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Multiplicar el "estilo Vidal": la gran apuesta estratégica del macrismo para la elección legislativa 2017
27/11/2016 - 06:04hs

Mientras las candidaturas y las estrategias decantan y le van dando forma a las elecciones legislativas del próximo año, un dato ya aparece como inevitable: Cambiemos se encolumnará detrás de la gobernadora María Eugenia Vidal.

Si bien no será candidata bajo el formato "testimonial" que practicó el kirchnerismo en 2009, prestará su altísima imagen y aportará su estilo para apuntalar una elección vital para la supervivencia del espacio.

La necesidad, en verdad, es mutua. El Gobierno se apoyará en ella para conquistar el caudal de votos que necesita. Pero la gobernadora también se juega parte de su gobernabilidad.

Es que necesita sumar mujeres y hombres propios en ambas cámaras de la Legislatura para no depender de la constante negociación con el massismo, el GEN y los distintos bloques peronistas.

El fenómeno de Vidal es en algún punto novedoso. Lejos de desgastarse como gobernadora de la provincia más grande y compleja del país, logró capitalizar y reforzar algunas características de liderazgo que ya se vislumbraban en la instancia de la campaña electoral.

Las encuestadoras, que raramente coinciden en sus hipótesis, no dudan ahora en señalarla como la dirigente con mejor imagen del país, por encima del presidente Mauricio Macri entre 8 y 15 puntos.

El primer año de gestión dejó en claro que, si bien Vidal le ofrenda a Cambiemos fidelidad absoluta, su estilo y el del Presidente comienzan a diferenciarse.El peso de los númerosNo es casualidad que en la foto de cada anuncio o recorrido importante que Macri hace por el país se pueda ver a la gobernadora. La lógica es matemática y tiene que ver con cómo mide ella en las encuestas.

Los últimos relevamientos confirman que Vidal se ha despegado del jefe de Estado. Para Aresco, la consultora de Julio Aurelio, la diferencia entre los dos dirigentes se ubica en alrededor de 8 puntos.Vidal tiene una imagen de gestión positiva de 58% y Macri, de 50%, unos ocho puntos menos que cuando asumió.

El Grupo de Opinión Pública que dirige Raúl Timerman coloca esta ventaja en 15 puntos. En el relevamiento, la gobernadora tiene 66% de imagen positiva mientras que Macri mide 51%.

Los encuestadores coinciden en señalar un fenómeno: los bonaerenses perciben que, aun sin pronunciar el léxico de la justicia social, Vidal está muy abocada a resolver problemas y a tratar con lo más cotidiano de la agenda pública, lejos de la "rosca política".

La brecha entre ambos deja entrever una diferenciación de estilos, impensable hace un año, cuando Cambiemos recién llegaba al poder. El peso de los números es tan contundente que, en el marco de la última entrevista, el Presidente se vio obligado a hablar del tema.

"Me encantaría que tuviera 30 puntos más que yo en las encuestas. Sería el hombre más feliz del mundo. Es una dirigente brillante y me emociona su compromiso", aseguró el jefe de Estado.

"Yo estoy ahí, al lado, para cuidarla y acompañarla en todo. Necesitamos una provincia ordenada. Lo que ella recibió es igual de malo que lo que recibimos a nivel nacional", sostuvo, minimizando así cualquier teoría que apunte a señalar que hay un desgaste en la relación.

Más allá de su buena imagen personal -algo que fue explotado durante la campaña y el primer año al frente de la provincia- a la gobernadora los números también le dan bien cuando tiene que dar cuenta de su gestión.

Según un relevamiento del Centro de Análisis e Investigación de Taquion, avalado por la Universidad Abierta Interamericana (UAI) y Axonier, el 51% de los bonaerenses considera positivo su trabajo, cifra que es muy superior al 37% obtenido por el Presidente.

En esta línea, el 54% de los bonaerenses sostiene que el mayor problema que tiene por delante la gobernadora es la inseguridad.

En este sentido, el 62% cree que está haciendo frente a este inconveniente mientras que el 71% opina que lo hace de la manera correcta.

Estilo 100% Vidal"Yo tengo un Presidente que me banca", repite cada vez que la consultan sobre si busca diferenciarse de la gestión nacional.

Esto, claro está, es en alusión directa a la siempre tensa relación que mantuvieron Cristina Kirchner y Daniel Scioli, con los recordados episodios de asfixia financiera que llevaban al ex gobernador a postergar pagos de aguinaldos o a tener conflictos con el gremio docente.

Muy lejos de esa situación, Vidal contó con cierto "colchón" del Gobierno. Y logró, en un año, cierta cintura política para no sufrir los embates diarios de la agenda nacional, algo de lo que Macri no puede escapar.

