Las constantes marchas y contramarchas que ha venido dando el macrismo en temas sensibles de la agenda política y económica abrieron un fuerte interrogante: las decisiones que tomó el Gobierno y que luego desataron una ola de críticas, ¿fueron el resultado de simples "errores de cálculo"? ¿O acaso hay una estrategia mucho más calculada, en la que ningún detalle queda librado al azar?
La frase “estamos aprendiendo sobre la marcha”, dicha por el ministro de Energía, Juan José Aranguren en el Senado a mediados del año pasado, cuando se discutían los aumentos a las tarifas de los servicios públicos, intentaba dar una explicación a las medidas impopulares que, en muchos casos, tuvieron serios problemas a la hora de ser implementadas.
Sin embargo, hay analistas que no creen que el accionar de la administración macrista sea el resultado de una visión "ingenua", que se basa en un simple juego de "prueba y error".
Por el contrario, en el ámbito político gana terreno la teoría de que el Gobierno toma decisiones asumiendo un margen de error y un posible costo político a futuro, en caso de que dicha medida genere una fuerte resistencia o levante críticas desde la opinión pública.
En este marco se puede circunscribir el "affaire Correo": dicho acuerdo tuvo lugar a mediados del año pasado. Pero recién ganó espacio en la agenda cuando se difundió un dictamen en el que se rechazó el convenio por ser considerado abusivo.
Sin embargo, en otros casos, como la cuestión Malvinas -en la que el Gobierno se apuró por informar un supuesto entendimiento con Gran Bretaña que luego no llegó a ser tal-, sí reconocen errores de comunicación.
El analista político Gustavo Santiago resumió el modo que a veces tiene el Ejecutivo para dar a conocer sus acciones con un concepto: "desprolijidad".
"Hay muchas idas y vueltas en materia de comunicación. Se anuncia algo y después se da marcha atrás", señaló el experto.
En este contexto, es notorio que el amplio rechazo que generaron algunas medidas no sólo provino de la oposición, sino que también hubo críticas desde el propio seno de Cambiemos, especialmente desde el radicalismo.
El diputado Mario Negri advirtió que “el cúmulo de errores desgasta” a la gestión, y agregó: “Creo que la figura de Macri, la que alinea frente a la confusión, no puede ser abusada en el uso de la misma”.
Para los dirigentes opositores, la corrección permanente de las decisiones presidenciales “es producto de la improvisación”.
Macri logró darle una "solución política" a varios temas que incomodaban, pero no salió indemne.
Y cuando parecía que iba a lograr la aprobación de la norma en la sesión extraordinaria, en el medio del debate se dio a conocer una resolución de la ANSES que ordenaba efectuar un recálculo que implicaba un aumento menor en las jubilaciones.
Esta decisión tomó por sorpresa a todos los legisladores, incluido los aliados, quienes levantaron la voz y casi hacen caer la sesión como señal de protesta.
Lo cuestionaron desde la oposición y reconocidos expertos que lo apoyaron durante la campaña. El Presidente volvió sobre sus pasos y pareció que solo había cometido un error “de principiante”.
La Corte Suprema avaló el pedido de los consumidores y el Gobierno debió cumplir con todos los pasos legales para fijar los aumentos.
Luego de que desde Gran Bretaña negaran esa posibilidad, la canciller Susana Malcorra tuvo que salir a decir que fue un "error semántico" de Macri.
Desde casi todo el arco opositor, salvo la Izquierda, defendieron y justificaron el “dietazo” de casi el 50%, cuando las paritarias culminaron el año con incremento promedio del 30%.
Las críticas de la población se hicieron escuchar rápidamente. Macri salió a “dar la cara” y pidió responsabilidad a los legisladores para que “no se pasen de largo”.
En Diputados el incremento terminó siendo menor, pero el Senado lo confirmó con el argumento de que pagan altos impuestos a las ganancias y que “no perciben aguinaldo”.
El 23 de enero, el Presidente dispuso un nuevo cronograma. Los feriados nacionales cuyas fechas cayeran martes y miércoles serían trasladados al lunes anterior y los que cayeran jueves y viernes serían movidos al lunes siguiente.
La norma no exceptuó el feriado correspondiente al 24 de marzo, o sea, le sacó su carácter inamovible.
Este año, 24 de marzo cae viernes y se trasladaba al lunes 27. El rechazo fue generalizado. Inclusive, internamente lo reconocieron como un error que le dio voz a distintos sectores, cuando en realidad se trató de una polémica evitable, teniendo en cuenta que el próximo año el 24 de marzo será sábado y en el 2019 (cuando concluya el mandato presidencial), será un domingo.
El 1 de febrero, el decreto 80/2017 eliminó la medida que suprimía la inamovilidad del Día de la Memoria.
La oposición argumentó que Macri podría haber convocado a sesiones extraordinarias y que el DNU era un atajo -en año electoral- para esquivar al Congreso, donde el Gobierno tiene minoría en ambas cámaras. Y destacaron que ya existía una propuesta sobre ese tema impulsada por el Poder Ejecutivo que tenía media sanción.
El miércoles pasado, el organismo previsional reformuló el cálculo e indicó que el haber mínimo jubilatorio pasará de $5.661 a $6.377. Por su parte, el monto de Asignación Universal por Hijo (AUH) subirá de $1.103 a $1.243, y la Pensión Universal para el adulto mayor se elevará de $4.528 a $5101.
El conflicto radicó en la modificación hizo que el incremento sea del 12,65% en lugar de 12,96%.
La novedad llegó al Congreso cuando los diputados estaban por votar la reforma del régimen de accidentes laborales. De hecho, la aprobación de esa iniciativa estuvo a punto de naufragar.