iProfesional

Por los efectos colaterales del blanqueo, los inversores podrán tener "revancha sorpresa" en bonos argentinos
18/11/2016 - 10:15hs

En un mundo en el que los mercados financieros evidencian una volatilidad importante, a raíz de las especulaciones que han desatado las propuestas de Donald Trump, la suerte de los bonos soberanos de la Argentina parecen merecer los peores pronósticos.

Una potencial suba del costo del dinero en los Estados Unidos, la mayor emisión de deuda por parte del Gobierno y los recortes adicionales de las tasas en pesos por parte de Federico Sturzenegger podrían generar una salida de inversores.

A todo ese combo hay que sumarle una razón que resulta intrínseca a cualquier mercado: desde la llegada del macrismo al poder, los títulos argentinos subieron mucho. Incluso teniendo en cuenta las bajas acusadas en los últimos días, fruto de la suba del rendimiento del bono del Tesoro de los EE.UU. 

Sin embargo, existe un factor inesperado que ayudaría a compensar este escenario que, a primera vista, luce completamente adverso.

Sucede que, de cara a los últimos meses del blanqueo, podría haber un efecto "sorpresa" que les daría revancha a los inversores.

El segmento de renta fija argentina (bonos), por cierto, viene de un rally esperable: la performance relativamente favorable del mercado de títulos locales respecto de la de sus pares emergentes es de aproximadamente los 100 puntos básicos, si se lo mide "punta a punta" entre fines de 2015 y octubre último.

Esto implicó fuertes subas, no sólo en los de vencimiento cercano sino también en los de la parte media y larga de la curva, producto del "compre Argentina" que llevaron a cabo los fondos de inversión del exterior y que, al menos por ahora, podría sufrir algún tipo de parate.

El lado oculto de la historiaLa información que en estos momentos genera todo tipo de especulaciones tiene como protagonista al Bonar 2017.

Se trata de un título que si bien se encuentra a precios razonables para el plazo que lo separa de su vencimiento, podría ver incrementado su valor en las próximas semanas, producto del blanqueo. 

Ocurre que un artículo de la ley incluye al Bonar junto al Global 2017 (de menor liquidez), como una de las alternativas que pueden elegir quienes adhieran al régimen para ahorrarse una parte de la penalidad asociada con la exteriorización de capitales.

Así las cosas, se genera el siguiente escenario:

- Quienes se adhieran al régimen antes del 31 de diciembre tendrán que pagar un 10% 

- Aquellos que lo hagan entre esa fecha y hasta el 31 de marzo de 2017 deberán soportar un 15%

- No obstante, estos últimos (es decir, los que entren al blanqueo en el primer trimestre) podrán reducir esta tasa al 10% siempre que abonen con esos títulos.

Esto lleva a anticipar en la city porteña que habrá una muy alta demanda de estos papeles.

Con este escenario en mente, la ingeniería que aplicó el Gobierno tiene como foco los vencimientos de deuda del año próximo.

En concreto, el artículo incluido en la Ley 27.260 sostiene que, si se ingresa al plan durante el primer trimestre del año próximo, "se podrá optar por abonar el impuesto especial mediante la entrega de títulos Bonar 2017 y/o Global 2017, expresados a valor nominal, a una alícuota del 10%, hasta el 31 de marzo". 

"Si se repara en este punto, la inclusión de estos títulos le permitiría al Gobierno ganar una mayor cantidad posible de deuda a ser rescatada que vence el año próximo", señalan en la city.

Para ejemplificar lo antes expuesto se puede realizar el siguiente ejercicio: quien blanquee u$s1 millón a partir del 1° de enero podrá elegir entre pagar u$s150.000 en efectivo o u$s100.000 en Bonar o Global.

El otro dato es que cuando el Estado reciba esos títulos, considerará a cada uno de ellos a su valor nominal. Es decir, a u$s100.

Esto implica que con el precio actual del Bonar 2017 (de unos u$s105) a todas las personas que decidan adherir al blanqueo en esta etapa les alcanzará con comprar u$s105.000 de este título.

De este modo, se estarán evitando el pago de los u$s150.000 que le correspondería en caso de recurrir al efectivo.

Así, el blanqueo podría contribuir en varios aspectos a descomprimir el escenario financiero 2017.

Esta situación se da en un contexto en el que las estimaciones de consultoras privadas contemplan seriamente la posibilidad de superar el monto exteriorizado de u$s20.000 millones proyectado por el ministro Prat Gay.

Incluso, hay quienes se arriesgan y plantean una meta mucho más ambiciosa, al señalar que hasta se pueden alcanzar los u$s50.000 millones.

Este "éxito" fortalecerá políticamente al Gobierno y le permitirá ganar algo más de oxígeno, algo vital, especialmente en un contexto recesivo.

Además, contribuirá a facilitar el cierre del Programa Financiero del año próximo, muy exigente por cierto 

Si bien el impacto podría ser relativamente acotado en términos de actividad económica (no se prevé efecto riqueza ni incremento de la rentabilidad), sí podría, por efecto sustitución, dar lugar a un cambio no menor.

