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Cambio de clima: la devaluación trajo al mercado más alivio que preocupación
01/12/2016 - 10:59hs

Algunas cosas están cambiando en la Argentina.

El hecho de que el dólar haya aumentado 22 centavos en una sola jornada -y que su precio alcance un récord histórico- podría haber generado escenas de pánico en la city, hasta no hace muchos meses.

Este miércoles perforó el techo psicológico de los $16 y cerró en $16,10 al público. Sin embargo, este repunte no sólo no generó temor sino que, por el contrario, hasta dio lugar a expresiones de alivio.

Por un lado, este ascenso se veía venir desde el momento en que el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, dispuso una baja de las tasas de interés en pesos (la cuarta consecutiva).

Esta estrategia –que no está justificada en una caída sustancial de la inflación- fue interpretada por el mercado como el deseo de empujar hacia arriba la cotización del billete verde.

Sucede que en la región se viene registrando un proceso de debilitamiento de las distintas monedas frente al dólar, tras la victoria de Donald Trump. Y, en esta carrera devaluatoria, el peso argentino venía rezagado.

Pero, sobre todo, lo que trajo alivio (no sólo a la industria sino también a algunos funcionarios) es que esta suba ayuda a alejar a uno de los fantasmas que se había instalado con fuerza: el atraso cambiario.

En los debates de las últimas semanas acerca de por qué la economía no reaccionaba según lo previsto, muchos analistas recordaron los efectos negativos de la apreciación del peso.

Uno de ellos, José Luis Espert, estimó que el nivel actual del tipo de cambio equivale al que se registraba en la previa al colapso de la convertibilidad de 2001.

Otro, el influyente Miguel Ángel Broda, hizo oír sus críticas a la línea económica del Gobierno: "Dólar barato, mucha facilidad para importar y mucha dificultad para exportar".

Para peor, en el gremio de los economistas había cierta idea instalada sobre que eran más fuertes los factores que propiciaban una baja del billete verde (como el ingreso de fondos del blanqueo, del agro y la toma de crédito externo) que aquellos que podían impulsar su repunte.

De manera que, al menos por ahora, el incremento en el precio generó en el mercado más alivio que pánico.

Carrera devaluatoria

Desde el 8 de noviembre pasado, ya nada fue igual para las monedas de los países emergentes

En los días posteriores a la victoria de Trump todas se debilitaron frente al dólar, tal como sucedió con el peso mexicano (12%). 

No así el peso argentino, que se mantuvo relativamente estable. Esto, lejos de generar tranquilidad, llevó preocupación al equipo económico.

Es por eso que la suba de la divisa estadounidense de estas últimas horas permitió acortar distancias en el camino recorrido por otras monedas de la región. En particular, con el real brasileño.

En el plano local el dólar subió 35 centavos en dos ruedas y acumuló unos 70 centavos en noviembre, para así tocar un máximo histórico.

De este modo, el tipo de cambio se acomodó un poco más al nuevo contexto mundial y, en paralelo, el peso argentino pasó a ser uno de los signos monterios que más se devaluó desde el triunfo de Trump: 6,1% 

Ayudó a esta depreciación la mayor demanda de dólares propiciada por un Banco Central ahora más enfocado en bajar las tasas de interés, lo que desalienta las colocaciones en pesos.  

De todas formas, la devaluación argentina aún luce exigua comparada con la de México (12,4%), el país más golpeado por la victoria del republicano.

El real brasileño fue otra moneda que acusó una fuerte baja. Llegó a caer 9% para luego recortar pérdidas. Al día de hoy, se ha debilitado un 6,8% frente al billete verde.

Estas son buenas noticias para la Argentina, dado que la carrera devaluatoria peso-real (6,1% versus 6,8%) ahora luce más equilibrada.

Semana verde

Además de la baja de tasas en pesos, ¿qué otros factores influyeron en el repunte del dólar?

En primer lugar, este miércoles hubo un incremento en las compras de divisas por parte de los inversores institucionales, coincidentes con el final del mes. 

El dólar minorista trepó 22 centavos, hasta los $16,10. En algunos bancos se llegó a ofrecer a $16,20, de acuerdo con el relevamiento del BCRA.

En tanto que en la plaza marginal el blue se negoció a $16,15, de modo tal que quedó prácticamente igualado con el oficial.

En una recorrida por la city porteña, iProfesional pudo comprobar la gran cantidad de "arbolitos" que ofrecían dólares a un valor superior a la de las "cuevas": $16,30.

En la plaza mayorista, la moneda estadounidense también avanzó con fuerza -unos 19 centavos-, para cotizar a $15,89 en la punta vendedora. 

