El legislador porteño de Bien Común y “amigo” del Papa, Gustavo Vera, afirmó desde el Vaticano que el Papa Francisco "está sorprendido por la cantidad de despidos que hay en la Argentina". En un claro mensaje cuyo destinatario es el Gobierno nacional agregó que el Sumo Pontífice está "preocupado por la pobreza y la desocupación".

Consultado sobre el paro nacional que anunció la CGT dado el deterioro de la situación económica del país, Vera señaló: "El Papa no me habló del paro que definió la CGT pero está muy al tanto de la situación social porque le llegan los informes que envían las Arquidiócesis”. “Está sorprendido por los despidos, ya que en enero no es común que se produzcan como se está viendo en la Argentina", indicó el referente de La Alamada, quien estuvo en el Vaticano participando de un coloquio por la Paz Mundial junto al senador de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas.

Las declaraciones del legislador “amigo” del Papa se conocen luego de que trascendiera que el Santo Padre se reunirá próximamente con los integrantes del triunvirato que conducen la central obrera. 

En diálogo con los medios, Vera criticó la ley de Migraciones que planteó la Casa Rosada y sostuvo que "Francisco está fomentando acoger a los inmigrantes".

"El Papa ve con mucha simpatía lo que hace Alberto Rodríguez Saá en San Luis, donde el martes llegarán los primeros refugiados sirios. No hay que preguntarle al Papa lo que piensa cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pretende hacer equivalencias entre los inmigrantes y el delito. Es xenófoba", afirmó e legislador.

Asimismo, recordó: "Muchos inmigrantes fueron traídos al país por el crimen organizado y La Alameda denunció y denuncia el trabajo esclavo. Hay causas abiertas. Acá llegaron mayoritariamente bolivianos pero fueron los argentinos vivos los que los trajeron aprovechando de la vulnerabilidad de muchos de ellos".

Por último, Vera se refirió a la posibilidad de que el Papa visite la Argentina. Dijo que lo hará "cuando sienta que es un factor de unidad y no de división". En ese sentido, dejó abierta la posibilidad de que eso suceda el año próximo. 

A pesar de las críticas, sostuvo que la relación entre el jefe de la Iglesia Católica y el presidente Mauricio Macri "es normal y formal".