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El fracaso es tal que tuvieron que enfrentar la “terrible tragedia” de ofrecer parte de la mercancía que no se vendió a precios con grandes descuentos
22/11/2016 - 01:45hs

La compañía de moda Abercrombie & Fitch, que llegó a tener más de 300 sucursales en los Estados Unidos conoció el éxito apostando a clientes jóvenes, "atractivos" y "delgados" pero ahora no sabe cómo salir de esa encerrona.

Sus tiendas se hicieron famosas por una decoración que simulaba el ambiente de una discoteca de moda y por usar a chicos sin camisa, con cuerpos esculturales, que hacían de anfitriones de los clientes.

Esa estrategia, diseñada por su polémico exdirector ejecutivo Mike Jeffries, incluía el despliegue prominente de su logo sobre la ropa y la limitación de las tallas disponibles, para que su ropa solo pudiera ser usada por gente esbelta.

Sus catálogos fueron considerados casi pornográficos, al punto que durante años se vendieron en bolsas plásticas selladas y sólo a compradores mayores de edad.

Pero ahora, la compañía registra una caída en sus ventas durante 15 trimestres consecutivos y, en el último de ellos, las ganancias cayeron 81%.

El fracaso es tal que tuvieron que enfrentar la “terrible tragedia” de ofrecer parte de la mercancía que no se vendió a precios con grandes descuentos, algo que se había evtado históricamente para que no se lesionara la imagen de la marca.

Sus acciones acumulan una caída de casi el 40% en lo que va de año.

La situación ha obligado a la empresa a anunciar el próximo cierre de 35 tiendas en Estados Unidos, lo que elevaría a 50 el número de cierres ocurridos en 2016 y a más de 200 los que se han producido en los últimos dos años.

El declive de la compañía comenzó durante los últimos años de la gestión de Jeffries, quien abandonó la dirección de la empresa en diciembre de 2014 forzado por las circunstancias.

Desde entonces, Abercrombie & Fitch no logró encontrar a un nuevo director ejecutivo ni una estrategia comercial que funcione.

Los analistas atribuyen la caída de sus ventas a los cambios ocurridos en las preferencias de los adolescentes que, al parecer, ahora optan por comprar en tiendas muy populares como H&M, Forever 21 y Zara, que además ofrecen mercancía a precios más económicos.

En un cambio de estrategia, el año pasado la compañía retiró a los descamisados jóvenes esculturales de sus tiendas y continuó con el proceso de hacer desaparecer los grandes logos que caracterizaban sus prendas.

Esto, con miras a satisfacer a unos clientes que buscan menos uniformes y más ropa que les permita destacar su individualidad, consigna BBC Mundo.

¿Será suficiente para frenar el desplome en ventas?

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