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El único brote verde, ahora en riesgo: temen que el "factor Trump" deprima la cotización de la soja
30/11/2016 - 12:36hs

El Gobierno de Macri tiene una ventaja frente a la anterior gestión: los dólares en la economía hoy no escasean. 

Por el contrario, la toma de deuda y el blanqueo permitieron revertir, en menos de un año, la acuciante falta de divisas para “bancar” el funcionamiento de la economía

Ahora la administración macrista está mucho más preocupada por otros indicadores, como el de la inflación o el del nivel de actividad, en momentos en que a uno cuesta bajarlo y al otro hacerlo subir. 

En este contexto, el precio de la soja -al igual que el del resto de los granos y derivados-, se convirtió en otro foco de alerta para el Ejecutivo.  

Principalmente, por el impacto que esto puede tener a la hora de traccionar las economías regionales y a las diferentes industrias, además de su rédito para las cajas provinciales

Es de manual que el campo, cuando logra una buena cosecha y especialmente altos niveles de rentabilidad, en cuestión de meses impulsa a otras ramas de actividad, como la automotriz, construcción, maquinaria agrícola, agroquímicos y logística.

También, en el interior del país, esto es sinónimo de más consumo en supermercados.   

Por eso es que el valor de la soja en particular y de la cosecha argentina en general, es algo que desvela al Gobierno de Macri. 

Especialmente luego de conocerse el último dato de actividad económica que arrojó la novena caída consecutiva en el año. 

A esto hay que sumar el pobre dinamismo de Brasil, que no acompaña y para cuya economía ahora se espera que en 2017 su crecimiento esté más cerca del 1% que del 2%. 

Y un día llegó Trump…Todo esto genera que sobre el campo hoy caiga la “responsabilidad” de ser la locomotora de un tren que claramente está demorando en partir

Además, el valor de la cosecha será un puntal fundamental para hacer traccionar a una economía que en pocos meses se debatirá en clave electoral. 

Lo cierto es que este año había arrancado con las mejores perspectivas para la actividad agrícola: tras levantarse las trabas a las exportaciones y eliminarse o reducirse las retenciones, se generó un clima de mayor previsibilidad

Esto terminó impactando positivamente en el ánimo de los chacareros. Al mejorárseles la rentabilidad en trigo y maíz –con una menor carga impositiva- se produjo un boom de siembra

A pesar de los avatares climáticos, que complicaron los cultivos en zonas clave y retrasaron la campaña (hasta hoy se lleva implantado el 33% de la superficie total, versus el 43% que se llevaba cubierto el año pasado), las perspectivas para el campo en cuanto a rindes y producción mejoraron notablemente respecto de la campaña anterior. 

A punto tal que desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el analista Gonzalo Hermida ratificó que “el actual ciclo que se acaba de iniciar marcará un récord histórico tanto en el área sembrada como en toneladas”. 

Desde la consultora Agritrend –aun tras el efecto inundación- también trazan un buen panorama: la perspectiva es superar el techo de las 124 millones de toneladas de granos, 11 millones más que en la campaña anterior. 

Todo estaba dado para que fuese una fiesta

Pero el ascenso de Trump se convirtió en un frente de tormenta inesperado que trajo una buena cuota de incertidumbre

De hecho, los mercados están revisando las proyecciones para uno de los componentes fundamentales del ciclo agrícola: el precio de las commodities

“Se viene un mundo menos benigno para países emergentes como la Argentina y esto, de por sí, justifica el reseteo de algunas de las políticas que lleva adelante el Gobierno nacional”, advierte el economista Jorge Vasconcelos, del IERAL. 

Hoy lo que manda es la incertidumbre. Básicamente porque la cotización de los granos a futuro está amenazada por presiones bajistas

El valor del dólar a nivel internacional se hizo eco de las expectativas de inflación y tasas de interés en ascenso en los EE.UU. 

De hecho, el denominado `dollar index`, que mide la evolución del billete verde contra una canasta de seis de las monedas más relevantes a nivel global, llegó a alcanzar su valor más elevado de los últimos 14 años.  

Y un dólar en ascenso es sinónimo, en el corto plazo, de precios de granos en baja. 

“Las commodities se verán afectadas en la medida en que la divisa estadounidense se siga fortaleciendo, porque encarecerá los productos medidos en esa moneda para el resto de los países importadores de granos y oleaginosas, como China, Europa y Asia Pacífico”, señala el consultor Pablo Adreani, director de AgriPac. 

