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Supo ser un imperio durante muchos años, pero en la actualidad funciona en “piloto automático”. Desde la empresa afirman que no quieren contratos públicos
09/12/2016 - 15:32hs

Corre el año 1991. En su apogeo, el imperio de los Macri podía acaparar el día a día de un argentino desde el amanecer. 

Pero 25 años después Socma -la nave insignia de la familia- perdió la conducción de Franco Macri, su líder, y disipó sus negocios.

Ya con Mauricio Macri como presidente de la Nación, la firma acotó su actividad y se intenta despegar del cliente más importante de su historia: el Estado.

Aunque mantiene intacta su influencia, Socma es apenas un espejismo de lo que supo ser. 

Los Macri facturaban u$s4.000 millones anuales en los 90. Los números cambiaron: declararon una ganancia de $168 millones en su último ejercicio, según su balance.

Fueron, también, el primer empleador privado del país con 30.000 personas, pero su planta ahora apenas supera las 700 personas.

"Socma es como un avión vacío que planea en piloto automático", definió una fuente que trabaja desde hace una década en la compañía. "En este contexto político, nadie quiere darle demasiado vuelo", agregó.

¿Qué pasará mientras Macri sea presidente? En la empresa aseguraron que sobrevivirán sin negocios con el Estado

La relación con el apellido -sostienen- sólo los ha perjudicado en los últimos años.

Sin embargo, muchas veces ofició como un trampolín para cerrar negocios. "No nos vamos a presentar a ninguna licitación pública", sostuvo una alta fuente de la compañía.

Sus críticos recuerdan que buena parte del emporio creció al calor de los contratos vinculados al dinero público.

Y recuerdan una vieja frase que repetía Franco Macri, que se definía como "oficialista de todos los gobiernos". Por eso, ahora que su hijo es presidente, los movimientos de Socma quedaron bajo la lupa.

Ni Franco ni Mauricio Macri pertenecen ya a la compañía, pero Socma es 100% Macri. El padre dividió las acciones entre sus cinco hijos en 2009.

Mauricio, entonces jefe de gobierno porteño, cedió, a su vez, sus acciones entre tres de sus hijos: Agustina, Jimena y Francisco, que se reparten en porciones iguales.

De todos los hermanos de Mauricio es Gianfranco, el menor, uno de los pocos que asisten a las reuniones de accionistas.

La nave es conducida por Leonardo Maffioli, uno de los hombres de mayor confianza del Presidente: se conocieron en Socma y trabajan juntos desde hace 30 años.

El teléfono lo despertó varias madrugadas durante el escándalo de los Panamá Papers. Era Macri. Quería saber si estaba todo en orden. Prolijo, ordenado y de bajo perfil, Maffioli conoce de memoria esos balances.

La preocupación de Macri no es casual. Socma le trajo varios dolores de cabeza. Los Panamá Papers fueron la primera causa fuerte durante su gestión. 

La hipótesis oficial explica que las sociedades offshore fueron creadas por Franco en el marco de los negocios de Socma. 

No fue el primero y probablemente no sea el último dolor de cabeza que le cause Socma. Hace 20 años, Mauricio también tuvo que dar explicaciones a la Justicia cuando fue investigado por contrabando y evasión de impuestos.

La última causa que involucra a Socma es la investigación por la compra de ocho millones de dólares futuros en 2015.

"Somos uno de los pocos que no compraron para especular. Vamos a demostrar cada dólar que compramos", se defendieron.

Venta polémica

Pero Socma es una nave sin propulsor. Vendió en 2007 su constructora, el negocio que le había permitido a Franco construir su imperio sobre la base principalmente de los contratos que le entregaron casi todos los gobiernos de las últimas décadas.

Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri, se quedó con Iecsa, una operación que todavía despierta polémica.

El empresario desembolsó una parte al contado y otra en cuotas, durante siete años. Nunca quedó claro cuánto pagó.

De la mano de Calcaterra, la compañía jugó fuerte en el mundo de la obra pública kirchnerista.

Según la ex presidenta Cristina Kirchner, el primo de Macri fue el tercero entre los más beneficiados con esos contratos estatales, aunque él asegura que fue discriminado.

Relaciones con el kirchnerismo

Los kirchneristas desconfían de aquella venta familiar y aseguran que tanto Iecsa como Socma son parte del mismo negocio familiar.

"Nadie le regaló nada a Ángelo", aclaran en Socma al diario La Nación. Y, por lo bajo, reconocen que el primo del Presidente después, de tomar el control de la firma, eligió "solito" embarrarse con la obra pública kirchnerista. 

Explicaron, además, que la venta fue una salida de emergencia "para evitar la quiebra". 

En Socma están convencidos de que el kirchnerismo quiso terminar con la empresa cuando le quitaron la concesión del Correo, que les generó una deuda -afirman- de 500 millones de dólares.

Trabajar en Socma fue trampolín no sólo para Mauricio. Muchos empleados que trabajaban con "el delfín" de Franco después lo acompañaron durante su aventura en Boca y su desembarco en la ciudad, como sucedió con Daniel Chain y Néstor Grindetti, agregó el citado matutino.

"Con el kirchnerismo nos persiguieron por llamarnos Macri", sostienen en Socma. Llegaron a contar 32 inspecciones en un mes, entre las visitas de la AFIP, la Aduana y el Ministerio de Trabajo. 

Todavía recuerdan las reuniones con el entonces secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, que hasta le generaron un episodio cardíaco a Franco. 

O los festejos cuando finalmente lograron importar una autoparte para los Chery. "¿En serio? No lo puedo creer. ¿Cómo hicieron?", preguntó Macri, anonadado, por la autorización para importar.

La automotriz Chery es el principal negocio de Socma: es el representante exclusivo de la marca China en el país.

Las ventas alcanzaron $589 millones en 2015, según informó la compañía en su último balance disponible.

También invirtió en Litsa, líneas de transmisión eléctricas, y en Galileo Technologies SA y Virtual Gasnet International, ambas dedicadas al equipamiento para GNC.

Socma también apuesta al campo con Yuto SA. En el exterior explota la recolección de residuos en Punta del Este (con ventas por u$s12 millones) y opera gasoductos en Perú.

Negocios a futuro

Sin la posibilidad de participar en licitaciones, desde Socma planifican inversiones en energías renovables.

Anticiparon que comprarán participaciones pequeñas a privados -no superiores al 15%- en las áreas que ya fueron licitadas por el Gobierno.

"Vamos a pagar más caro, pero es el precio que tenemos que pagar por ser la empresa de los Macri." Pero la cercanía con el Presidente puede traer otros beneficios.

Socma se sentó a la mesa diplomática con ejecutivos japoneses para firmar acuerdos durante la última visita primer ministro nipón, Shinzo Abe. 

Aunque esos acuerdos -aclararon- no comprometen "ni un solo peso", sino que se trata de un acuerdo de "buena voluntad" para futuros negocios.

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