Esto, en un contexto en el que se registró el mayor volumen operado de noviembre, con u$s439 millones, casi 30% más que el del martes.

A diferencia de lo sucedido en otras instancias, en la city creen que el billete verde ha ido en busca de un nuevo piso. En otras palabras, ven como poco probable que tras este incremento sobrevenga un fuerte retroceso.  

"Los $16 llegaron para quedarse. Es la cifra que el mercado venía barajando hace meses para esta altura del año", afirmó a iProfesional Francisco Diaz Mayer, operador de ABC Cambios.

En tanto, en el mercado de futuros del Rofex se pactaron u$s831 millones. 

De este monto, el 42% fue en "roll-over" de noviembre ($15,84) a diciembre ($16,18), con una tasa de 25,2%.

El plazo más largo operado fue julio, que cerró a $18,13, con una tasa de 21,41%TNA. El aumento promedio de los precios fue de entre 12 a 14 centavos.

Por su parte, en la Bolsa de Comercio, el contado con liquidación trepaba de golpe 20 centavos hasta los $15,93, mientras que el dólar MEP se ubicaba en los $15,91.
Tasas en baja, dólar en suba
Desde que Sturzenegger decidiera abaratar el costo del dinero, la batalla "dólar versus tasas" ha vuelto a cobrar protagonismo
En noviembre, hizo retroceder el tipo de interés de referencia dos puntos porcentuales, desde el 26,75% al 24,75% (Lebac a 35 días).
El mercado lo decodificó como un cambio de paradigma, en el que la lucha contra la inflación ha comenzado a ceder espacio ante dos cuestiones:
-La necesidad de no retrasar el peso en la carrera devaluatoria iniciada en la región.
-La urgencia por abaratar el costo del dinero para así contribuir a una mejora en la economía.
En relación con este último punto, en el mercado se instaló la versión de que el propio Mauricio Macri le pidió a Sturzenegger reducir los tipos de interés de referencia.
Esto, sin que aún se hayan recibido noticias alentadoras por el lado del índice inflacionario. Al fin y al cabo, fue el propio titular del Banco Central quien afirmó que esperaba que éste se ubique en el 1,5% mensual para esta época del año. 
De acuerdo con los últimos relevamientos de la Universidad Torcuato Di Tella, aún se estaría muy por encima de ese parámetro.
Este "desacople" entre "tasa-inflación" le hace pensar a muchos que el Banco Central correrá con mayores riesgos en su meta para 2017, que es la de hacer descender a esta última a entre un 12% y un 17%.
Lo que viene
Como suele suceder en estas circunstancias, ahora una gran duda es saber si el dólar se estabilizará en los valores que pretende el Gobierno o si, por el contrario, hay riesgos de que se dé una espiralización
De momento, la opinión mayoritaria en la city porteña es que no tendría demasiado recorrido alcista
A diferencia de otros momentos, el blanqueo, la liquidación del agro y el crédito externo le permiten al Gobierno nutrirse de una oferta que le posibillita mantener a raya su precio.
"Es muy probable que se corte la abrupta suba porque no hay condiciones para pulsear contra el Banco Central. La realidad sigue siendo que en la Argentina ahora hay más oferta que demanda", explicaban desde la mesa de dinero de uno de los principales bancos privados.
La visión es que en los próximos días habrá más motivos para pensar en una sobreoferta verde que en una sobredemanda, a raíz del cóctel que conjuga blanqueo-endeudamiento-agroexportaciones.
En este sentido, la consultora Econviews, de Miguel Kiguel, elevó apenas su estimación para la divisa estadounidense de cara a fin de año, de $15,70 a $15,80.
"No vemos que esto sea el comienzo de un deslizamiento. Pero sí habrá más volatilidad en el mercado por variables externas, como la devaluación de las monedas de la región por el efecto Trump", explicó Miguel Zielonka, director de Econviews.
 
Desde otro banco coincidieron en señalar que hay pocas chances de que se dispare la divisa: "El tipo de cambio, más tarde o más temprano, va a tener presiones a apreciarse y no a devaluarse. Con lo cual, comprar cuando sube es el peor negocio que se puede hacer".
Destacan que tiene que subir un 2% todos los meses para que sea más redituable hacerse de billetes verdes que apostar por activos en pesos.
"El dólar no va a dar muy buenos resultados de inversión. La tendencia es la misma... Salvo que haya un factor externo que complique el panorama", agregaron desde otra entidad financiera.
A tono con esas predicciones, el mercado de futuros pareció convalidar la idea de que no habrá una disparada: para fines de diciembre, los contratos negociados indican un precio de $16,18.

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