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Energí­as limpias: el "sueño americano" de Trump podrí­a complicar el proceso de inversión en Argentina
23/11/2016 - 17:14hs

Apenas se conoció la noticia de que Trump será el próximo presidente de la principal potencia económica y militar del mundo, ocurrió lo previsible: se derrumbaron las acciones de varias de las empresas estadounidenses. 

En particular, la que se desenvuelven en el sector de las energías renovables. A modo de ejemplo, las del mayor fabricante de turbinas eólicas (Vestas Wind Systems) se desplomaron hasta un 14% en las primeras horas.

¿Por qué? Básicamente porque el magnate dejó entrever en su campaña que apostará, casi con exclusividad, por los hidrocarburos no convencionales en los próximos cuatro años.

Este punto forma parte de su plan de crecimiento y desarrollo orientado a alcanzar el "sueño americano" que tanto seduce a la alicaída clase media.

Hay algo que es cierto. Estados Unidos tiene una importante reserva de shale gas, superior a la de Vaca Muerta y a la de los grandes yacimientos de China.

Ansioso por dinamizar estos negocios, hasta se animó a plantear que rompería el acuerdo de cambio climático firmado en París.

Por cierto, el país del norte acumula el 40% de la deuda climática a nivel global, producto de los daños causados en el medio ambiente, según la revista especializada "Nature Climate Change"

Con este plan en mente, disparó munición gruesa contra las dos tecnologías energéticas de mayor crecimiento: eólica y solar: 

-Sobre la primera, declaró que los aerogeneradores "hacen mucho ruido" y que "matan millones de aves", retomando así un discurso que ya era polémico allá por los años 90.

-Contra la tecnología que aprovecha la radiación solar, se guardó un misil, acusándola de no ser "competitiva".

Lo que está claro es que el corazón -y el bolsillo- del excéntrico sucesor de Barack Obama anhelan un boom del consumo, aprovechando la explotación del gas y el petróleo. 

Poco le importa la baja del barril a menos de u$s50. Su intención es la de avanzar con máquinas de perforación para extraer shale gas y así garantizar el autoabastecimiento.

En este contexto, los expertos están preocupados por el impacto que tendrá su política económica en el desarrollo de las "energías limpias" en la Argentina.

En el campo de las renovables, uno de los puntos que concentra la atención es la (alta) probabilidad de un incremento en el costo del dinero. Es decir, de las tasas de interés que rigen para los créditos.

Federico Cao, economista especialista en el sector energético de la consultora Abeceb.com, es uno de los que cree que el encarecimiento del acceso al capital dar lugar a un debilitamiento en esta actividad.

"Es una industria de capitales de intensivos, por eso el financiamiento tiene un peso mayor respecto a otros rubros", explica en diálogo con iProfesional.

A diferencia de lo que ocurre con las centrales térmicas (que suelen generar energía eléctrica a partir del uso de gas natural y del fueloil), en los pryectos basados en recursos renovables el principal desembolso es, precisamente, la inversión inicial, ya que los costos operativos son relativamente bajos.

En el caso de un parque de energía eólica o solar, los gastos de operación y de mantenimiento son mínimos, ya que pueden ser administrados con muy escaso personal. Básicamente, se debe a que no requieren de la compra de combustible para su funcionamiento. Por ahora, el sol y el viento son gratis.

Es por eso que Cao subraya que el costo del dinero es el corazón de la rentabilidad y la variable clave que marca la viabilidad de un emprendimiento.

Un aumento en la tasa de interés en los Estados Unidos tiene altas chances de impactar negativamente en el clima de negocios. En particular, en aquellos países que no disponen de un fluido acceso al mercado de capitales.

A este problema, que se espera junto con el ascenso de Trump, el experto agrega los coletazos derivados de la mayor incertidumbre.

Recuerda que cuando el clima se enrarece, los empresarios reorientan su dinero hacia "activos más seguros" (fly to quality). Así, las naciones más estables y desarrolladas vuelven a acaparar la atención de los capitales.

Priorizan el menor riesgo y se alejan de los mayores rendimientos que pueden lograr en países emergentes o del Tercer Mundo.

Renovables, con fuerza propiaEste cambio de escenario, que trae aparejado la llegada de Trump a la Casa Blanca, no alcanza para torcer la curva de crecimiento de las tecnologías sustentables, aseguran los especialistas.

En este sentido, Cao destaca los avances propios de un mercado en plena expansión, en un contexto en el que las renovables aportaron en el mundo casi el 20% del consumo total de energía durante 2014. 

