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Cuando se piensa en pizza, la mente y el paladar automáticamente piensa en cervezas. Sin embargo, el mundo del vino ofrece interesantes opciones
31/10/2016 - 03:21hs

Pizza y cerveza es un maridaje considerado, a esta altura, universal. Incluso, por las redes cada tanto circulan noticias con base científica que explican por qué esta combinación funciona tan bien.

Sin embargo, el vino está reclamando un papel protagónico. Y tiene con qué. Ante todo, este maridaje tiene algo de historia.

El recordado tema de Memphis La Blusera “Moscato, Pizza y Fainá” no fue un capricho. El moscato es un vino dulce al que se le adiciona alcohol vínico y mosto concentrado, que puede llegar a los 16° de alcohol. Este maridaje comenzó a popularizarse en la ciudad de Buenos Aires en la década del ´30 por  José Eduardo Crotta, quien vio un interesante negocio en la venta de vino por copa (un pionero) en las pizzerías porteñas, según recuerdan desde la tradicional bodega Familia Crotta.

La realidad es que la amplia variedad de estilos permite encontrar vinos que se adaptan muy bien a la mayoría de los sabores de pizzas, aun cuando muchas tienen ingredientes considerados difíciles a la hora del maridaje.

A continuación, seis sabores de pizzas (si son caseras mucho mejor) con seis vinos de alta gama que no fallan:

-Sabor: Muzzarella / Estilo de vinos: tintos clásicos, ligeros 

Sabor clásico que se emparenta perfectamente con vinos que posean buena fluidez, taninos ligeros y cuerpo medio. Los Malbec de factura clásico y los Bonarda son dos caballitos de batalla que no se quedarán a medio camino y tampoco taparán los sabores básicos. Por qué entonces no optar por un delicado blend de estas dos cepas como propone la bodega Tikal:

Tikal Patriota 2012 ($518) 

Una atmósfera de elegancia se adueña de la copa y conquista, a fuerza de delicadeza, con su fruta roja madura. Una pizca de especias dulces como canela y clavo de olor complementan su sofisticada paleta. En boca muestra un paso apenas suelto, de la mano de taninos completamente sedosos. Absolutamente bebible, elegante y delicado.

-Sabor: napolitana – Estilo de vinos: rosados frescos

La alta acidez presente en estas pizzas suelen plantear desafíos para los tintos. Si a eso se le agrega la presencia del ajo, entonces las cosas se ponen más difíciles. Los componentes del ajo generan que se marquen mucho más los taninos, comprometiendo el buen disfrute de cualquier tinto en boca. En este caso, vinos blancos filosos y ligeros o rosados frescos, pueden ser una opción. Desde Salta, Finca Quara propone una buena alternativa:

Quara Rosado 2016 ($95)

Sabemos que la última tendencia en rosados es la de alumbrar ejemplares más al estilo de la Provence: ligeros en color y de pulso bien seco. Pero este rosado del Norte Argentino es realmente delicioso y habla de su terruño. Notas de frutas rojas, toques florales y hasta un sutil dejo especiado conviven en la copa. En boca es un rosado con buen peso y volumen, con una acidez interesante que suma frescura y hasta un dejo cítrico.

-Sabor: Margherita / Estilo de vinos: blancos ligeros y con buena acidez

Como se dijo anteriormente, sin cocción o apenas con un golpe de horno, el tomate presenta una acidez elevada que puede suponer un desafío para cualquier tinto. Por ello, no es mala idea acompañar una pizza de este estilo con blancos frescos y ligeros. Poniéndose detallistas, si además hay mucha albahaca presente, mejor si el vino elegido tiene una pátina herbácea. Ideal entonces para este ejemplar que propone Finca Sophenia desde Gualtallary:

Sophenia Synthesis Sauvignon Blanc 2015 ($320) 

Este blanco, que muestra una complejidad por encima del estándar, se presenta en la copa como una huerta de hierbas, con un gran predominio de las notas de ruda, sin rastros de aromas tropicales. En boca avanza con una gran fluidez y una acidez filosa, de esa que se percibe a los costados del paladar, que recuerdan un poco a lo Sauvignon Blanc del Viejo Mundo.

-Sabor: Fugazetta / Estilo de vinos: blancos frescos

La cebolla, cuando está cruda, es un ingrediente que, de la mano de sus aromas sulfurosos, se convierte en una enorme muralla frente a casi cualquier vino. Ahora bien, si optás por rehogarla un poco antes de agregarla a la preparación, sumado al aporte graso del queso, los vinos blancos estridentes tienen el hándicap suficiente como para hacerle frente. Un Torrontés de excelente tipicidad como el que elabora El Porvenir de Cafayate, entra en este selecto grupo:

Laborum Torrontés 2016 ($186)

Añada tras añada, este blanco reafirma por qué es uno de los mejores Torrontés de la Argentina. Su nariz es puro equilibrio y frescura, con las dosis justas de frutas blancas, toques cítricos y una marcada pátina floral. Los aromas interactúan sin robarse cartel y con gran armonía. Su recorrido en boca es completamente equilibrado, con buena frescura, peso y fluidez. Deja un grato recuerdo a cítricos dulces. Final igualmente armonioso. Sin dudas, un Torrontés de estilo world class, diseñado y ejecutado para traspasar fronteras.

-Sabor: jamón y morrones / Estilo: tintos con cuerpo 

Esta pizza suele caracterizarse por su sabor intenso. Esto exige tintos con un poco más de presencia, sin ser necesarios ejemplares demasiado concentrados. Los Cabernet Sauvignon o Cabernet Franc de factura clásica se adaptan muy bien a estos ingredientes, especialmente en lo aromático. Una buena alternativa es este nuevo Cabernet Franc de Vista Flores, que acaba de alumbrar Vicentin Family Wines:

El Tramposo Cabernet Franc 2014 ($299)

Se trata de un Cabernet Franc cuya paleta está atravesado por los toques balsámicos, una buena pátina mentolada y una atmósfera ahumada. En boca se presenta amplio y concentrado, con altísimo impacto aromático. De recorrido largo y con taninos marcados, que le dan brío y carácter. Pero la frescura entra justo a tiempo y evita que caiga en un recorrido largo y cansino.

-Sabor: cuatro quesos / Estilo de vinos: tintos con cuerpo 

Los ingredientes más grasos, la intensidad que suelen presentar algunos de los quesos elegidos (como el provolone o el queso azul) hace necesario contar con vinos consistentes, con algo más de carácter. Pero es importante que no sean muy pesados. Por el contrario, se requieren vinos con excelente frescura, para equilibrar el contenido graso de los ingredientes. Excelente alternativa es este Malbec que elabora Kaiken, con uvas mayormente del Valle de Uco:

Kaiken Ultra Malbec 2014 ($280)

Este Malbec entrega una fruta realmente exuberante y una madera presente, con dejos a canela y café espresso, pero que claramente no llega a abrumar. En boca exhibe una gran fluidez y un recorrido largo. La textura se impregna en el paladar y sus taninos amables realmente se disfrutan. Es apenas sucroso, pero mantiene cierta ligereza, evitando que sea un vino denso y cansador.

© Por Juan Diego Wasilevsky – [email protected]

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