Concretamente, el de que se genere una mayor demanda doméstica de bienes registrables, como autos o viviendas.

Además, alentaría inversiones específicas (a través de fondos, por ejemplo) y, vía indirecta, redundaría en un crecimiento de la capacidad prestable (efecto mínimo). 

Esto tendría un impacto positivo para cubrir el desequilibrio financiero de las cuentas públicas a partir del ingreso de las multas (entre u$s3.500 millones y u$s4.000 millones) y el mayor impuesto a las Ganancias (u$s1.500 millones adicionales por año).

Paralelamente, permitiría equilibrar la cotización de algunos títulos como los mencionados anteriormente, no sólo mediante la suscripción del bono 3x1 para exteriorizar activos, una de las emisiones que mayor adhesión ha despertado.

El doble filo de la "lluvia de dólares"

Claro que las buenas perspectivas del blanqueo no implican, de por sí, la solución a todos los problemas del Gobierno.

De hecho, en este nuevo escenario la interpretación que se hace en el equipo económico es ambigua

- Por un lado, el ingreso de los más de u$s4.600 millones que el ministro Prat Gay informara oportunamente bien podría duplicar la cantidad de divisas depositadas en el sistema financiero (en promedio apenas superaron los u$s8.000 millones en los últimos años) si se confirmasen los pronósticos que muestran una evolución cada vez más relevante en esta materia.

-.Sin embargo, del otro lado, existe un peligro potencial: que ese mismo ingreso termine propiciando una tendencia hacia el debilitamiento de la cotización del billete verde, un factor que podría golpear a la raquítica competitividad que se observa en algunas economías regionales

En los últimos días, y a pesar del salto que registró el tipo de cambio hasta tocar los $ 15,80, la competitividad cambiaria parece no haber mejorado.

Así se desprende del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) desarrollado por el Banco Central.

Este indicador mide el precio relativo de los bienes y servicios locales con respecto a los de un grupo de países con los que comercia la Argentina, tales como Brasil, Estados Unidos, China y la zona Euro. 

A fines de la última semana, y a pesar de las subas registradas, este índice había empeorado, ya que la devaluación del peso fue menor que la del real brasileño, con una fuerte influencia en dicha canasta de monedas

Si se toman como referencia los contratos de dólar futuro:

- Recién en enero de 2017 se espera que el tipo de cambio llegue a la zona de los $16, lo que implica una velocidad de devaluación del 1,2% mensual o 15% anual.

- En tanto, para octubre del año próximo esos contratos se están pactando en el orden de los $18,70.

Según los analistas, esta perspectiva de "dólar chato" incentivará, a su vez, una mayor llegada de fondos que ven en la tasa en pesos un atractivo adicional.

Para un inversor del exterior, tanto Estados Unidos como Europa hoy día ofrecen premios bajísimos en renta fija.

Incluso, como ocurre en Alemania, se observan tasas negativas. Es decir que el fisco hasta les cobra un margen por entregarle bonos a cambio de euros.

Al trasladar este escenario puede comprenderse que haya miles de millones de dólares (y euros) dispuestos a ingresar en la Argentina para colocarse en tasas en pesos.

Su principal incentivo radica en la perspectiva de un tipo de cambio "plano" que prácticamente les permite traducir dicha tasa a dólares.

Lo cierto es que, aun pese al efecto Trump, quedó evidenciada la tendencia a la estabilidad cambiaria, ya que la devaluación nominal del peso estuvo muy por debajo que la que sufrieron otros países de la región. En particular, México y Brasil.

Al escenario de dólar amesetado hay que sumarle la entrada asegurada de nuevas divisas, producto de la colocación de bonos

La nueva deuda emitida hoy supera los u$s39.000 millones. De ese total, casi 54% son pasivos "de mercado", es decir, dejando afuera los compromisos asumidos con el propio sector público y con organismos oficiales.

Se trata de un registro que a fines de 2015 totalizaba unos u$s74.000 millones. Es decir, 16,5% del PBI. 

Al desagregar estos conceptos, se tiene que el Gobierno: 

- Emitió $204.503 millones en bonos en pesos a tasa fija

- En tanto, pudo colocar apenas $4.626 millones en títulos en moneda local ajustables por CEREn dólares, el resultado fue otro:

- Emitió nueva deuda por u$s20.138 millones.

- A esa cifra hay que descontarle u$s16.500 millones utilizados para pagarle a los holdouts.

También se hicieron emisiones en euros por 5.600 millones.

Por lo pronto, el escenario actual viene combinando un blanqueo exitoso con bonos que se perfilan para crecer fuerte (ya que les permiten a los ahorristas pagar menos por su adhesión al régimen) y las perspectivas de un dólar amesetado.Festejan los fondos comunes de inversión del exterior, que ganan con las altas tasas en pesos, lo sufren las economías regionales que sienten, una vez más, la "mochila " del atraso cambiario sobre sus espaldas.

Temas relacionados