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Macri rediseña su estrategia: qué falta para que inversores traigan sus dólares

Luego de una serie de errores groseros, tanto la oposición como el radicalismo, tienen en la mente ganar mayor protagonismo en el ámbito legislativo
01/03/2017 - 12:07hs
Macri rediseña su estrategia: qué falta para que inversores traigan sus dólares

La "muñeca" política del macrismo se pondrá a prueba este año en el Congreso de una forma mucho más exigente que en 2016.

Terminado el período de "luna de miel" y en plena carrera hacia las legislativas de medio término, va quedando en claro que lograr consensos para sacar leyes clave no le será tan fácil.

En Diputados, será arduo el trabajo de lobby. En Senadores, requerirá de una relación bien "lubricada" con gobernadores provinciales, urgidos por hacerse de fondos públicos.

No fue un verano fácil para el Gobierno. Una sucesión de errores le han valido fuertes críticas de la oposición y también internas que incluyeron a sus aliados radicales.

Desde diferentes sectores remarcaron la gran cantidad de equivocaciones que provocaron nubarrones en el núcleo macrista.

Los Decretos de Necesidad y Urgencia, que luego fueron "corregidos" por presiones externas, el "Correo-Gate" y el pedido de juicio político a magistrados (por hacer lugar a una demanda gremial para que se homologue un acuerdo paritario) son algunos de esos tantos "pifies".

Además, los reclamos de los docentes y la marcha del 7 de marzo de la CGT le suman complicación a un macrismo que parece aturdido. Justamente en un año clave, ya que necesita consolidar en las urnas su proyecto político.El proyecto político de Macri y los dólares de inversoresMauricio Macri sabe más que nadie qué es lo que genera dudas entre los inversores internacionales y aquello que está poniéndole un freno a la llegada de dólares: la cuestión electoral.

Incluso, surge una situación que muchos califican de "inédita": antes los empresarios se sentaban frente a un Presidente con el que discrepaban en lo ideológico pero al que le reconocían autoridad política. Ahora, en cambio, las charlas se dan entre quienes sintonizan a la perfección el lenguaje corporativo global, pero las dudas pasan por la profundidad y continuidad que Macri pueda darle a los cambios.

En definitiva, hay cierto consenso entre analistas y ejecutivos de negocios respecto de un tema clave: para que la prometida "lluvia de inversiones" se produzca, tiene que ganar las legislativas.

Sólo si esto ocurre podrá despejar las dudas que se han generado sobre la fortaleza de su proyecto político. Macri es muy consciente de esto. No por casualidad "machaca" permanentemente sobre las altas chances que tiene de obtener un buen resultado. Aprovecha cada encuentro con empresarios para insistir sobre este tema.

"El PRO va a hacer una elección maravillosa", aseguró en el "mini Davos" de Argentina. "Las próximas elecciones las ganamos caminando", acaba de sentenciar en España.

El Presidente entiende a la perfección cómo es el razonamiento en el mundo corporativo

Los ejecutivos de negocios, esos en los que tiene cifradas las esperanzas del despegue económico, no están dispuestos a traer su capital hasta no tener en claro que los actuales cambios no serán apenas un interregno entre dos gobiernos populistas.

Al decir de Javier González Fraga, Macri "tiene el estigma de ser el quinto Presidente no peronista en 70 años. Los otros cuatro no terminaron su mandato".

En su visión, "tiene que preocuparse por hacer una muy buena elección. Nadie quiere invertir en el país porque no saben si vuelve el populismo dentro de dos años".Debilidad ParlamentariaDesde el macrismo no pueden hacer oídos sordos a varios de los actuales reclamos, ya que necesita de las distintas fuerzas políticas para que sus propuestas avancen en ambas cámaras en un 2017 que es clave.

En Diputados, depende no sólo del radicalismo sino de la postura que tomen en cada ley el Frente Renovador, de Sergio Massa, y el Bloque Justicialista, de Diego Bossio.

Los números parlamentarios así lo indican:

- Cambiemos apenas llega a 90 legisladores (sumando al macrismo, al radicalismo y a la Coalición Cívica de Elisa Carrió), que se podrían convertir en poco más de 100 si surgen eventuales aliados.

- El massismo tiene poco más de 30 mientras que el bloque encabezado por Bossio, unos 17.

- El oficialismo necesita al menos 129 diputados para comenzar a sesionar, de modo tal que requiere de casi 40 integrantes ajenos a su espacio (129 vs. 90)

En el Senado las cosas tampoco le son fáciles. Necesita de alianzas y debe negociar con los gobernadores opositores para que estos se ocupen de convencer a sus legisladores.

- Sobre un total de 72, el oficialismo cuenta con apenas 16 miembros (22%)

- El kirchnerismo tiene amplia mayoría, con más de 40 representantes (55%)

Los integrantes del Frente para la Victoria mantienen una estrecha vinculación con muchos gobernadores. Así, el macrismo se ve obligado a negociar arduamente para destrabar cualquier negociación empantanada.

Prueba elocuente de ello fue la discusión, idas y venidas en el tratamiento de los cambios en el Impuesto a las Ganancias, en diciembre pasado.