Más aun. Durante el 2015, se registró un incremento en la oferta (cercano a los 150 GW), producto de una inversión global de casi u$s300.000 millones.

"Las energías renovables se han ido desarrollando en el mundo con políticas de protección, incluso en los Estados Unidos", apunta Cao.

En el caso de la Argentina, califica de exitosa la subasta que lanzó el Ministerio de Energía, a raíz de los precios que pudo cosechar.

"Se consiguieron números sorprendentes para la energía eléctrica; esa tendencia es fuerte y va a continuar", remarca.

Contra todos los pronósticos, logró para la energía eólica una referencia de u$s49 el MWh como oferta más baja, algo inédito en su historia.

Todo esto le hace pensar que el "contexto" puede seguir siendo favorable.

Afirma que el sector tiene condiciones como para "superar los obstáculos que le plantee la política de Trump", tanto en el plano económico como financiero.

En el mismo sentido opina Federico Díaz Azcuénaga, desde KPMG Argentina: "Se puede ser optimista y pensar que una suba de las tasas no tendrá un impacto significativo, en la medida en que se mantenga dentro de un ritmo de crecimiento moderado".

No obstante, condiciona las inversiones en estas tierras a la resolución de los desequilibrios macroeconómicos.

Azcuénaga entiende que "la Argentina se encuentra frente a un escenario aún complejo en lo que se refiere al acceso al financiamiento de proyectos de energías renovables". 

Si bien cree que los organismos multilaterales tendrán un papel relevante aportando fondos relativamente baratos, advierte que estos no serán suficientes para cubrir las necesidades.

Plata dulce A principios de año, el Gobierno Nacional reglamentó la Ley 27.191, que propone hacia el año 2018 que un 8 por ciento de la matriz eléctrica esté compuesta por energías limpias.

Con el Decreto que le dio vida, la cartera energética asignó recursos por $12.000 millones a la conformación del Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Energías Renovables (Foder).

Este "pozo" se nutrirá de dinero del Tesoro, por el ahorro de al menos el 50% de la compra de combustibles fósiles que se logran mediante el uso de energías renovables.

Para Cao, esta herramienta podría aplicarse para abaratar el acceso al crédito de los proyectos que sean licitados a futuro por el Ministerio que dirige Juan José Aranguren.

Así mejoró aún más las expectativas del rubro.

Argentina, en medio de una guerra  Una vez que Donald Trump esté en funciones, las principales potencias económicas estarán atentas a la política comercial que vaya a aplicar.

¿Qué pasaría en la Argentina, de darse una escalada proteccionista por parte del gigante del norte?

En principio, es de esperar que China y los principales fabricantes de Europa busquen colocar su tecnología en Latinoamérica.

En este contexto, la frontera abierta que propone el presidente Mauricio Macri se convertirá en una gran amenaza para los industriales locales.

La fabricación de paneles solares, aerogeneradores de alta y baja potencia llegarán por barco, siendo -por los bajos precios- una prioridad para los inversores locales y extranjeros.

"Hoy entre China y las compañías nacionales hay una diferencia de costos y de calidad importante", apunta Cao.

Además, para avanzar en un parque eólico, el desarrollador estudia la rentabilidad de su proyecto en función de los equipos a utilizar.

Mientras mejor aprovechen el sol o el viento, mejores son los beneficios.

"Este negocio, en general, se maneja llave en mano", explica el experto, al tiempo que añade que "la empresa quiere vender todo junto".

Es por eso que ve con dificultad el crecimiento de proveedores nacionales.

Punto de inflexiónEl ingreso de Trump a la Casa Blanca se da en un momento más que particular para el negocio de las energías renovables en Argentina.

La actividad está dando sus primeros pasos, lo que implica la planificación de empresas de origen local y extranjeras con mirada para el largo plazo.

Por primera vez en mucho tiempo, la apuesta por la transformación de la matriz fue grande.

Entre las Rondas "1" y "1.5", el Ministerio de Energía y Minería puso en juego cerca de 1.800 MW de potencia.

Representa prácticamente la totalidad de la capacidad de las líneas de trasmisión de energía eléctrica de alta tensión. 

Hablando en plata, se trata de más de u$s2.500 millones destinados a inversiones productivas.

Por un efecto Trump, de cara a una próxima licitación, prevista según el propio Aranguren para abril de 2017, los valores de la energía podrían escalar.

A priori, se supone que seguirán siendo competitivos frente a los fósiles.

Sin embargo, un aumento del costo del dinero puede reducir esa brecha que viene jugando muy a favor de las energías limpias.

Todo esto, claro, si Turmp avanza con todo lo que dijo que iba a hacer.