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Los proyectos en estudio se agrupan en cuatro sectores económicos: inmuebles, agronegocios, energía y private equity            
04/12/2016 - 12:44hs

Quien decide hoy ingresar al sinceramiento fiscal argentino puede no hacerlo porque Argentina inspire confianza, porque haya cambiado su cultura empresarial y política, o porque maneje con tacto las expectativas. Quien hoy sincera sus activos, esencialmente, lo estaría haciendo bajo la convicción de que el mundo cambió.

Así, los países emergentes tienen nuevamente una doble oportunidad histórica. Por un lado, accederían a una fuente jugosa de dinero que permitiría financiar gastos gubernamentales y por otro, puede ser el inicio un mercado de capitales local amplio que permita financiar a mejores tasas y en moneda local a nuestras empresas, provincias y gobierno nacional.

La pregunta que late en la mente del contribuyente es cómo recuperar el costo financiero (5%, 10% o 15%) de exteriorizar sus ahorros con el menor riesgo posible.

Así surgen dos caminos hacia la recuperación patrimonial:

- A) comprar bonos soberanos argentinos en la parte media de la curva (como el AA21) o

- B) invertir en un proyecto de economía real mediante fondos comunes de inversión. A lo largo de esta nota se describirán sus características, beneficios y riesgos.

Estado actualHoy en día la Comisión Nacional de Valores tiene en situación de estudio 35 proyectos de fondos comunes cerrados de diferentes administradoras.

Por el momento, solo dos fueron autorizados por el regulador: el primero es el fondo de la administradora Allaria Ledesma, cuyo fondo es “Allaria Residencial Casas Arg I” y el segundo es el fondo de la administradora SBS, cuyo fondo es “SBS Pampa Energía I”.

Los proyectos en estudio se agrupan en cuatro sectores económicos: inmuebles, agronegocios, energía y private equity. La mayoría de ellos se concentra en inmuebles y energía producto de la familiaridad del argentino con esas inversiones y los datos fundamentales indican que allí están las oportunidades.

Funcionamiento

El inversor se encontrará con dos fondos: uno de parking y otro el fondo cerrado que tendrá dentro 3 proyectos de inversión. El primer fondo tiene por objetivo resguardar el poder de compra del inversor hasta que exista el segundo fondo, pudiendo invertir en activos en dólares como bonos o letras soberanas de corto plazo.

Mientras que el segundo fondo tiene varias características a resaltar. Primero será cerrado, es decir que una vez recolectado el dinero pretendido, otros inversores no podrán acceder, evitando así el inconveniente de la dilución accionaria.

Segundo, podrá tener subclases: una para sinceradores y otra para inversores regulares o institucionales como aseguradoras.

Las diferencias entre ellas será el costo de administración y la inversión mínima requerida (hoy en promedio u$s250.000).

Tercero, el fondo puede tener dos formas: ser de renta fija (deuda) o de renta variable (equity).

Esto significa que al ser de renta fija hay un bono emitido en dólares por una empresa a una tasa fija

En tanto, al ser de renta variable no hay un retorno estimado con certeza, solo uno esperado en tanto se cumplan con viento a favor todos los supuestos del modelo de negocios. Nadie garantiza retornos.

¿Cómo evitar la multa?

Asumiendo que la persona cuenta con un patrimonio a sincerar de u$s1 millón, si quisiera evitar la totalidad de la multa deberá invertir ese millón de dólares en el fondo.

Ahora bien, si solo de ese millón quiere evitarse la multa por u$s300.000, deberá invertir éstos en el fondo cerrado y por los u$s700.000 restantes deberá pagar la multa correspondiente.

Los costos impactan de lleno en el retorno ofrecido y pueden ser resumidos en dos grupos: visibles y ocultos. Ambos son deducidos del patrimonio del fondo, el inversor no debe poner dinero de su bolsillo.

Los visibles son principalmente los costos de la administración (en promedio los costes estarían cerca del 1%) y el impuesto de bienes personales.

En tanto de los ocultos, los más significativos son los fees por ingresar (load fee) y la comisión por éxito (sucess fee) que puede llegar al 20% solo sí se cumplen ciertas condiciones y un retorno mínimo.

Riesgos

Hay dos “peores escenarios” para el inversor.

El primero es que la administradora del fondo no consiga la capitalización pretendida, teniendo el inversor que mudarse hacia el fondo de otra administradora o pagar el 15% de penalidad.

El segundo es que inversor pueda perder el dinero invertido si la compañía no logra terminar el proyecto o no recibe los flujos de fondos esperados.

Los otros riesgos a mencionar son la posibilidad de que el proyecto precise de mayor capitalización que la estipulada inicialmente y por último puede ser un riesgo la valuación del valor cuota parte sobre la cual se basa el pago de bienes personales.

Oferta de proyectos y desafíos

Sin dudas la industria de fondos, la economía real y los inversores tienen una oportunidad histórica.

Por un lado, Argentina podría crear un mercado de financiamiento amplio, profundo y en moneda local y dólares que permitiese a las empresas financiar sus proyectos a una menor tasa a plazos largos.

México y sus productos FIBRA comenzaron de forma similar.

Hoy en día, hay más de 15 fondos que se dedican activamente al financiamiento de proyectos inmobiliarios permitiéndole al inversor obtener alquileres y apreciación de capital sin la obligación de comprar una propiedad.

Sin lugar a dudas fondos comunes de inversión podrían desarrollar el mercado hotelero en el sur o complejos industriales que hagan al modelo de país que se persigue.

Nuevamente México pasa a ser parte de una economía exportadora de servicios que ha podido mediante los FIBRAS desarrollar un mercado de oficinas moderno y por ende, generó un efecto riqueza en muchas familias gracias al nuevo valor del metro cuadrado.

Algunos proyectos sólidos que apuntan en ese sentido son el de Allaria Ledesma, Consultatio, Compass Group, IRSA o Ribera Desarrollos.

Todos ellos con amplia trayectoria en el desarrollo, gerenciamiento y venta de proyectos inmobiliarios a nivel local e internacional.

Otras sociedades gerentes han optado, como el caso de Balanz, cuyo fuerte es la renta fija y el análisis fundamental, por apoyarse en reconocidos constructores y auditores para cumplir su rol de defensor del cuotapartista.

En el sector de energía, SBS coordina un fondo de deuda con Pampa Energía, quien es un pilar demasiado fundamental en la matriz energética local y a su vez una empresa sólida financieramente a pesar de tener cierta dependencia en la voluntad de pago del Gobierno nacional.

De concretar su proyecto Argentina tendrá mayor oferta de energía, de menor costo y limpia.

Por el lado del sector del agro, First Capital ha logrado financiar proyectos de biotecnología, área donde Argentina a nivel global es destacada y necesita mucho financiamiento.

Los obstáculos que hoy enfrentan el inversor y la industria de fondos están del lado del Gobierno.

Resulta necesaria la aprobación de la “ley de mercado de capitales” para exceptuar a los fondos de varios impuestos y, a su vez, la CNV debe comenzar a expedirse sobre la situación de cada fondo presentado dado que los tiempos, comentaron fuentes en la industria, son cortos y el inversor no tendría tiempo suficiente para evaluar ofertas y decidir.

"Si un inversor extranjero viese esta escena, es probable que evalúe cuánto los argentinos invierten en su propio país antes que él enterrase por años su capital acá con la volatilidad diaria de la política argentina", señaló a Clarín, Javier Frachia, profesor en la Maestría en Finanzas de la UTDT.