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Posee una superantena que se usaría para misiones espaciales, pero podría interceptar comunicaciones. Sólo pueden accederla el personal del gobierno chino
17/02/2017 - 22:43hs

La empresa estatal china Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) informó que la base científica que levantó en provincia de Neuquén esta lista para comenzar a operar.

La instalación se usará –en teoría– para la exploración científica. Si bien todavía no está claro qué tareas realizará, se espera que sirva como base de comunicaciones para las próximas travesías espaciales del país asiático.

Tampoco queda muy claro cuál será el rol del gobierno argentino, que deberá ejercer cierto control durante los 50 años que durará la concesión sobre las actividades que se realicen en el predio de 200 hectáreas en la localidad neuquina de Bajada del Agrio.

La base responde la Comisión para la Ciencia, la Tecnología y la Industria para la Defensa Nacional. De hecho, el director es también responsable del Departamento General de Armamentos del Ejército chino.

Además, CLTC fue fundada en 1986, bajo la órbita del Ejército de Liberación Popular de China, para cumplir funciones de telemetría, control, seguimiento e interceptación de comunicaciones.

Por ello, se cree que no sólo cumplirá un papel vital para lograr comunicaciones las 24 horas con las misiones que China envíe al espacio (como llegar a la Luna y, más tarde, a Marte), sino que también tendrá objetivos en su carrera armamentista.

En este sentido, contar con una base en Occidente le permitirá tener un panorama más amplio sobre la actividad en el espacio aéreo alrededor del planeta.

También le serviría para interceptar las comunicaciones de otras superpotencias globales a través de la superantena.

De hecho, creció la preocupación en Europa y Estados Unidos sobre las posibilidades militares que podría ofrecer al gobierno chino.

También encendió las alertas en la Argentina,  por los términos del acuerdo: 50 años de explotación en solitario, exención de impuestos y cero participación argentina.

En efecto, sólo militares y políticos del régimen chino podrá acceder a las instalaciones, por lo que ninguna autoridad argentina podrá ingresar y vigilar a qué se dedica la misteriosa base.

La única herramienta que el gobierno de Mauricio Macri tendrá a disposición es permitir o no el funcionamiento de la antena, a pesar de que personal diplomático chino asegura  que su uso es 100% científico.