“Esta situación sería perjudicial para los principales países exportadores de granos, incluida la Argentina”, agrega.

Agustín Tejeda, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, coincide al señalar que “la revaluación del dólar es una de las variables que más negativamente puede influir sobre los granos”. 

“Al estar valuados en esa moneda, los grandes mercados consumidores podrían disminuir el ritmo de demanda”, agrega. 

A nivel histórico, está comprobado que cada vez que subió el billete verde en el mundo, el precio de las commodities se movió en sentido contrario. 

Si bien la correlación no es perfecta, a lo largo del tiempo el movimiento inverso queda de manifiesto, tal como se observa en el siguiente cuadro que recoplia la evolución de los últimos 40 años: 

A esto se suma otro factor que genera preocupación. La súper cosecha que se espera para los tres principales países productores del mundo: Estados Unidos, Brasil y la Argentina

En el caso de EE.UU., se prevé una campaña que genera asombro incluso entre los analistas más experimentados: 386 millones de toneladas, 41 millones de toneladas más que en la anterior. 

“En apenas un año, EE.UU. incrementó su cosecha por el equivalente a casi toda la producción de maíz que se espera para la Argentina”, grafica Adreani. 

En el caso de la soja, el país del norte aportará 118 millones de toneladas, casi 12 millones más que en el ciclo anterior. 

“Son muchos los factores que pueden presionar los precios hacia la baja. Un dólar más fortalecido en el mundo, tasas de interés en alza en los EE.UU. y récords de cosecha son variables que se pueden conjugar en contra de las commodities”, apunta Emilce Terré, coordinadora del Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario. 

Pese a todo, los granos resisten… Pero, ¿hay motivos suficientes para pensar en un colapso de las materias primas ante una eventual suba de tasas por parte de la FED?

¿Está el escenario dado como para que la “súper cosecha” que apunta a lograr el campo argentino quede opacada por un “súper dólar” y, por ende, por precios más bajos?  

Para los analistas, hay una luz al final de ese túnel que ha construido el triunfo de Trump. 

Y tiene que ver, entre otros factores, con la enorme demanda de granos que se está dando a nivel mundial, motorizada principalmente por importaciones de China

“Se está generando una relación de fuerzas muy interesante: la oferta está alcanzando niveles récord. Pero la demanda también es récord, especialmente de soja”, apunta Tejeda. 

“La revaluación del dólar todavía no se observa que esté afectando los mercados de futuros, porque la relación stock/consumo, que es vital para la conformación de precios, está muy ajustada, incluso con una campaña histórica como la lograda en Estados Unidos”, agrega. 

Terré coincide al señalar que hay una gran voracidad por parte de mercados asiáticos: “La demanda demostró que está absolutamente preparada para barrer con gran parte de la oferta. Y esto funciona como un amortiguador de las cotizaciones”.

A esto se sumó un elemento extra: la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EE.UU. acaba de anunciar un incremento del corte de biodiesel para 2017, lo que significará más demanda de aceite de soja, una medida tomada en el último tramo de la administración Obama y que va en dirección contraria el perfil “pro petróleo” de Trump. 

Por esta suma de variables, el macrismo y el campo tienen algunos motivos para respirar. El precio de la soja, al menos por el momento, se muestra bastante sólido.  

En Chicago, el mercado de referencia, cerró en su nivel máximo en cuatro meses, marcando además siete sesiones consecutivas al alza.  

Básicamente porque “los datos de exportación de los EE.UU. fueron mejores a los esperados”, indicaron desde la BCR, lo que ayudó a desactivar el “efecto dólar”.

Actualmente, el valor futuro para mayo 2017 –fecha clave, porque es cuando irrumpirá la cosecha argentina- ronda los u$s389, un nivel incluso mejor que el de hoy día. 

¿Cuánto valdrá la cosecha argentina? En base a estos movimientos del mercado, desde la consultora Agritrend brindaron a iProfesional uno de los primeros análisis sobre el valor de la cosecha argentina tras la victoria de Trump. 

Este informe -que cruza diversas variables como producción, demanda internacional y precios futuros- arroja dos datos clave: el precio promedio de la tonelada de granos se espera que sea más bajo. Pero el mayor volumen contrarrestaría esta contracción

Así las cosas, la consultora trazó el siguiente escenario: 

-El precio promedio del complejo agrícola argentino (considerando soja, maíz, trigo, girasol y otros cultivos, además de subproductos como aceites, harinas y hasta biodiesel), será de u$s294 promedio por tonelada

-Este “número mágico” es inferior al del ciclo anterior, el 2015/16, cuando toda la producción se comercializó a un promedio de u$s305 por tonelada

-Sin embargo, AgriTrend plantea una exportación de granos y subproductos del orden de las 92 millones de toneladas, casi 11 millones más que en el período previo.

