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La marca de calzado es denostada por los usuarios en las redes sociales. El motivo de que la firma se encolumnara detrás del presidente electo de EE.UU.
15/11/2016 - 13:36hs

La marca norteamericana de calzado New Balance está en medio de una crisis de imagen que no se esperaba, luego de que uno de sus ejecutivos apoyara al presidente electo, Donald Trump. 

El día después de las elecciones, el vicepresidente de Asuntos Públicos de la compañía, Matt LeBretton, dijo en un comunicado que "las cosas van a avanzar en la dirección correcta".

Se refería a la oposición de Trump a la Asociación Trans-Pacífico (TPP), que reduce los aranceles para las empresas que fabrican zapatillas fuera del país, mientras que New Balance lo hace en Estados Unidos. 

Así la marca misma se transformó en un símbolo de rechazo al futuro mandatario. Usuarios de redes sociales publicaron imágenes donde muestran cómo tiran a la basura o prenden fuego sus pares de la popular firma, y advierten sobre una gran pérdida de ventas.

New Balance nació en Boston y es una de las pocas empresas de calzado que aún fabrican sus productos en los Estados Unidos, con una producción estimada en cuatro millones de pares al año.

En abril, LeBretton también había apuntado contra el presidente Barack Obama en una nota del diario Boston Globe, donde acusó al Pentágono de no respaldar un acuerdo para equipar a las tropas con las zapatillas de New Balance.

"Las posibilidades del Departamento de Defensa de comprar zapatos que se hacen en los Estados Unidos son escasas a ninguna mientras Obama es presidente", dijo entonces.

La posición de New Balance es parte de un largo debate comercial que lleva más de cuatro años. Cuando el gobierno de Obama negoció el acuerdo comercial con varios países de la región Pacífico, el sector de fabricantes de zapatillas se dividió a favor y en contra del mismo.

New Balance se presentó históricamente como la única marca de zapatillas que todavía produce en los Estados Unidos y siempre se mostró abiertamente contraria a tratados de este tipo que, entre otras cosas, eliminan los aranceles para que artículos producidos en dichos países entren en los Estados Unidos.

La empresa emplea a unas 1.500 personas en sus cinco fábricas en la región de Nueva Inglaterra, al norte del país pero no niega que parte de su producción se encuentra también en China, Indonesia o Vietnam, aclaró El Cronista.

Tras la fuerte polémica, la marca publicó un "tuit" donde señalaba "siempre hemos creído en la comunidad y en la humanidad y trabajamos con la mayor integridad". La compañía defendió en un comunicado que ha sido injustamente tratada ya que su apoyo se refirió exclusivamente al rechazo al TPP de Trump.

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