El jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, negó las acusaciones que la vinculan a Lava Jato, la red de sobornos que la firma brasileña Odebrecht realizó a funcionarios de toda Latinoamérica.

El jefe de los espías admitió al diario La Nación que recibió una transferencia en una cuenta suiza por u$s70.000, fechada el 26 de septiembre de 2013.

Pero aseguró que ese monto no se trató de una coima, sino de la venta de un inmueble. Además, señaló que en ese período no era funcionario del Gobierno argentino, ni tampoco residía en el país.

De hecho, Arribas se radicó durante una década en Brasil para dedicarse a la compraventa de jugadores, luego de aprender el oficio (es escribano de profesión) en su experiencia en Boca Juniors donde trabajó junto a su amigo (y, entonces, presidente del club) Mauricio Macri.

Arribas quedó vinculado por la información aportada en Brasil por el operador y cambista paulista Leonardo Meirelles, quien entregó en el vecino país documentación sobre transferencias que hizo para Odebrecht y otras empresas.

Odebrecht es la empresa de obra pública más grande de Latinoamérica y principal contratista del gobierno de Brasil hasta que se descubrió su vinculación en el caso Lava Jato, una red de pago de sobornos a funcionarios que terminó con el juicio político y la destitución de Dilma Rousseff.