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Luego de un extenso período de tensión diplomática y comercial, ambos mandatarios asumieron el gran desafío de relanzar la alianza
08/02/2017 - 00:58hs

Todo viaje presidencial genera enormes expectativas tanto para quien visita como para quien es visitado. 

Si la misión la realiza el jefe de Estado de un país “socio estratégico”, integrante de un bloque económico y que representa a una nación que desde hacía años no tenía contactos diplomáticos directos con el país visitado, las expectativas aumentan más aun.

El problema es que los excesos en las expectativas generan claras frustraciones por la falta de resultados concretos.

Si a este se le agregan las innumerables reuniones entre diferentes presidentes de Argentina y Brasil para “relanzar”, “reflotar” o “refundar” al Mercosur, queda explicado el por qué de la falta de entusiasmo que despertó la cumbre entre el presidente Mauricio Macri y su par brasileño, Michel Temer. 

El nuevo escenario globalLos cambios generados por la asunción del presidente Donald Trump en los EE.UU., abren un abanico de oportunidades para que Brasil y Argentina ocupen espacios importantes en la agenda internacional.

La llamada de solidaridad de Macri al mandatario de México, Enrique Peña Nieto, demuestra que el rumbo está determinado y que Argentina, que ejerce la presidencia pro-témpore del Mercosur, tendrá un lugar activo en las relaciones internacionales desde la región.

El tema de la flexibilización del bloque, para salir a tejer acuerdos de manera más independiente, es algo que está latente en la agenda. .

El presidente uruguayo Tabaré Vazquez, de hecho, está viajando a Rusia con una comitiva de 100 empresarios. Macri hará lo propio, pero en España. Paraguay está ofreciendo enormes beneficios a quien desee instalar industrias en ese pais, vía reducción tributaria, terrenos y bajísimos costos de energía.

En resumen, el Mercosur, a la luz de sus integrantes, se está moviendo hacia una nueva realidad, lo cual es positivo.

En paralelo, la situación de Europa en medio de la presidencia de Trump, permiten suponer que el acuerdo Mercosur–Unión Europea, finalmente dará a luz

Será como darle partida de nacimiento a un hijo que ya es mayor de edad (la negociación entre los bloques cumplirá 21 años en el 2017) pero lo importante es que se firme.

El Mercosur, en lo que se refiere a las relaciones internacionales está activo y con rumbo determinado, pero hace falta expandir las exportaciones de Argentina intrabloque y a otros destinos. Y allí está el problema.

Un arranque con el pie izquierdoA comienzos del mes de enero, iProfesional publicó una nota en la que se alertaba por la pasividad de los diplomáticos argentinos respecto de las negociaciones con Brasil. 

Sin embargo, el mayor problema está en que quien negocia la apertura de nuevos mercados de la Argentina no es la Cancillería sino el Ministerio de Produccion.

Tal vez sea estratégicamente conveniente para el país que quien cuida la producción pueda buscar nuevos mercados, pero ¿no sería lógico pensar que se está desperdiciando capacidad y experiencia de quienes son experton en este tipo de negociaciones?

¿No sería lógico que el contacto con los diplomáticos de Brasil este a cargo de diplomáticos de Argentina?

Que las relaciones internacionales estén a cargo de la Cancillería y que la promoción de exportaciones esté a cargo del Ministerio de Produccion, sería como intentar que dos personas diferentes manejen un vehículo (una que controle el acelerador y freno y otra que controle el embrague y los cambios). Los resultados de la experiencia serían inciertos.

Brasil mantiene a los negociadores sin grandes movimientos, al margen del gobierno de turno o del pensamiento político.

El comercio exterior para Brasil, es política de Estado. Nunca de gobierno.

Cuando se observa la pauta en la agenda que esperaba al presidente Macri quedaba claro que Brasil sabía qué pedir. La Argentina, en cambio, no.

Brasil quería que la Argentina retire las barreras no tarifarias (cuando no se trata del pago de impuestos con efecto restrictivo al comercio) para las autopartes brasileñas en función de la implementación del Índice de Componentes Locales Argentinos (ICLA).

La Argentina no le recordó que hace unos cuatro años atrás, Brasil creó el Innovar–Auto, plan que determinaba lo mismo que el ICLA.

Los negociadores macristas, de haber escuchado a los importadores de autopartes argentinas en Brasil, podrían haber incluído en la pauta que Brasil considere a la producción argentina como nacional brasileña para que fiscalmente los productos fueran tratados con la misma óptica.

Las autopartes fabricadas en Brasil pagan dos contribuciones sociales de 1,65% (PIS) y 7,6% (COFINS), siendo que el mismo producto, fabricado en Argentina como en cualquier otra parte del mundo, paga 3,12% de PIS y 15,37% de COFINS.

Comparando los totales, una autoparte brasileña paga un total de 9,25%, mientras quye mismo producto pero fabricado en Argentina termina tributando el doble.

¿Dónde está el Mercosur en este caso?Todavía hace falta cumplir el artículo 7 del Tratado de Asunción que dice: “En materia de impuestos, tasas y otros gravámenes internos, los productos originarios del territorio de un Estado Parte gozarán, en los otros Estados Partes, del mismo tratamiento que se aplique al producto nacional”. 

Brasil utiliza estas dos contribuciones sociales como barreras tarifarias y la Argentina apenas reclama por esto.

Además del no cumplimento del propio tratado de Asunción, hay que considerar los categóricos resultados de la balanza comercial bilateral para autopartes, ampliamente superavitaria para Brasil: u$s1.109 millones en 2016 a favor del país vecino.

En paralelo, el superávit total de Brasil en relación con la Argentina fue de u$s4.300 millones el año pasado. 

Después de la visita de Macri a Temer ¿cómo seguimos?Los resultados de la reunión de presidentes son alentadores.

Desde lo protocolar, Macri fue condecorado con el Gran Collar de la Orden Nacional del Cruzeiro do Sul.

En cuanto a algunas decisiones conocidas tras la cumbre, se proyecta crear con recursos del BID la agencia binacional para homologación de requerimientos técnicos, sanitarios y fitosanitarios para luego extender su accionar al Mercosur.

Se intentará reforzar el bloque (de nuevo) para la creación de nuevos empleos y se tratará de fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, estos deseos chocaron históricamente con los problemas entre los socios. 

El sector empresario que más depende del intercambio intrabloque requiere de medidas concretas que permitan que la Argentina vuelva a ocupar el espacio que tuvo en el pasado reciente. Por ejemplo, en el año 2000, Brasil importaba por u$s55.000 millones y Argentina le vendía el 12,25% de todo lo que demandaba del mundo. 

En 2016Brasil importó por u$s137.500 millones pero la Argentina sólo obtuvo el 6,60% del total. 

La tendencia se profundizó en el arranque del año: las exportaciones argentinas hacia el país vecino aumentaron casi 40% pero así y todo logró un share del 5,6%. 

Los sectores productivos requieren que la negociación bilateral y a nivel bloque la maneje una sola cartera, con experiencia en el tema. Si no, se podría repetir la experiencia de cuando el comercio exterior fue comandado por la Secretaria de Comercio Interior.

Es posible aumentar las exportaciones argentinas a Brasil. Basta saber cómo hacerlo.

(*) Gustavo Segré es socio director de Center Group y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Paulista.