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Brasil versión 2017: qué debe esperar la Argentina de su principal socio en materia polí­tica y económica
06/01/2017 - 19:27hs

A fines de 2016, en “Ahora Brasil” -el proyecto conjunto entre iProfesional y Center Group– se planteaban los desafíos que el gobierno del presidente Michel Temer tendría a partir de su asunción (para acceder a la nota, hacer click en este link).

Congelamiento del gasto público, ley de la jubilación, flexibilización laboral y reforma tributaria, hoy por hoy dominan la agenda.  

Desde hace 20 años, los diferentes gobiernos brasileños implementaron un nivel de gasto público que se ubicó 6% por encima de la inflación.

Pero desde el 2008 al 2015, el agujero fue mayor: la recaudación subió el 17%, mientras que el gasto público aumentó el 50%.

El gobierno de Temer consiguió lo que parecía imposible: una reforma del control de gasto público, congelando el mismo en un 20%, pudiendo ajustarlo sólo con la base de la inflación del año anterior.

Y lo más importante: una alteración en la propia constitución, de manera de que si algún gobierno futuro deseara cambiar esta ley, necesitará de la mayoría absoluta del Congreso, algo nada fácil de conseguir.

La segunda reforma en curso, la ley de la jubilación, ya fue aprobada por la Comisión de Constitución y Justicia y se encuentra en análisis de la Cámara especial de Diputados.

No será una reforma fácil de aprobar porque también será planteada como reforma de la Constitución Nacional pero es clave su aprobación para que el sistema jubilatorio no entre en colapso en pocos años.

Restarán también para el 2017, la flexibilización laboral (que tiene como objetivo disminuir el desempleo y aumentar la productividad nacional) y la vieja, prometida y famosa reforma tributaria.

Por estas cuatro reformas que Temer debe hacer sí o sí, es que se entiende como totalmente natural la impopularidad del actual Presidente de Brasil.

Es más, sería lógico que su impopularidad aumente a lo largo del año ya que todas las medidas necesarias para que Brasil vuelva a recuperar su rumbo, son claramente impopulares (pero totalmente necesarias).

En el frente externo, hay algunas variables a monitorear:

-La tasa de interés estadounidense, que ya comenzó su ascenso y que podría retirar inversiones en Brasil

-El crecimiento de la economía China: incógnita a esta altura del año pero de fundamental importancia para la economía brasileña por la interdependencia de ambos países en el comercio internacional.

-Precio de las commodities: variable que podrá tener un impacto importante sobre todo en el resultado de la balanza comercial brasileña por su importancia en la oferta exportable (sobre todo de soja y minerales de hierro)

Los dos fantasmas en el armario de TemerExisten dos fantasmas que podrían quitarle el sueño al presidente brasileño.

-El Tribunal Superior Electoral (TSE): resolvió no dividir la investigación de la fórmula –como solicitó la defensa de Michel Temer- y tomará una determinación única en su resolución. Si la votación del plenario fuese hoy, resolvería anular la fórmula presidencial de Dilma Rousseff y Michel Temer y, de esta forma, enviaría al actual presidente a su casa.

Temer tiene sólo una jugada para hacer: tratar de demorar la determinación del alto Tribunal para después del mes de mayo, donde dos de sus miembros deben salir y será el propio Temer quien sugerirá a sus sucesores (no obstante esto no garantiza que los nuevos ministros voten a favor de la inocencia de Temer).

En caso de que el TSE efectivamente anule la fórmula presidencial en el 2017 -si bien existirán recursos legales para que Temer use en caso de que se llegue a esta instancia-, el nuevo presidente será elegido por la via indirecta, siendo el Congreso de la Nacion quien determine el sucesor presidencial hasta completar el mandato el 31 de diciembre de 2018.

En este momento de crisis política, esta alternativa de votación indirecta no sería la mejor porque el Congreso brasileño está muy cuestionado en su ética por las investigaciones judiciales y por las declaraciones de los arrepentidos de la constructora Odebrecht.

En caso de que esto ocurra efectivamente, suenan dos nombres con bastante fuerza: El ex ministro de la Corte Suprema y ex ministro de Lula, Nelson Jobin, y el ex presidente de la República, Fernando Henrique Cardoso.

En lo personal, estimamos que el primero estaría comprometido en su accionar porque fue asesor de Lula y consultor de las principales constructoras que hoy están por demás comprometidas en la investigación Lava Jato.

El ex presidente Cardoso, afirma que no tiene ningún interés en eventualmente asumir la Presidencia de la Republica, pero sería un candidato natural por saber cómo funciona la maquinaria pública, por tener el apoyo de un partido importante del Congreso y, sobre todo, por no tener expectativas de futuro político: no sería candidato para el 2018.

Lava Jato, el peor de los fantasmas

Las investigaciones conducidas por la Policía Federal, el Ministerio Público y el juez Sergio Moro, están ingresando en lo que parecería ser una etapa de definiciones.

Los 77 ejecutivos de la empresa Odebrecht, entre los cuales se encuentran Emilio Odebrecht, patriarca del grupo y su hijo Marcelo Odebrecht, preso desde junio de 2015, ya declararon ante los fiscales de la investigación y sus dichos aguardan la homologación del Ministro de la Corte Suprema, Teori Zavascky.

Una vez homologadas, tendrán validez judicial y podrán ser utilizadas por el juez Moro para acelerar las instancias finales de la investigación.

