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El neurólogo estadounidense Ed Boyden propone un decálogo de sugerencias para aumentar aquella parte de la inteligencia que puede ser desarrollada
19/02/2017 - 15:58hs

Los neurólogos han redefinido el concepto de inteligencia por el de inteligencias, es decir, hay distintos tipos y el coeficiente intelectual no suele ser una muestra confiable.

Por lo tanto, la inteligencia “real” implica ser creativo, reflexivo y adaptable al mundo cambiante en el que vivimos.

En la edición española de Forbes enumeraron las diez sugerencias que el neurólogo Ed Boyden propone para aumentar esa parte de la inteligencia que puede ser incrementada.

Sintetizar las nuevas ideas. Anota siempre que puedas un extracto de lo que estás leyendo. Conducirá a una comprensión más profunda, mayor innovación y una mente receptiva a diferentes puntos de vista.

Aprender a aprender. La tecnología hace que sistemas y entornos cambien rápidamente y cada poco tiempo. Esta habilidad, hoy en día, es la fundamental.

Trabajar desde el objetivo hacia atrás. Hacerlo a la inversa es arriesgado (es posible que no llegues a la meta que te has marcado). Si echas la vista atrás, tus esfuerzos se dirigen a lo que es importante en cada paso del camino.

Tener siempre un objetivo a largo plazo. Muchos nos centramos en la gratificación rápida, pero el verdadero poder está en hacer un plan para el futuro.

Hacer mapas de contingencias: haz una representación de cómo se conectan los elementos y acontecimientos. Tendrás más claro dónde dirigir tiempo y esfuerzos.

Colaborar. Detrás de toda gran persona… ¡hay un montón de gente! Charles Darwin decía: “En la larga historia de la humanidad (y también de todas las especies animales) los que aprendieron a colaborar más eficazmente son los que han prevalecido”.

Asumir tus errores. No pasa nada por cometer errores, pero es necesario resolverlos y seguir con la vista puesta al frente. William Shakespeare lo expresa así: “Nuestras dudas son traidoras, y nos hacen perder lo bueno que podríamos ganar solo por temor a intentarlo”.

Desarrollar fórmulas ganadoras. Cuando encuentres algo que funciona, anota cómo lo has hecho en alguna libreta bien visible. Si te aproximas a una situación similar, reconocerás enseguida cómo actuar.

Documentarlo todo. Si no lo registras, corres el riesgo de no aprender nada. Gran parte de la creatividad es aprender a ver las cosas desde la perspectiva correcta en cada caso.

Mantener la sencillez. Como decía Albert Einstein, “si no eres capaz de explicárselo a un niño de 6 años, es porque tú mismo no lo entiendes”.