iProfesionaliProfesional

La caída del real duplicó la que tuvo el peso. Aún así, se mejoró la paridad con el resto de los destinos. El mayor perjuicio se ve en el canal financiero
15/11/2016 - 14:21hs

El efecto que provocó el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos sobre las monedas de los emergentes hizo perder a la Argentina aún más competitividad cambiaria respecto de Brasil -su principal socio comercial- que la que ya había perdido desde principios de año.

Pero no alcanzó a deteriorar, al menos en términos cambiarios, la relación con el resto: China, la Unión Europea, Estados Unidos, Chile, Uruguay y Paraguay.

Contrariamente a lo que sucedió en otras épocas, el tipo de cambio en la Argentina reaccionó inmediatamente frente al shock que provocaron las turbulencias en los mercados del exterior.

El dólar se encareció a nivel local de los $14,95 a los $15,60, sólo desde el día de la elección hasta ayer, y reflejó con esto una suba del 4,3% en ese lapso. Con este movimiento, el peso se depreció un 4,1% respecto del dólar. Pero semejante reacción no alcanzó siquiera para acompañar lo que al mismo tiempo sucedió en Brasil: el real retrocedió allí un 8,3%, desde las 3,17 hasta las 3,43 unidades por dólar (la moneda se depreció 7,6%).

Brasil representa hoy el mayor mercado que tienen como destinos los productos argentinos. El 20% de las exportaciones que realizan los empresarios locales se dirigen hacia ese país. La Argentina ya se había visto afectada este año por la caída del real y la elevada inflación local. Desde la devaluación de diciembre, el tipo de cambio bilateral acumula una caída de 3,5 por ciento.

"En la economía local el peso no cayó con tanta fuerza por los efectos del blanqueo de capitales, las colocaciones de deuda y el 'carry trade', que es uno de los más atractivos del mundo", aclaró el economista jefe de Elypsis, Gabriel Zelpo.

La Argentina sufre hoy, sobre todo, la menor demanda de productos desde Brasil por la caída de la actividad en ese país. Pero, mientras tanto, el envío hacia otros destinos, que capturan principalmente las exportaciones agrícolas, se mantiene a buen ritmo.

Sobre el resto de los socios comerciales, la rápida reacción del tipo de cambio local parece haber dejado a la Argentina hasta con cierta ventaja. La depreciación del peso superó a la que al mismo tiempo registraron el yuan chino, que cayó sólo 0,9% respecto del dólar (ahí recae el 6,5% de las exportaciones); el euro, que retrocedió 2,7% y el peso chileno, que perdió un 3,6% por ciento.

Con todo, según las mediciones del Banco Central, la economía local ya perdió entre 17% y 20% de la ventaja cambiaria que había logrado tras la devaluación con Estados Unidos, China y la zona euro.

La Argentina parece haber percibido el mayor perjuicio por la consagración de Donald Trump sobre el canal financiero. La suba de los rendimientos de sus títulos soberanos lo forzará a endeudarse a tasas de interés que se ubican a partir de ahora entre medio y más de un punto porcentual por encima de las que tenía hace sólo 7 días.

El proceso empieza a comprometer de a poco el "gradualismo" que lleva adelante el Gobierno. El bono argentino más largo, que emitió esta misma gestión y vence en 2046, pasó de rendir menos del 7% anual al quedar ayer en 7,7%; y el Discount en dólares, emitido durante el canje y que vence en 2033, subió de 6,7% a casi 8%.

En lo comercial, el proteccionismo no golpearía tanto el flujo que mantiene la Argentina en la actualidad como las perspectivas que tenía por la apertura de nuevos mercados (por los tratados de libre comercio que tiene previsto negociar con algunas naciones; o por el sistema general de preferencias con Estados Unidos, según Ámbito.

"El impacto directo del proteccionismo no sería relevante, pero no se pueden ignorar los eventuales efectos de segunda vuelta. Si Trump desata guerras comerciales masivas, la economía global se enfriará sin remedio, afectándonos de manera notoria e hiriendo especialmente a la apuesta macrista de reinserción en los mercados mundiales como estrategia de desarrollo", comentó el economista Federico Muñoz.

Temas relacionados