Este fin de año, quienes miran de cerca la evolución de la cotización del dólar, no necesitaron ir a ningún shopping para comprar un obsequio: el mercado cambiario les sirvió en bandeja un inesperado "regalo" para las fiestas. 

Los que se beneficiaron con esta situación particular fueron aquellos que, especialmente en la semana previa de la Noche Buena, monitorearon la evolución del precio de la divisa estadounidense en el mercado marginal y su relación con el que se ofrece en casas de cambio y bancos del microcentro porteño.

Hasta el 13 de diciembre la brecha que los separaba era de 13 centavos por unidad, lo que daba muy poco margen para arbitrar entre ambos segmentos del mercado.

Sin embargo, sobre el cierre de la semana anterior, el gap se expandió hasta los 82 centavos. Es decir que se multiplicó más de seis veces en ese breve lapso.   

Esto, como consecuencia de que en los últimos días el dólar minorista comenzó a caer en forma acelerada, pues pasó de un máximo de $16,23 a los $15,79.

Esto implicó que en en el camino resignó 44 centavos, mientras que el blue se movió en sentido opuesto: pasó de $16,29 a $16,61 en ese mismo período. De esta manera, terminó ganando unos 32 centavos. 

Como consecuencia de esta notoria apertura de la brecha, que en porcentaje supera el 5%, los más “avispados” se volcaron a vender sus billetes en las cuevas porteñas para recomprarlos en una casa de cambio o banco del cual son clientes, con la única precaución de que el monto a depositar, producto de la venta, no supere cierto importe, de modo de evitar que la operación sea observada por su oficial de cuenta. 

¿Qué beneficio obtuvieron? Hablando en plata:

-Quien tenía a mano, por ejemplo, unos u$s10.000 y los vendió en el mercado marginal a $16,61, obtuvo unos $166.100.

-Para cerrar la operación solo le bastó depositar esos pesos para luego recomprar ese monto en dólares al tipo de cambio oficial, por lo que pagó $157.900.

-De esta manera, logró hacerse de la diferencia, es decir $8.200 o, en su defecto, u$s520. 

Este lunes, la situación incluso se agudizó, en un contexto en el que a media rueda surgió la noticia de la renuncia del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y su remplazo por Nicolás Dujovne al frente de Hacienda y Nicolás Caputo en la segunda cartera.

Esto, como consecuencia del valor del dólar en el segmento minorista, que cerró a $15,80, mientras que el blue trepó hasta los $16,63.

Esta ampliación de la brecha hace que este "regalo" de fin de año, por cada u$s10.000, se acerque a los $8.300. 

Sin embargo, si se tiene en cuenta que en ciertas pizarras el oficial cotizó a $15,70, entonces el "obsequio" para algunos fue de $9.300 por cada u$s10.000. 

“Pese a que la brecha comenzó a abrirse a partir del pasado 13 de diciembre, y que la semana pasada apuró el paso y hoy llegó a un máximo en el año, son pocos los que se dieron cuenta de esto", argumentó un experimentado operador de una cueva.

Los motivos de esta situación

En opinión del Juan Carlos De Pablo, "en un mercado liberado, lo único que se necesita para comprar un bien es tener suficiente dinero para pagarlo, y lo único que se requiere para venderlo es estar dispuesto a aceptar ese precio".

Por otra parte, es bien sabido que cuando un bien escasea entonces aumenta la demanda del sustituto más cercano.

En el caso particular del dólar, durante la vigencia de las restricciones impuestas por el kirchnerismo, quienes no podían comprar en el mercado oficial, se dirigían al segmento marginal, dispuestos a pagar un sobreprecio.

En esos momentos, la punta vendedora estaba representada por aquellos que no estaban obligados a liquidar en el segmento oficial y aprovechaban la oportunidad generada por un bien escaso o de difícil acceso.

Hoy en día, la relación se ha visto alterada. La demanda que se encauza en el canal oficial crece considerablemente, pero la oferta de divisas la supera holgadamente, por lo que el precio tiende a caer. 

Los motivos de esa mayor oferta radican en el fuerte ingreso vinculado al blanqueo de capitales, a días de que expire el plazo en el que se paga la tasa más baja. A esto se suman las necesidades de caja de parte de las empresas, propia de esta parte del año, que prefieren desprenderse de parte de sus tenencias antes que abonar las elevadas tasas que aplican los bancos por adelantos en cuenta corriente.

"Por el blanqueo aumenta la oferta, lo que derrumba un poco el tipo de cambio", explicó el analista Christian Buteler. 

En tanto que en el mercado del blue, su volumen se redujo notoriamente y cualquier factor que impulse a la demanda, como lo es en este momento uno de tipo estacional por el inminente inicio de las vacaciones, hace que su precio tienda a subir.  

"El diferencial de los rendimientos entre dólares y pesos continúa siendo elevado y mientras eso suceda, la política monetaria continuará siendo el arbitraje del tipo de cambio", detalló Gabriel Caamaño Gomez, de la Consultora Ledesma.

En cuanto a lo que pueda suceder de aquí en más, todo está dado para que este escenario de clara tendencia a la baja en el mercado oficial se revierta a partir de enero, cuando se vea limitado el ingreso de divisas por el blanqueo.

"Hay que tener en cuenta que en algún momento esta sobreoferta de divisas tenderá a caer pero la demanda se mantendrá constante, lo cual terminará apuntalando las cotizaciones", expresó Gabriel Holand, CEO de HRGlobal. 

“En este juego en el que se entremezclan tipo de cambio y tasas de interés, será fundamental seguir de cerca las decisiones que adopte el Banco Central, pues en la medida que estas últimas se mantengan elevadas, continuarán influyendo directamente sobre la evolución del mercado cambiario”, concluyó Holand.