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"La represión contra criminales ilegales es sencillamente cumplir mi promesa de campaña", aseguró el presidente de los Estados Unidos
15/02/2017 - 16:29hs

"La represión contra criminales ilegales es sencillamente el mantenimiento de mi promesa de campaña. Miembros de bandas, traficantes de droga y otros están siendo deportados", aseguró el presidnete de los Estados Unidos, Donald Trump, en Twitter.

De esta manera, parecía contradecir al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que aseguró el sábado que se trata de operaciones "rutinarias".

Según ICE, las noticias del aumento de puntos de control y redadas son "falsas, peligrosas e irresponsables", además de que "crean pánico masivo y ponen a las comunidades y a los agentes de inmigración en un peligro innecesario".

Cientos de inmigrantes indocumentados fueron arrestados la semana pasada en sus casas y lugares de trabajo en varias ciudades estadounidenses incluyendo Los Ángeles, Atlanta y Nueva York.

Trump se lo adjudicaba el lunes como un mérito en una rueda de prensa con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

Aseguraba que se cumplía así su promesa electoral de perseguir a "los malos", refiriéndose a inmigrantes indocumentados con antecedentes penales.

El presidente estadounidense prometió deportar a tres millones de "criminales", aunque no se sabe bien qué define como criminal.

¿Pero era diferente en el gobierno de Barack Obama?

David Marin, director de operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) -la agencia que llevó a cabo las redadas en 11 estados-, aseguró que se habían planeado desde hace tiempo, "antes de que el gobierno actual publicara las actuales órdenes ejecutivas".

Y hasta cierto punto eso es cierto.

Las redadas masivas se remontan a 2011, durante la presidencia de Barack Obama, quien en sus ocho años de mandato deportó a 2,5 millones de personas. Activistas hispanos lo tacharon de "deportador en jefe".

Pero activistas y grupos de Derechos Humanos aseguran que las redadas actuales son más duras que las anteriores ya que hay gente arrestada sin antecedentes criminales, algo que, según ellos, no ocurría en la época de Obama.

De hecho, mientras el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, aseguraba que la redada de la semana pasada era normal, añadía que el 75% de los arrestados tenía antecedentes criminales. Eso dejaría un 25% que efectivamente no habría cometido un crimen.

En cuanto a cifras, todavía es muy pronto para saber si se están produciendo más arrestos que antes.

También secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Luis Videgaray, afirmó en TV que el número de deportados se mantiene con la misma tendencia de 2016, "incluso ligeramente por debajo del año pasado".

"No hemos visto ningún crecimiento en el número de deportados en los 11 puntos de entrada terrestre, no hemos visto todavía ningún incremento", añadió.

En cualquier caso, cada vez son más los hispanos que viven en EE.UU. alarmados por lo que está ocurriendo.

"Existe muchísimo temor", afirmó el padre Fred Morris, cuya iglesia está situada en una zona predominantemente hispana de Los Ángeles.

"Es más que palpable. Se irradia. La gente está aterrorizada. Estaban sentados en silencio estupefactos", añadió, refiriéndose a la misa del domingo pasado.

El gobierno mexicano confirmó que sus consulados en EE.UU. están recibiendo tres veces más llamadas de conciudadanos preocupados por lo que está ocurriendo que antes de las elecciones de noviembre.

Este fin de semana hubo protestas contra las redadas en varias ciudades del país.

Pero los inmigrantes al parecer han optado mayoritariamente por ahora en mantenerse alerta y esperar el siguiente paso que pueda hacer el gobierno.