Opina poco sobre algunos temas relevantes, refuerza sus alianzas de convivencia con el massismo y el peronismo dentro de la provincia y no se expone en cuestiones que no sean la de gestión, la del día a día.

Tampoco es casual la elección de los temas que dominan su agenda: la "lucha contra las mafias", la administración de los programas sociales y las reformas en seguridad.

La lógica y el entramado complejo de la política bonaerense le exigieron, desde el principio, una estrategia de equilibrista para hacer pie en el bastión más peronista del país.

Para eso, consolidó, de a poco, un estilo propio con el visto bueno de Macri, quien -en una lógica que lo aleja de la construcción de poder que practicaba el kirchnerismo- entiende que el crecimiento con cierta independencia que ella practica lo beneficia.

Por ejemplo, aunque denunció desde el día 1 la situación que heredó de la gestión Scioli, no permitió que el concepto de "grieta" interviniera en los armados políticos.

En este sentido, se movió con absoluto pragmatismo. Habla con Sergio Massa con cierta frecuencia y la relación se vuelve más fluida cada vez que la gobernadora necesita el apoyo legislativo del líder del Frente Renovador, ya sea para garantizar el presupuesto o para tomar deuda.

Incluso fue más allá: se animó a designar como ministro de Producción a Joaquín de la Torre, intendente de San Miguel, electo por el Frente Renovador y actual nexo con los intendentes de Conurbano.

También imprime su estilo en el trato con la gente. Si bien Vidal participa de los ya clásicos "timbreos" que Cambiemos organiza por distintas partes del país con pretendida espontaneidad, mantiene desde el inicio de la gestión una costumbre.

Todas las semanas aparece -de sorpresa y con un equipo mínimo de asesores y custodia- en alguna repartición de trabajo bonaerense para dialogar de manera informal. Recorrió comedores, escuelas, hospitales y oficinas de gobierno.

Cerca de ella cuentan que cree que ese contacto le permite mantener la temperatura de la realidad, algo que puede salvarla de tener sorpresas propias de la "burbuja" en la que suelen moverse los dirigentes.

"Sigo el tema de cerca. Pero no va a ser nuestro primer diciembre, ya tuvimos uno en la provincia y varios en la Ciudad", respondió cuando le consultaron sobre cómo se prepara para enfrentar los rumores sobre un fin de año con alta conflictividad social.

Con ese mismo estilo, poco edulcorado y directo pero calmo (que tanto parece rendirle) comunicó que, a pesar de que Nación le pagará un bono a los estatales, la medida no tendrá un correlato en territorio bonaerense: "No tengo la plata para pagar el bono de fin de año. No puedo."

Más allá de lo discursivo, la estrategia en el territorio para cultivar votos será tradicional.Cerca de Vidal prometen "el plan más ambicioso de infraestructura de la historia de la Provincia". Aseguran que ya hay obras en marcha en cada localidad y que en marzo eso se va a notar.Del candidato neurocientífico a los NNEl mayor desafío que tendrá Cambiemos en el armado de listas bonaerenses será presentar candidatos atractivos sin que opaquen la figura de Vidal.

Ese doble juego se plasmará, en concreto, en personajes convocantes de peso propio y otros "renovadores de la política", más jóvenes y poco conocidos.

"Para nosotros es una elección muy importante. Muy, muy importante. Pero tampoco hay que dramatizar. La gente votó a Macri y a Vidal para que los gobiernen cuatro años", aseguró el ministro de Gobierno, Federico Salvai, la mano derecha de la Gobernadora.

"En el medio hay una elección legislativa que queremos ganar. Y quiero ganarla por sobre cualquier cosa", completó.

Los nombres, por ahora, son tan solo hipótesis, porque dependerá en gran medida de si la ex presidenta, Cristina Kirchner, y el ex gobernador, Daniel Scioli, finalmente se anotan en la contienda.

La diputada Elisa Carrió, el ministro de Educación, Esteban Bullrich; el intendente de Vicente López, Jorge Macri; y el neurólogo y best-seller, Facundo Manes, son algunos de los nombres que resuenan.

También se sumaría a esa lista Gladys González, quien pasó a primer plano este año como co-interventora del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), del detenido Omar "Caballo" Suárez.

Más allá de las caras conocidas, Cambiemos ofrecerá listas con jóvenes con una biografía política más volcada a lo profesional que a cierto barro partidario.

En otras palabras: busca replicar aquello de la gobernadora que tan bien recepciona el electorado bonaerense.

La apuesta es clara: aún sin que ella sea candidata, Cambiemos quiere multiplicar el "estilo Vidal" para ganar la elección de medio término y posicionarse de cara a 2019.