Esta tarde, la comisión directiva de APLA se reunirá en la sede del gremio en el barrio porteño de Almagro.

La mesa chica definirá las medidas a adoptar. Podría surgir alguna medida de fuerza, aunque es improbable que sea un paro, según dejaron trascender.

El gremio comandado por Pablo Biró ya había realizado una huelga en agosto pasado de 12 horas, que generó cancelaciones y reprogramaciones en el Aeropuerto de Ezeiza y en Aeroparque.

La tensión entre los gremios de pilotos y la aerolínea de bandera comenzó la semana pasada, luego de una reunión donde las autoridades de la compañía hicieron un cambio en la oferta salarial.

Desde Aerolíneas Argentinas aseguraron que se trata de una mejora: "Como el pedido del gremio venía muy enfocado en mejorar el salario de bolsillo, la nueva oferta pondera la oferta de dinero con un ofrecimiento de aumentar 35% más un bono a fines del mes 11", explicaron representantes de la compañía.

Además ofrecería "2.000 pesos correspondientes al denominado Bono CGT", en alusión al plus de fin de año que negocia la central obrera con el Gobierno y empresarios.

Biró se reunió con la presidenta de la areolínea de bandera, Isela Costantini, y el gerente de Recursos Humanos Daniel Maggi para avanzar con la negociación salarial, pero el diálogo se estancó.

En un primer momento los pilotos reclamaban una suba de 60% en sus sueldos y al poco tiempo fueron al paro, mientras que con el correr de las semanas las reuniones se sucedieron y finalmente el diálogo se trabó cuando la empresa fijó su tope en 35 por ciento.

Al parecer, la asamblea de representantes le dio un mandato a Biró para que no se avance con un acuerdo por menos del 45% de incremento salarial.

La escalada del conflicto llegó a tal punto que el propio presidente Mauricio Macri se involucró en el tema.

Este miércolesr, el mandatario aseguró que "hoy -Aerolíneas-nos cuesta la construcción de dos jardines de infantes por semana" y criticó a los "pequeños sectores que se resisten al cambio".