iProfesionaliProfesional

El escenario para los próximos meses indicaría que los rendimientos de las letras del Banco Central irían cayendo frente a la inflación 
29/11/2016 - 14:52hs

El "carry trade", la mejor inversión del 2016, entró en zona de riesgo. La operatoria es muy sencilla y consiste en pasarse de dólares a pesos para aprovechar las altas tasas en moneda local, pero además protege de la tendencia a la apreciación de la moneda ante un dólar que se fue desinflando a lo largo del año.

Sin embargo, a partir de la victoria de Donald Trump el negocio ya no parece tan seguro: el Banco Central aceleró la baja de tasas, mientras que el tipo de cambio salió de su modorra pasando de $14,95 a $15,70 en poco más de dos semanas.

El escenario más probable es que de acá a fin de año Federico Sturzenegger vuelva ajustar las tasas de las Lebac para abajo. En parte para forzar la reactivación, pero también para desactivar la "bomba de tiempo" que se estaba creando ante un atraso del tipo de cambio cada vez más marcado. Por lo tanto, el peligro de quedarse en Lebac es que la renovación hacia fin de año podría ser con tasas más bajas que las actuales. Y aún así ya no es lo mismo quedar invertido al 25% que al 38% anual en pesos como a mediados de este año.

Aunque el escenario se volvió más incierto, hay algunas pistas para tener en cuenta. Uno de los puntos que empiezan a advertir los analistas es que resultará muy difícil, o casi imposible, cumplir con la meta del Central de una inflación con un techo de 17% anual para el año que viene. No sólo la expectativa de mercado es que se ubique en alrededor del 20%, sino que algunos factores podrían llevarla incluso más arriba: por ejemplo el ajuste pendiente en los precios de los servicios públicos (habrá una nueva ronda de incrementos en 2017), pero además se prevé una política monetaria algo más laxa para llegar en forma más holgada a las elecciones de octubre y darle a la economía algo más de aire.

En este contexto, para aquellos que siguen apostando a inversiones en pesos para aprovechar tasas todavía relativamente atractivas y un dólar más alto (es decir que se obtienen más pesos si se venden), reaparecen en el escenario los bonos ajustables por CER. Estos títulos fueron uno de los favoritos en los últimos dos años, ante la expectativa de que el Gobierno volviera a medir bien la inflación, algo que sucedió a partir de mediados de año. Sin embargo, en 2016 estos papeles quedaron rezagados por el gran rendimiento de las Lebac, con tasas muy positivas en términos reales, es decir que le ganaron por varios puntos a la inflación.

Ahora, ya no está tan claro que las Lebac seguirán ganándole por tanto terreno al índice de precios, por lo que los bonos con CER son los que pueden asegurar mejor esta alternativa. Y se trata de una inversión de mediano plazo, donde es posible fijar un rendimiento que a la larga puede resultar más que interesante.

El menú de bonos ajustables por CER se amplió luego de la emisión del BONCER por parte de este Gobierno, que vence en 2020. Este bono, uno de los más cortos de la familia de títulos en pesos ajustables, presenta un rendimiento de 2,74% anual por encima de la inflación. Paga intereses semestralmente y luce mucho más atractivo que un plazo fijo. Los bancos ya están pagando por debajo del 20% anual, con lo que las tasas se volvieron mucho menos interesantes para los inversores. El Boncer 2021, de similares características pero con un un año de más de plazo, rinde ya más de 4% por encima de la inflación.

Pero también hay opciones más largas y tradicionales, como los bonos Discount y Par en pesos. En este caso, los rendimientos van del 4% al 4,5% anual por encima de la evolución de la inflación. Estos títulos, surgidos en la reestructuración de la deuda en 2005, fueron muy populares hasta que en 2007 el INDEC comenzó a manipular los índices de inflación.

La popularidad de estos bonos reapareció con la expectativa de una medición más confiable, lo que finalmente ocurrió. El problema de estos títulos es que al ser muy largos (2033 y 2038) tienen un alto nivel de volatilidad, por lo que hay que estar dispuesto a aceptar fuertes variaciones de precios.

Por otra parte, los bonos con CER representan una cobertura contra la inflación, ya que permiten resguardar la inversión en relación a la evolución de los precios. Eso sí, la incógnita es qué sucede mientras tanto con el nivel del dólar. Pero se supone que sin manipulación de los índices, el dólar debería aumentar menos o como mucho a la par de los precios, lo que vuelve aún más atractivos a estos productos ajustados a la inflación.