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El Presidente recibió a la cúpula radical para comenzar a armar las listas para las próximas elecciones legislativas. Ninguno quiere ceder mucho terreno
31/01/2017 - 14:09hs

El presidente Mauricio Macri recibió en la quinta de Olivos a la plana mayor del radicalismo. El encuentro sirvió para comenzar a delinear la estrategia de campaña de cara a las elecciones legislativas de este año.

También sirvió para limar algunas asperezas que surgieron tras las críticas de varios referentes del centenario partido a los decretos de necesidad y urgencia (DNU) sobre reorganización de feriados y cobertura de accidentes de trabajo.

Si bien el mandatario volvió sobre sus pasos, aún se espera un decreto rectificador que confirme que el 24 de marzo y el 2 de abril continuarán siendo feriados inamovibles.

Los jefes de los bloques radicales le habían pedido al Ejecutivo tener especial cuidado con el tema de los decretos de necesidad y urgencia por las reacciones que pudieran generar en el Congreso, y la posibilidad de que Cambiemos se expusiera a una derrota.

El titular de la UCR José Corral destacó que el Presidente se diferencia de Cristina Kirchner porque “sabe escuchar” ya que “cuando una medida provoca debate, es capaz de corregirla, como el caso del decreto de los feriados”.

Con el Jefe de Estado como figura central, conversaron "sobre cómo conformar las listas" y en la definición de "la estrategia para el año electoral" y los radicales le dieron "más apoyo".

Por la UCR estuvieron en la cena, el mencionado Corral; su antecesor en el cargo Ernesto Sanz; los gobernadores Ricardo Colombi (Corrientes), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy); los jefes de las bancadas en el Congreso, Mario Negri (Diputados) y Ángel Rozas (Senado); el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, y la presidenta de la convención nacional, Lilia Puig de Stubrin.

Pro alistó a la vicepresidenta Gabriela Michetti; al jefe de Gabinete, Marcos Peña; al secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis; al ministro Rogelio Frigerio; a la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; al vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli; al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y al presidente del partido, Humberto Schiavoni.

Ninguno de los funcionarios de la primera línea del Gobierno que son de extracción radical, los ministros de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y de Defensa, Julio Martínez, y el jefe del Plan Belgrano, José Cano, participaron del encuentro.

Esquema acordado

Al cabo de la cena, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, por parte del Gobierno, y el presidente del radicalismo, José Corral calificaron como “fructífero” el encuentro, en el que se analizó la gestión, cotejando la situación política en cada distrito y el año electoral que se viene.

Frigerio explicó que e acordó constituir una mesa política que “va a oficiar de comando electoral” para fijar la estrategia de campaña, la cual estará representada por todas las fuerzas políticas que forman la alianza gobernante y en principio compondrán nueve representantes: cuatro del Pro, cuatro de la UCR y uno por la Coalición Cívica.

El objetivo es acordar un esquema que atenúe las diferencias que surgirán a la hora de confeccionar las listas en varios distritos. 

La UCR no quiere perder terreno frente a Pro en Diputados. Para ello, propuso evitar la competencia interna en las PASO y garantizar en una nómina de unidad que cada fuerza conserve todos los lugares que arriesga

Pretenden ubicar al número uno de las listas en la mayoría de ellas, en base a su representación territorial. Además, buscarán garantizar la presencia de Cambiemos en la mayoría de los distritos.

El grupo más numeroso que debe renovar es el del radicalismo. Por caso, en Diputados, donde Cambiemos pone en juego la permanencia de 42 miembros (sumando a los tres partidos más otros aliados), el centenario partido arriesga 20 de sus 36 bancas. Entre ellos están hombres de trayectoria como Ricardo Alfonsín y el extitular del partido, Mario Barletta.

Pero la regla general no vale para todas las provincias. Pro negocia desde la fortaleza que le da ser la fuerza mayoritaria en la Capital y en la provincia de Buenos Aires, los dos distritos con más legisladores nacionales.

Aquí las situaciones son diferentes. En la Ciudad de Buenos Aires no está constituido Cambiemos y la UCR amenaza con volver a encolumnarse detrás de Martín Lousteau, y pedir más representación en provincia de Buenos Aires, epicentro de la “madre de todas las batallas”. Pero allí Macri y Vidal tendrán la última palabra.

Para más adelante quedó la definición sobre el papel que jugará Elisa Carrió, líder de la CC y una de las fundadoras de Cambiemos junto con Sanz y Macri, en las elecciones de este año ya que su mandato también vence en diciembre.

No tiene definido si jugará en la Ciudad, como pretenden en el PRO para neutralizar una eventual candidatura de Lousteau o si lo hará en la provincia de Buenos Aires, donde el armado oficial tiene buenas chances de cosechar un resultado favorable en engrose sus filas en la Cámara baja.

En esas tierras se reparten 35 sillas, y actualmente Cambiemos solo tiene cuatro. Hay un sector del radicalismo que quiere que el actual embajador en Estados Unidos compita en las internas porteñas bajo el escudo radical, pero esa idea no es compartida por Macri.

En algo coinciden tanto el PRO como Cambiemos: en las tres provincias gobernadas por el radicalismo las listas las armarán los gobernadores, Cornejo, Colombi y Morales.

Por otro lado, el radicalismo no quiere que se mezclen nombres de dirigentes peronistas, especialmente los vinculados a la gestión de Cristina Kirchner.

En ese sentido, Corral cuestionó la propuesta del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, de sumar a la administración central a peronistas como Omar Perotti, Florencio Randazzo y Juan Manuel Urtubey, al advertir que el frente oficialista debe incorporar sólo "sectores políticos que no tengan compromiso con el gobierno anterior".

En cuanto a la estrategia a llevar adelante por el Congreso durante este año. Los radicales distinguen con cierta molestia entre el diálogo que les ofrece Macri cuando hay que encarar estrategias parlamentarias (sean problemas con alguna ley o la necesidad de sumar votos) y el hermetismo que les dispensa cuando prepara medidas sensibles en materia de seguridad, inmigración y derechos humanos.

Sobre este último punto,  la polémica por los dichos del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, quien relativizó el papel de la última dictadura militar al negar el número de desaparecidos, amenazó con reavivar las tensiones.

"Discrepo totalmente con Gómez Centurión. La sentencia del Juicio a las Juntas Militares que llevó adelante el gobierno de Raúl Alfonsín, la Conadep y el Nunca Más, las declaraciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, son muestras contundentes sobre el terrorismo de Estado, la desaparición forzada de personas, el robo de bebes y la tortura", sostuvo el diputado radical Mario Negri en un comunicado.

Para evitar la polémica, ese tema fue dejado de lado durante la cena.

Además, los radicales se reunieron con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el de Finanzas, Luis Caputo y Mario Quintana, vicejefe de Gabinete, y al respecto Corral destacó que “nos llevamos un buen panorama general” y dijo que el rumbo económico “es el correcto y los cambios serán graduales”.