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Brasil cae y hay alerta por el arrastre en la recuperación argentina

Los datos de octubre publicados por el Banco Central del vecino país muestran que la actividad económica registró que el derrumbe aún no tiene piso
13/01/2017 - 14:05hs
Brasil cae y hay alerta por el arrastre en la recuperación argentina

La crisis económica de Brasil, que no termina de resolver sus conflictos políticos internos, se extendió en octubre con la confirmación de un escenario recesivo en donde la contracción interanual fue del 5,3% pero con la alarma por la caída del 0,5% en la comparación con septiembre.

Las proyecciones cada vez más negativas de los economistas y entidades brasileñas generaron preocupación en la Argentina, que depende en buena parte del éxito de su principal socio comercial en la Región para recuperar actividad y generar empleo privado.

El informe del Banco Central de Brasil sobre la actividad económica registró que el derrumbe aún no tiene piso. Esa situación puso en la lupa los pronósticos de crecimiento argentino debido a la importancia que tienen las exportaciones locales hacia el gigante su Sudamérica, a donde van el 20% de las ventas argentinas al exterior.

"El año próximo dependerá el crecimiento de lo bien que podemos hacer los deberes para reencauzar la economía pero en buena medida por la suerte de Brasil, que hasta el momento no ha logrado salir de su crisis y que, si bien se espera una mejora para el 2017, no hay estabilidad en las proyecciones", se alarmó uno de los líderes de la UIA, la principal entidad manufacturera.

La preocupación de los industriales es lógica debido a que el 50% de las exportaciones fabriles tienen como destino Brasil. Pero si se hace un desagregado más fino, el 75% de la producción automotriz -fuerte motor local- depende del mercado brasileño. Justamente esa población sufre los golpes de la crisis y contrajo su consumo, con un efecto negativo inmediato hacia nuestro país.

Según la consultora Analytica, las perspectivas de recuperación que se habían instalado para mediados del 2016, con mayor incidencia para el segundo semestre, fueron erróneas. "En el cuarto trimestre lo mejor que puede pasar es que deje de caer. Ya se comenzó a observar un importante rebote en el sector automotriz en donde se instaló un olor a piso en el nivel de actividad", afirmó el economista jefe de la mencionada consultora, Martín Polo.

Con antecedentes más drásticos, un cierre de año con una economía negativa del 3,5% podría convertirse en un dato alentador para Brasil, ya que la "peor crisis de su historia pasó de ser recesión a depresión", según analizó el economista.

"Cayó la actividad, el empleo, y por consecuencia el consumo. Ante ese escenario, el gobierno de transición de Michel Temer plantea una reforma tributaria integral, con un congelamiento del gasto público. Y ante la crisis, sería bueno que aproveche a hacer esas reformas, aunque tiene costos políticos importantes", subrayó.

Los primeros datos de noviembre de la economía brasileña muestran signos de recuperación aunque moderados y a mediano plazo. El Banco Central redujo la tasa de interés ante la caída de la inflación, y si bien "la actividad va a ir tomando envión, el cuarto trimestre del 2016 va a terminar estable, igual de lo que se espera para el primer trimestre de este año".

"No va a ser un fuerte rebote en el 2017, sino que será muy amarrete el crecimiento dado la caída de los últimos tres años", proyectó Martín Polo.

Así las cosas, los industriales locales abandonaron las expectativas de un empujón cualitativo para el año que recién comenzó. El antecedente es el hundimiento de la producción del 5% durante 2016, según las estimaciones de la UIA. Sin embargo, no desconocieron que la interminable crisis brasileña los obligará a trascender fronteras más lejanas. Para tal objetivo, según BAE, mantuvieron reuniones para emprender "el gran desafío de mejorar la competitividad de las empresas para poder competir con otros países".

"Corregir impuestos distorsivos y mejorar la infraestructura son deberes impostergables", enfatizó un empresario que, aún de vacaciones, mantiene reiteradas reuniones entre la playa y el mar.