los servicios y la agropecuaria, es utilizado por el Banco Central para intentar anticipar el resultado del PIB y como referencia para determinar su política monetaria.

Los resultados de agosto muestran que Brasil aún no se recupera de la grave recesión que enfrenta desde el año pasado y que la crisis aún no había llegado al fondo del pozo, como alegaba el Gobierno.

La economía de Brasil, la mayor de Sudamérica, sufrió una retracción del 3,8% en 2015, su peor resultado en los últimos 25 años, y los economistas prevén para 2016 una caída del 3,2%, con lo que el país completará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.

Además de la recesión, Brasil sufrió el año pasado la mayor inflación en trece años y la tasa de desempleo llegó en agosto de este año a su máximo histórico.

El presidente brasileño, Michel Temer, ha adoptado varias medidas de ajuste fiscal desde que en mayo pasado sustituyó a la destituida Dilma Rousseff pero las correcciones aún no se han reflejado en la confianza de empresarios y consumidores.

En otro intento para incentivar la alicaída economía brasileña, el Banco Central redujo el miércoles en un cuarto de punto porcentual la tasa básica de intereses, con lo que los tipos bajaron por primera vez en cuatro años.