Existen dudas respecto si el actual presidente Temer estará mencionado en las declaraciones pero no quedan dudas de que su entorno político más próximo (actuales ministros, secretarios y varios diputados y senadores de la base aliada) se verá complicado judicialmente, al punto de afectar la gobernabilidad que Temer necesita para poder aprobar las reformas mencionadas anteriormente.

El acuerdo de la empresa Odebrecht con el Departamento de Justicia estadounidense puede acelerar las acciones de los investigadores ya que en Brasil se debe esperar la homologación de la Corte. Mientras, en los Estados Unidos, ya comenzó a divulgar las declaraciones de los ejecutivos de la empresa Odebrecht.

No seria de extrañar que el Departamento de Justicia de ese país pueda ir delineando los próximos pasos de la operación Lava Jato aquí en Brasil, con pedidos de prisión de algunos de los citados.

El caso particular de Brazilian Official 1Brazilian Official 1 es como los investigadores del FBI denominan al ex presidente Lula da Silva.

Lula tendrá un 2017 por demás complicado en términos judiciales en varios frentes: está procesado en cinco causas, tres de las cuales están vinculadas con la investigación Lava Jato del juez Sergio Moro. Pero hay otras dos en las que Lula es investigado por obstruir a la Justicia y por corrupción, lavado y tráfico de inflencias.

La defensa del ex presidente sostiene hasta este momento que las causas son apenas una conspiración para evitar que Lula llegue nuevamente a la presidencia de la República pero este argumento que tenia como blanco principal al juez Moro está perdiendo fuerza rápidamente ante los dos procesos llevados a cabo por jueces que no tienen relación con el temido Moro. 

Un eventual –y totalmente posible– pedido de captura de Lula por parte de los fiscales estadounidenses obligaría a la defensa de Lula a ampliar la conspiración a las instancias internacionales (uniéndose al discurso bolivariano de que todas las desgracias de los gobernantes populistas provienen el "demonio estadounidense").

Como efecto práctico, un pedido de captura de Lula por las autoridades de ese país, expondría que Lula tiene pecados por lavar de verdad pero no le generaría a Lula un problema en corto plazo. Lula difícilmente seria preso en territorio brasileño pero esta inclusión en la lista roja de Interpol echaría por tierra una estrategia del ex presidente de pedir asilo político en Uruguay. Lula podría quedar preso inmediatamente al salir de Brasil.

El Partido de los Trabajadores no sabe cómo hacer para proteger a su mentor y para confirmar su teoría de conspiración política internacional podría lanzar a Lula como candidato oficial del partido a la Presidencia de la República en los primeros meses del año que se inicia.

Así, trataría de anticiparse a una clara y segura sentencia en primera instancia por parte del juez Sergio Moro, que es esperada entre marzo y abril del 2017.

Con Lula candidato y con sentencia en primera instancia, volverían a la carga con el desgastado discurso de que todo esto se trata de una forma de evitar de que Lula regrese a la presidencia de Brasil.

Si bien la estrategia tiene consistencia política, carece de argumentos jurídicos.

En paralelo, una causa abierta por un juez del interior de Brasil podría tener algún argumento para quien incondicionalmente aún cree en la inocencia de Lula.

Ya con cinco causas y una investigación avanzada en EE.UU., se hace más difícil de vender (y podrán aparecer más causas durante el próximo año contra el ex presidente Lula).

Variables clave

En el 2017 tendremos una preponderancia de la política por sobre la economía pero son las variables económicas y sobre todo si existen proyecciones optimistas, las que pueden determinar si una inversión se realiza o si un proyecto se pone en práctica.

Las proyecciones económicas para el próximo año son las siguientes:

-Dólar: debe terminar el 2016 entre los valores que proyectamos en la nota de iProfesional de julio de 2016, entre R$3,20 y R$3,30. En tanto, las proyecciones para el 2017 son de R$3,45 y R$3,55

-Inflación: todo indica que terminará dentro de la meta del 6,5% en el año. La proyección para el próximo es que la inflación termine por debajo del 6%.

-Tasa de interés: termina el año a 13,75% anual. Durante el 2017 debemos esperar una reducción acentuada da la tasa Selic. Estimamos que finalizará el próximo período entre 11% y 12%. Va a depender fundamentalmente del índice de inflación.

-Crecimiento económico: si bien los problemas políticos están generando problemas económicos, estimamos que el crecimiento de la economía brasileña para el próximo año debe ser moderado, tímido, pero rescatamos el cambio de tendencia. No obstante las estimativas del gobierno son de un crecimiento próximo al 1%, proyectamos que el mismo estará en torno del 0,5%. El 2016 debe terminar con una caída de entre el 3,3% y 3,5% 

Entonces, ¿que podemos esperar de Brasil para el 2017 en aspectos generales?

Cuando pensamos que habíamos visto de todo en la novela brasileña, podemos esperar un 2017 con muchas sorpresas, con protagonistas que pueden salir del libreto para ir directo a la cárcel, con actores secundarios que pueden ganar unos minutos de fama y con un varios de los autores del libro sin saber qué escribir por la dinámica de la situación.

Pero podemos hacer una afirmación concreta: el final de esta novela es totalmente abierto, incierto y seguramente inesperado.

Dilma perdió su cargo por una disculpa jurídica que pretendió resolver un problema político, generado por una crisis económica.

Temer podrá tener problemas económicos si no mejora la crisis política y si gran parte de sus interlocutores (ministros y congresistas) terminan presos.

Cosas de la política. Cosas de Brasil

(*) Por Gustavo Segré y Germán Segré

Socios Directores de Center Group

Profesores de la Universidad Paulista

@segregustavo