Alrededor de 160 trabajadores de la empresa Informática Fueguina Sociedad Anónima (IFSA), podrían quedar en la calle a raíz de la decisión de esa compañía de cerrar su planta de Tierra del Fuego.

La firma se dedica a la producción de las computadoras del programa Conectar Igualdad y a ensamblar netbooks y notebooks de la marca Positivo BGH.

Según los medios fueguinos, el fin de la producción está ligado a la quita de aranceles a la importación que definió el Gobierno de Mauricio Macri desde marzo próximo.

El diputado nacional y secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Río Grande, Oscar Martínez, señaló este viernes que "todavía no hay un sólo despido confirmado", pero puso dudas sobre la continuidad de la empresa.

"Esperamos poder revertir la decisión de la empresa y garantizar la continuidad laboral de los trabajadores. Pero lamentablemente, cerca de 400 contratos en BGH no van a ser renovados", sostuvo Martínez, en conferencia de prensa.

Además, denunció que "no están consideradas las producciones para los primeros meses de 2017".

A su criterio, "es una decisión del Gobierno nacional intentar expulsar las fábricas de Tierra del Fuego. Y los empresarios, tal como lo han hecho siempre, van a defender su negocio: si tienen que cerrar sus puertas para importar, no van a tener ninguna duda en hacerlo".

Por eso, convocó al "Gobierno para que asuma la responsabilidad que le compete, en defensa de los intereses de los habitantes de Tierra del Fuego. Todo lo demás es 'chamuyo', verso de campaña".

"Hay una realidad preocupante y urgente que debe atenderse de manera inmediata", concluyó.

Desde la empresa negaron que IFSA haya pedido la quiebra o realizado despidos y que la empresa continuará operando en la Argentina.

"La baja del arancel de importación para PC y notebooks anunciada recientemente por el Gobierno Nacional, sobre la cual aún no existe un decreto firmado, producirá un impacto significativo en la actividad de todo el sector, cuyo alcance aún no se ha determinado", informó en un comunicado.

"La empresa lamenta la situación que afecta la actividad de la industria, que le resulta totalmente ajena y generada como consecuencia de las políticas públicas nacionales, y espera que la situación pueda superarse en un marco de diálogo constructivo entre todas las partes involucradas".

Cerca de la compañía admitieron, no obstante, que si el Gobierno finalmente firma el decreto de quita de aranceles como prometió es muy probable que la fábrica se cierre.