Como era de esperar, la política dijo presente durante la 89na entrega de los Premios Oscars. Desde el monólogo de apertura, Jimmy Kimmel, conductor de la ceremonia, lo dejó  en claro.

Una de las “mimadas” de la noche fue la actriz Meryl Streep quien había tenido un cruce público con el flamante presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien la había definido como una intérprete “sobrevalorada” luego de que ella lo cuestionara abiertamente por burlar a un periodista discapacitado.

La actriz nominada este año por veinteava vez como Mejor Actriz fue ovacionada.

"Estamos aquí para honrar actores que parecen fabulosos, pero no necesariamente lo son. Y entre esos actores una en particular ha superado la prueba del tiempo por su trabajo poco inspirado y sobrevaluado", expresó irónicamente el conductor y la cámara enfocó a una tímida y risueña Meryl Streep.

"Por su trabajo mediocre en 'Memorias de África', 'La decisión de Sophie' y 'Kramer vs Kramer', Meryl Streep ha estado en más de cincuenta películas en una carrera sin brillo", siguió Kimmel, entre bromas.

"Más sorprendente aún es que este año no estaba en ninguna película, simplemente escribimos su nombre", bromeó el conductor. Y finalmente, pidió: "Por favor, vamos a darle a Meryl Streep un aplauso muy poco merecido”.

Los aplausos cerrados se multiplicaron. Todos los presentes se pusieron de pie y ovacionaron a la diva.

La polémica entre Streep y el presidente comenzó luego de un encendido discurso de la actriz en los Globos de Oro.

"Cuando los poderosos usan su posición para intimidar a otros, todos perdemos", fue una de las fuertes frases de la artista.

El presidente le respondió a través de las redes sociales: "Meryl Streep, una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood, no me conoce pero me atacó anoche en los Globos de Oro". "Ella es una lacaya de Hillary que perdió mucho", afirmó el mandatario.

Las tres veces ganadora del Oscar había cuestionado a Trump porque durante un mitin en Carolina del Sur el entonces candidato a presidente había burlado –imitándolo- al periodista del diario New York Times Serge Kovaleski, quien tiene una discapacidad física. El magnate luego negó que estuviera imitando al reportero.

"Me rompió el corazón cuando lo vi y aún no me lo puedo sacar de la cabeza porque no era en una película. Era la vida real", había criticado Streep.