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La empresa goza todavía de un fuerte prestigio, pero al igual que le sucedió a Ford con GM en los años '20, la competencia no tarda en llegar
10/01/2017 - 14:18hs

El auto del futuro será eléctrico, conectado y, en un futuro, autónomo. Pero, ¿Cómo dejará eso a la industria automovilística del futuro? 

Hacer un producto exitoso será más importante que cruzar la línea de meta primero, a la hora de posicionar una marca en ese nuevo escenario.

El Model 3 de Tesla, que será lanzado a fines del año, fue promocionado como el Modelo T de la era eléctrica. Fue nombrado en honor al modelo considerado como el primer automóvil del mundo accesible para la mayoría de la gente, que le dio a Ford una cuota de tres quintos del mercado automotriz estadounidense a principios de los años veinte.

Sin duda, Musk hizo un trabajo impresionante popularizando los autos eléctricos. A pesar de su costo, los actuales modelos Tesla S y X tienen una participación dominante de 31% de los cerca de 130.000 vehículos eléctricos vendidos en EE.UU. hasta noviembre de 2016.

La compañía también persuadió a unas 400.000 personas de hacer un depósito reembolsable de u$s1.000 para reservar un Modelo 3.

Pero así como a fines de los '20 el modelo de Ford fue superado por General Motors, que sigue siendo una automotriz más grande al día de hoy, el mismo futuro podría correr al auto eléctrico. 

En diciembre, GM lanzó su Chevrolet Bolt totalmente eléctrico en EE.UU. a un precio similar al del Model 3. Para 2020, después de que la mayoría de las marcas globales de automóviles hayan lanzado sus productos eléctricos, la gama de opciones que enfrentarán los compradores de automóviles será increíble.

Otra comparación popular ve a Tesla como el Apple de los autos eléctricos: el automóvil es, después de todo, el dispositivo móvil por antonomasia. Pero de nuevo el paralelo es de doble filo.

El iPhone de Apple no fue el primer smartphone, pero la compañía absorbe más del 90% de las ganancias de la industria, estima UBS. Apple apareció con un producto magnífico y, gracias a su extensa red minorista y a su reputación como fabricante de computadoras e iPods, supo sacar ventaja de la situación.

Del mismo modo, la carrera para producir el primer auto eléctrico accesible del mundo fue posiblemente ganada hace seis años cuando Nissan lanzó su Leaf, que sigue siendo el modelo de este tipo más vendido de la historia.

Pero las ventas estuvieron por debajo de las expectativas iniciales, probablemente debido a que la duración limitada de la batería del auto da a los consumidores la llamada "ansiedad del alcance" del vehículo.

¿Será el Model 3 el producto que cambie la historia? Musk disfruta de un halo de marketing similar al de Apple, que le dará al Model 3 una ventaja sobre los productos rivales de Detroit y otras partes.

Los consumidores también parecen amar el diseño de Tesla, que rechaza el ambientalismo modesto del Leaf en favor de un elegante futurismo.

Pero no hay que perder de vista que la gente reemplaza los automóviles con menos frecuencia que los teléfonos, lo que da a los competidores más tiempo para reaccionar ante la innovación.

Además, los accidentes automovilísticos importan más que los accidentes telefónicos, por lo que la practicidad puede ganarle al estilo.

Por encima de todo, los teléfonos son mucho más baratos de hacer. Apple pudo lanzar su iPhone como un producto de lujo, con márgenes de lujo, pero que no obstante seguía estando dentro del alcance del bolsillo de los consumidores.

Tesla no puede obtener una ganancia subyacente vendiendo autos por más de u$s70.000. El Model 3 es la evidencia de que Tesla sabe que necesita reducir su precio a la mitad para permanecer en el juego.

A medida que la industria automotriz se electrifica, algo que no va a cambiar es la importancia del producto. Como en el pasado, los fabricantes de automóviles que tengan éxito serán los que puedan fabricar una gama de autos deseables que a la vez sean rentables.

BMW, otro pionero de los automóviles eléctricos, aprendió esta lección. El fabricante de Múnich probablemente gastó más de 5.000 millones de euros en desarrollar su modelo eléctrico i3, estimó Harald Hendrikse, de Morgan Stanley, en diálogo con The Wall Street Journal. Pero las ventas fueron lentas.

En noviembre, la compañía presentó planes para electrificar su gama de productos convencionales, pero a diferencia de sus colegas alemanes Volkswagen y Daimler no se fijó un objetivo de ventas. En cambio, destacó la importancia de la producción rentable y mantener su marca.

La ventaja temprana de Tesla en el mercado de lujo es impresionante. Pero los fabricantes experimentados de los actuales centros de la industria automotriz están dominando la nueva tecnología y parecen que podrían ser ellos los que lleven la antorcha eléctrica a una era más económica.