-¿Qué implica esto? Que el mayor volumen compensará la baja de precios esperada. De hecho, la nueva cosecha argentina está valuada en u$s27.150 millones, casi u$s2.200 millones más que la campaña anterior (ver cuadro). 

“Las fichas están puestas en la fuerte demanda mundial de granos. El mercado prevé precios muy por debajo del récord alcanzado en 2008, es cierto, pero también se prevé que estén por encima del promedio histórico”, apunta Tejeda. 

Si se considera el “factor caja”, el escenario que se plantea al día de hoy proyecta un ingreso por retenciones de u$s5.100 millones para el 2017.

Serán u$s550 millones más que este año. Esto es positivo, pero es un número que estará lejos de los casi u$s7.500 millones registrados en 2015, básicamente por el cambio en el régimen de retenciones. 

Todos miran a las tasasEn esta pulseada entre factores alcistas” y “bajistas”, en la que por ahora la potente demanda asiática funciona como sostén, todas las miradas del mercado están puestas en el futuro movimiento de los tipos de interés

Desde The Wall Street Journal plantean que, puesto que se podrán obtener rendimientos más atractivos en los países desarrollados y “se prevé que la Reserva Federal eleve las tasas en forma más enérgica, en lugar del ritmo lento y paulatino que se anticipaba”, los inversores entonces acelerarán su “vuelo hacia la calidad”. 

Es decir, saldrán de los activos de riesgo y optarán por alternativas más seguras. Así, no sólo se verían afectados los bonos de mercados emergentes. También deberían verse alcanzadas las commodities, donde hay fuerte presencia de fondos especulativos.

“Los fondos se mantuvieron en bonos del tesoro de los EE.UU., que son considerados libres de riesgo, incluso con una tasa del 0%. En cuanto mejoren su rendimiento, es de manual que muchos dejen posiciones en granos y apuesten por las colocaciones financieras”, afirma Terré. 

Si esto ocurre, “habrá una variable más que presionará hacia abajo el precio de la soja”, acota. 

Por lo pronto, los fondos especulativos, que tienen una importante incidencia en la fijación de las cotizaciones, ya hicieron su “apuesta": 

-En trigo, hay un saldo neto de 154.000 contratos vendidos por 21 millones de toneladas. 

-En maíz, el saldo de contratos vendidos suma 11,6 millones de toneladas

-En el caso de la soja, el saldo es de 86.000 contratos pero en posición compradora, por 11,7 millones

Según Terré, “esto significa que los fondos especulativos prevén una baja del precio del trigo y maíz, pero apuestan a un sostenimiento del valor de la soja”. 

En general, todos los analistas advierten que elevadas tasas en los Estados Unidos serán sinónimo de dólar fuerte. Y ahí la gran pregunta es cuánto tiempo más la demanda asiática podrá seguir oficiando de "colchón" de precios. 

Sin embargo, el consultor Salvador Di Stefano, con mucha llegada en el área de Rosario, advierte que esto será así en tanto y en cuanto el índice de precios no crezca demasiado en los EE.UU. 

El experto asegura que si la inflación sube y la tasa de la FED y los bonos se mantienen por debajo, entonces el dólar no sólo no se revaluará sino que tenderá a debilitarse

“No hay que observar la tasa nominal, hay que mirar la real, que es la diferencia entre la nominal restada la inflación. En este contexto subirían las materias primas”, señala. 

Pero para que esto suceda, antes habrá que aguardar y ver qué medidas aplica Trump en planos tan diversos como importaciones, obra pública y política fiscal

En el corto plazo, el escenario que más peso está ganando es el de precios de commodities con tendencia levemente bajista pero con volúmenes que compensarían estas eventuales bajas.

Frente a este cuadro, el diagnóstico que se traza para la Argentina en materia de “sojadólares” está muy lejos de ser dramático, pero tampoco hay un desborde de optimismo.

Como si se tratara de un paciente, todo volverá a estar bajo revisión a partir del 20 de enero, cuando el controvertido magnate preste juramento y empiece a escribir su propio capítulo en la historia.