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En la entidad creen que el movimiento del billete tiene que ver con el "efecto Trump" y se quejan de los analistas que "no entienden la flotación"
01/12/2016 - 11:03hs

Nada los mueve de su línea argumental. Por más que haya evidencias de que la inflación sigue siendo dura de bajar y por más que todo el mercado tuviera la expectativa de que a una baja de tasas le seguiría una suba del dólar, los funcionarios del Banco Central siguen plantados en su lugar. Sostienen que el recorte en la tasa de las Lebac no estuvo motivado en un deseo de estimular al dólar y que, en todo caso, esa caída tampoco tiene por qué provocar un efecto en el mercado cambiario. 

Eso, claro está, no significa que la suba del dólar registrada no genere cierto alivio en el equipo de Federico Sturzenegger.

"Viene bien", se escucha en los pasillos de la entidad. No hay preocupación entre los funcionarios de la entidad y de hecho creen que la disparada del billete tiene que ver con cuestiones pasajeras.

Pero algo que no se cansan de recalcar es que el alza del dólar "no tiene que ver con las tasas". "Se sigue pensando que nosotros tocamos las tasas mirando el dólar y la realidad es que sólo miramos la inflación. En un esquema de flotación administrada el dólar no es la variable que tenemos en cuenta", explican en Reconquista 266.

Es más, lo que dicen desde el Central es que la baja de tasas que aplicaron tiene que ver con "los indicadores privados y que nosotros manejamos con respecto a lo que será el dato de inflación de noviembre". Se juegan a que estará en torno al 1,5% mensual, o sea dentro del rango tolerado por el banco según las metas de inflación para el año próximo.  

Según la visión oficial, el movimiento del billete (que trepó 72 centavos en noviembre) tiene que ver con el efecto Trump que produjo una devaluación masiva de las monedas de la región. Pero la tendencia sigue siendo a que los dólares sobrarán en la Argentina.

Se calcula que hay alrededor de u$s6.000 millones por liquidar de la cosecha pasada y a eso se sumaría el dinero del blanqueo que fogoneará la oferta de divisas. En este contexto, admiten en el Central, es difícil pensar que en un dólar mucho más alto.

Pero claro, la reciente suba del billete es una buena noticia para acallar las voces críticas del atraso cambiario. "No entienden el sistema de flotación. Cuando estaba entorno a $15 hablaban de atraso cambiario y cuando se va a $16 hay ruido. La flotación es así. Cuando hubo apreciación se dejó caer el dólar y eso se compensa de alguna manera con la suba de ahora. Así funciona esto", repiten en el Central.

De hecho, según los datos del BCRA, la evolución que tuvo la moneda argentina (en términos reales y efectivos computando los efectos de la baja de retenciones) respecto de cada uno los principales socios comerciales, desde la eliminación del cepo cambiario, fue positiva. Dicen que durante la gestión de este Gobierno se "produjeron sustanciales ganancias de competitividad real frente a todos los países que ostentan un rol relevante en nuestro comercio internacional".

Lo dijo el mismo Federico Sturzenegger ante los hombres de la Unión Industrial Argentina la semana pasada: "En términos multilaterales, el tipo de cambio real efectivo supera en un 32% al nivel vigente antes de la normalización cambiaria de la economía".

Calcularon que la mayor ganancia de competitividad fue contra Brasil (nuestro principal socio comercial), de un 50% (en términos reales y efectivos) respecto del momento previo a la eliminación del cepo.

"En términos multilaterales, el aumento de la competitividad cambiaria para el sector manufacturero se ubica en torno al 27%. Es decir, la nueva configuración macroeconómica permitió que las manufacturas argentinas sean un 27% más competitivas en los mercados internacionales", destacaron.

Más allá de esto, en el Central ven con buenos ojos la suba del dólar que hace "más competitivo" al tipo de cambio. Pero repiten que el eje sigue siendo la inflación y que el dólar y las tasas se alinean a esos deseos.