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Es el precio más alto de Capital. Hay cinco torres en obra y sólo queda una manzana libre que venderán para financiar el Paseo del Bajo
22/01/2017 - 17:05hs

El costo promedio del metro cuadrado en Puerto Madero trepó durante el 2016 hasta más de u$s6.000 y se transformó así en el barrio más caro de la Ciudad.

El valor promedio del m2 aumentó el año pasado un 15%, y sumó un escalón más al fuerte crecimiento que tuvo el barrio: en la última década, el precio en dólares se incrementó en un 125%.

En este momento hay siete edificios nuevos: cinco en construcción y dos que acaban de ser estrenados y cuyos dueños se encuentran en plena mudanza o terminado los detalles de la obra.

Según un informe privado, el precio promedio del m2 a estrenar en el barrio terminó en diciembre en u$s6.155 .

Esta cifra se promedió entre los u$s4.671 dólares el m2 en el edificio Lumiere Boulevar Madero, que construye Bonta Donozo Arquitectos en Juana Manso al 1500 (Dique 2) y los u$s9.015 dólares de la Alvear Tower Luxury Residence, la torre que construye el Grupo Alvear (propietarios también de los dos hoteles porteños) y el estudio de arquitectura Pfeifer Zurdo en Azucena Villaflor 559 (entre los diques 2 y 3, a metros del paseo de la Costanera Sur).

Los siete edificios en construcción sumaron 179.780 m2 en obra contra los 161.960 m2 que hubo en diciembre de 2015.

"Son viviendas que tienen amenities exclusivos, alturas fuera de lo común (los techos de la torre Alvear tienen más de tres metros) y están diseñados por arquitectos que son figuras, como el Harbour Tower, del uruguayo Carlos Ott (en Lola Mora y Julieta Lanteri, Dique 1)", destacó José Rozados, de la consultora Reporte Inmobiliario.

"Todos estos componentes por supuesto inciden en los precios y están claramente destinado a gente que dispone de un enorme capital. Por ejemplo, una de las dos torres SLS (en Rosario Vera Peñaloza al 300), que construye el millonario argentino residente en Miami Jorge Pérez, ya se encuentra vendida, cuando aún la obra está en los cimientos", agregó.

En el Dique 1 del barrio, la familia Ginevra (GNV Group) comercializa uno de los proyectos que ya se terminó de construir y que de a poco está siendo habitado, Harbour House.

Las primeras familias comenzaron a mudarse en estas semanas y otras, están realizando reformas o terminando los últimos detalles en los departamentos. El edificio tiene 70 unidades de 1, 2 y 3 dormitorios, distribuidos en una torre baja, de diez pisos; 59 unidades ya están vendidas.

"En general son familias que ya viven en el barrio, que se mudan a departamentos más grandes, o que tienen ganas de cambiar a una vivienda nueva. Pero se da la particularidad que los vecinos no dejan el barrio", cuenta Mercedes Ginevra.

Trabaja con su marido desde hace casi 20 años y llevan doce viviendo en el barrio.

Dejaron su casa en Olivos y se mudaron a metros de las oficinas de la empresa, cuando esta "manzana" (en rigor se trata de 8 hectáreas) del Dique 1 era un páramo.

En este espacio desarrollaron Madero Harbour, un complejo de torres de viviendas, de oficinas, un supermercado, locales y en el futuro, hotel y shopping.

La última manzana disponible en el barrio saldrá en breve a la venta: la Legislatura ya aprobó que se construyan torres y usar el dinero obtenido para financiar la construcción del Paseo del Bajo.

Este será un proyecto del gobierno porteño que en el futuro impactará directamente también en el barrio, que se encuentra escindido del resto de la Ciudad.

El proyecto prevé la construcción de una autopista bajo trinchera a la altura del eje Huergo - Madero exclusiva para el tránsito pesado; hoy los camiones provocan un corte muy importante en la vinculación con Puerto Madero.

Además se ganarán terrenos que hoy son estacionamientos para convertirlos en espacios verdes.

Las últimas estadísticas de la Corporación Antiguo Puerto Madero, de 2014, indican que el barrio tiene los casi 13.500 vecinos. Y aunque no existen cifras oficiales sobre la ocupación real de la cantidad de metros cuadrados construidos, especialistas del mercado inmobiliario consultados por Clarín estiman que mucho más de la mitad se encuentran vacíos.