Una buena para el Gobierno en tiempos en que la economía sólo da malas noticias. Uno de los peso-pesados globales de la tecnología decidió volver al país, un año y medio después de haber hecho las valijas por el hartazgo que le provocaba las regulaciones cambiarias y de importaciones.

Se trata de Symantec, uno de los líderes en el segmento de seguridad informática que hoy, con nueva conducción corporativa y con un nuevo contexto político en la Argentina, vuelve a abrir oficinas en Buenos Aires.

Lo cierto es que para esta firma las idas y venidas ya son una marca personal. Ya se había retirado en 2001, en medio de la gran recesión, para luegovolver en 2004 tras haber comprado Veritas. El regreso de este año se da en una situación similar: la compañía vuelve al país tras haberse acordado, en junio pasado, la adquisición de Blue Coat que tenía oficinas comerciales en estas latitudes.

Y la segunda partida ocurrió en abril de 2015, cuando se cerró la filial que, irónicamente, había sido inaugurada por la mismísima Cristina Fernández de Kirchner en 2011. La determinación se tomó por las trabas existentes para importar, pese a que los ingresos que obtenía la subsidiaria local era, según lo informado en ese momento, lo suficientemente importantes como para continuar manteniéndola. Por eso tanto Esguerra como Conti advirtieron que esa determinación fue tomada por otra gestión.

Ahora, la compañía regresa a la Argentina inmersa en un proceso de transformación que abarca a la operación global. Y que, en la parte local, implicará ofrecer soluciones integrales de seguridad informática para los distintos segmentos de usuarios. En una primera etapa, el nuevo desembarco se concentrará sólo en el área comercial y, más adelante, se analizará si es posible avanzar con procesos de mayor valor y desarrollo.

Así lo hizo saber a iProfesional Luisa Esguerra, country manager de Symantec Colombia, y a cargo de la expansión de las operaciones de la compañía en distintos mercados de América latina, entre ellos, la Argentina. "Están sucediendo muchas cosas con la integración de la compañía a nivel mundial y eso nos trae de nuevo a la Argentina, donde desarrollaremos una nueva estrategia de mercado para posicionarnos más fuertemente", explicó la ejecutiva.

Si bien la directiva aclaró que la última decisión de retiro de la compañía no fue tomada por la actual conducción, destacó que Symantec "volverá a tener presencia con un enfoque diverso en materia de seguridad. La nueva Symantec tendrá una nueva orientación de su negocio. En este momento nos hemos quedado con un portafolio completo de seguridad con la compra de Blue Coat y somos la empresa de seguridad más grande del mundo, constituida por una oferta donde se puede encontrar todo lo vinculado con la protección del usuario, desde la encripción, la protección del tráfico, de la información, del correo, todo vía web", indicó.

En junio pasado, Symantec adquirió Blue Coat por unos u$s 4.650 millones y ya en ese entonces se preveía que el cierre de la operación estaría lista durante el tercer trimestre del año. En ese marco, y cumplimentado ese proceso, la compañía inició el proceso de reorganización en cada uno de los países donde tenía presencia con una o con ambas firmas.

"Hasta ahora la compañía estuvo en un período de mucho silencio, y vamos estar más presentes, con más fuerza en el mercado local. La operación será, en esta instancia, 100% comercial, y quienes lideran la operación analizaremos futuras posibilidades en virtud del potencial de la compañía y de la ecuación más indicada para el país", destacó, por su parte, Ignacio Conti, director de ventas regional de Symantec.

Sucede que, en paralelo al cierre de la adquisición de Blue Coat, Symantec avanzó con otra transacción y se quedó con Lifelock, una compañía que desarrolla soluciones de ciberdefensa, por u$s 2.300 millones.

Y aquí se abre otra alternativa de negocio. Desde Symantec advierten que el Gobierno está revisando diversas plataformas tecnológicas para incorporar a la administración y el objetivo será ofrecer sus soluciones para convertirse en un eventual proveedor del Estado.

"Desde afuera vemos a la Argentina en un contexto regional donde las perspectivas económicas se encuentran en instancia de mejoramiento. Se trata de un mercado súper relevante donde tenemos como meta crecer. Por eso habrá mucho esfuerzo local para lanzar productos y entender las necesidades de los diversos consumidores", concluyó Esguerra.