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Los padres pueden controlar el bienestar de sus hijos con los "vestibles" pero para los médicos los "bebés data" se convirtieron en una pesadilla
08/02/2017 - 14:19hs

Calcetines que calculan la frecuencia cardíaca, sensores que miden los niveles de oxígeno o pañales inteligentes que analizan la orina de los bebés y envían a una aplicación móvil los datos sobre el riesgo de deshidratación, infecciones o problemas renales.

La tecnología lo tiene casi todo para que los padres controlen el bienestar de sus hijos. Para los médicos, sin embargo, los "bebés data" se convirtieron en una pesadilla.

El equipo del Children’s Hospital de la ciudad estadounidense de Filadelfia publicó un artículo en el que critica el uso de esos monitores y afirma que su principal efecto es llenar los departamentos de urgencias con falsas alarmas.

“Para la mayoría de los bebés sanos, no hay ninguna necesidad del uso de esos monitores en casa”, defiende Elizabeth Foglia, neonatóloga y coautora del texto publicado en la revista JAMA, de la Asociación Médica Americana (American Medical Association).

Foglia y sus colegas, los pediatras Christopher Bonafide y David Jaminson, explican que los sensores de señales vitales tampoco disminuyen el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita en el Lactante, uno de los mayores miedos de los padres.

Los fabricantes de esos dispositivos reconocen que no pueden prevenir el síndrome, pero en su publicidad afirman que los aparatos emiten “señales de alerta”.

Es el caso de Owlet, una marca citada por los médicos del Children’s Hospital. Ese monitor, que cuesta 230 euros, es un calcetín inteligente que promete controlar el ritmo cardiaco, los niveles de oxígeno, temperatura corporal y calidad del sueño del recién nacido.

Para los pediatras, que analizaron cinco modelos de monitores fisiológicos, con precios entre 140 euros y 280 euros, esos aparatos provocan más estrés en los padres, en vez de tranquilizarles.

Foglia explicó, por ejemplo, que los bebés sanos tienen caídas ocasionales de oxígeno de menos del 80%, sin consecuencias, y que eso no sería motivo de alarma.

Los pediatras estadounidenses abogan por que los monitores sean reglamentados por la agencia que controla los medicamentos en EE UU, la Agencia de Administración de Alimentación y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). “No hay evidencias de que los sensores sean precisos en la medición de las señales vitales”, dicen. 

La marca Owlet afirma en su página web que ya envió a la FDA una solicitud para la aprobación del dispositivo.

Aunque estos obtengan el visto bueno, el equipo del Children’s Hospital defiende que la comunidad médica debe debatir si el uso de los sensores es apropiado, una vez que una pequeña señal de caída del nivel de oxígeno podría ocasionar una visita a urgencias, un análisis de sangre innecesario o incluso el ingreso hospitalario del bebé.