Este año, al ser electoral, habrá pocas reuniones plenarias en las que se debatirán diversidad de temas clave para el Gobierno y que no llegaron a tratarse durante las sesiones extraordinarias del último mes del 2016.Cambiemos no puede confiarse del apoyo del Bloque Justicialista (Bossio) ni tampoco en el Frente Renovador (Massa), que se abstuvieron de votar en la sesión que modificó la Ley de Riesgos del Trabajo.

Esto, tras el escándalo suscitado por una resolución de Anses (luego no oficializada) por la que se impulsaba un aumento jubilatorio menor al que correspondía. El impedimento, en este caso, no era una diferencia de fondo sobre el tema que se estaba tratando sino producto de la forma en la que el macrismo llevaba adelante determinadas políticas fuera del ámbito legislativo.

Las diferencias suscitadas aceleraron el final de la "luna de miel" entre el Gobierno y la oposición, y obligaron a que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, tenga que salir al ruedo a poner paños fríos.

Por su parte, el kirchnerismo se ocupó de disparar munición gruesa contra el jefe del PJ-FpV en el Senado, Miguel Pichetto. "Se convirtió en el delegado personal del presidente Macri ante el Partido Justicialista", señalaron algunos de sus integrantes.

Muchos de ellos le endilgaron que "responde al mandatario de turno" y que "es un hombre que pasan los gobiernos y que sigue siendo oficialista".Clima caldeadoDesde el radicalismo surgen varias voces que reclaman un rol más protagónico del partido en las decisiones gubernamentales.

En este contexto, las polémicas suscitadas por el caso Correo Argentino y las derivadas del cálculo de la movilidad jubilatoria no hicieron otra cosa que caldear los ánimos de propios y ajenos.

El senador Julio Cobos es uno de los que demanda un Gobierno más abierto al diálogo, luego de las marchas y contramarchas causadas por varias medidas. "No puede ser que la única voz que se escuche sea la de (Elisa) Carrió", afirma.

Lejos está de ser el único que eleva sus críticas. El diputado Ricardo Alfonsín advierte que si el radicalismo toma la postura de decirle que "" a todo lo que hace el Ejecutivo, prefiere no ser candidato.

Leopoldo Moreau, exdirigente radical, expulsado del partido por su alianza con el Frente para la Victoria, va más allá y le exige a la cúpula de la UCR que abandone el espacio Cambiemos.

"No hay lugar para medias tintas. Es ingenuo suponer que se puede ser el ala progresista de una fuerza de derecha empeñada en reponer la exclusión social, la concentración económica y el sometimiento de la política a esos objetivos", dispara.

Mario Negri, hombre clave en el Congreso para Cambiemos, se muestra convencido de que hay muchísimas decisiones del Gobierno que son evitables. "Ya no hay más margen para cometer errores", advierte.

Por lo pronto, este clima tenso tiene su correlato en el pedido de lugares preponderantes en las listas legislativas, tema clave del radicalismo en la cumbre nacional en Córdoba, en la que pidió relanzar Cambiemos y exigió un mayor protagonismo.El peronismo ya mueve fichasLas legislativas de octubre también servirán para que el peronismo pueda reacomodar sus piezas con miras a las elecciones presidenciales de 2019.

De hecho, varios de sus integrantes ya empezaron a reunirse para tratar de adelantar los tiempos. El PJ de la provincia de Buenos Aires se dio cita en la Quinta de San Vicente, aquella que fuera habitada por Juan Domingo Perón.

El encuentro tuvo como objetivo aunar fuerzas para reclamarle al Gobierno por la situación económica y los crecientes casos de conflictividad laboral.

Todos los sectores se hicieron presentes. Fueron parte del convite el kirchnerista Wado de Pedro, Leonardo Grosso, del Movimiento Evita y Oscar Romero del Bloque Justicialista, entre muchos otros.

Aún sigue siendo una incógnita si podrán avanzar en definiciones electorales debido a las diferencias internas que hay en el partido respecto de la estrategia que debe adoptar el justicialismo de cara a los comicios de octubre.

La presencia de Máximo Kirchner en el encuentro fue uno de los datos fuertes de la jornada. En algo coincidieron todos los presentes: apoyarán la marcha de la CGT del 7 de marzo. Precisamente esa movilización fue el punto que hizo que la reunión fuese exitosa.

Por su parte, desde el espacio que conduce Bossio niegan un acercamiento con Massa y destacan que la conformación de las listas es un tema que recién está comenzando a tratarse. Sin embargo, ya tiene acuerdos en otros distritos como, por ejemplo Chubut.

Luego de romper con el Frente para la Victoria y de crear su propio bloque -conformado por 17 diputados- el ex titular de Anses mantuvo un buen diálogo con miembros del Frente Renovador.

Por el momento, el vínculo solo se manifiesta "a nivel legislativo". No obstante, los sectores peronistas siempre mantienen conversaciones a pesar de sus diferencias.

La aparición del denominado "Correo-Gate" volvió a acercar al massismo con el ultra-kirchnerismo en cuanto a los cuestionamientos al Gobierno.

De hecho, Massa deslizó la posibilidad de presionar desde el Congreso para desactivar un acuerdo que no depende del Parlamento y que aún no fue homologado por la Justicia.

El Gobierno tomó nota, pidió volver el caso a "foja cero" y así se abrió una etapa de renegociación.

El panorama legislativo de este año está muy abierto de cara a octubre. La oposición se apura en tejer alianzas. El macrismo sabe que no puede cometer más errores.