iProfesional

La cofundadora de Cambiemos, Elisa Carrió, se sumó a la ola de críticas internas y atacó el estilo empresarial de la Casa Rosada. 
20/02/2017 - 22:50hs

El paso en falso del Gobierno con el acuerdo con el Correo y el ajuste en las jubilaciones provocó un sismo interno en Cambiemos cuyas réplicas se extendieron hasta este lunes. 

En sintonía con el malestar de la UCR, que se hizo público la semana pasada, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, advirtió que "no puede haber más errores" y apuntó contra el Gabinete de Mauricio Macri: "Debe haber una integración real entre políticos serios y gestores serios que puedan complementar la mirada política de la toma de una decisión en sus consecuencias políticas, electorales y de beneficios".

El blanco de “Lilita” estaba claro: los empresarios devenidos en funcionarios, Mario Quintana, ex presidente de Farmacity y actual vicejefe de Gabinete, y Gustavo Lopetegui, ex directivo de LAN y actual secretario de Coordinación de Políticas Públicas. Ambos pertenecen a la mesa chica del presidente y que encabeza el jefe de ministros, Marcos Peña.

En declaraciones a Radio Mitre, la diputada sostuvo: "No crean que porque alguien ha sido CEO" puede ser necesariamente un buen funcionario, dijo, porque "el Estado es algo mucho más complejo y más difícil, donde hay organismos de control, capital simbólico". 

El ataque de la cofundadora de Cambiemos fue hacia el punto débil del Gobierno, al que se acusa desde la oposición de administrar el país como una empresa.

La crisis en la que se sumergió el Poder Ejecutivo fue tan evidente que la mesa chica decidió armar un plan de contención de daños y recomendó a Macri enfrentar a los periodistas y dar marcha atrás en sus decisiones. No obstante, la caída de la imagen del Presidente parece inevitable.

En este contexto, Luis Juez, el embajador argentino en Ecuador, se sumó el lunes a la ola de críticas: "El horno no está para bollos, a esta altura del partido un año y tres meses hay que ser más astuto, saber que la gente tiene esperanza pero se la estamos limando en cuotas", se sinceró.

"Nos costó horrores ganar esta elección; y si estuviéramos jugando al fútbol yo le diría al arquero mío: 'Loco, las que van afuera, dejalas afuera, no hace falta que las metas", expresó para describir con una metáfora futbolera el accionar del oficialismo durante los últimos días.

A su vez, y envuelto en su propia interna del radicalismo, el dirigente Ricardo Alfonsín remarcó sus diferencias dentro de la alianza Cambiemos y advirtió que si la UCR toma la postura de "decir a todo sí" a lo que propone el Gobierno no seguirá siendo parte de la entente. 

La nueva ola de cuestionamientos se suma a la que se produjo la semana pasada.

"El cúmulo de errores desgasta", había advirtido Mario Negri, el jefe del interbloque Cambiemos en Diputados. "Creo que el Presidente, la figura que alinea frente a la confusión, no puede abusar de eso", había explicado.

Al diputado le molestó, además, que los cambios dispuestos en la fórmula matemática que se utiliza para establecer el aumento en los haberes previsionales hubiesen sido informados mientras intentaban darle sanción a la ley de ART. La maniobra de la ANSES complicó el trabajo de los operadores de Cambiemos que intentaban reunir los votos necesarios para aprobar la norma que había impulsado el Poder Ejecutivo.

Por su parte, el senador Julio Cobos apuntó contra las "marchas y contramarchas" del Gobierno y reclamó que el PRO tenga "mayor diálogo" con la UCR.