El Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) afirmó que el proceso de suspensiones que General Motors está implementando en su planta de Rosario ha permitido evitar 400 despidos.

El Secretario General de Smata seccional Rosario, Marcelo Barros, fue quien valoró las suspensiones como una solución adecuada en el contexto de la crisis productiva que aqueja a General Motors. Además, respondió a posibles críticas por haberlas aceptado.

“Nosotros no entregamos a nadie. Este acuerdo se hizo en consenso con todos los delegados de comisión interna, sacando dos de ellos que no quisieron firmar. Fuimos tres días sector por sector de la planta, explicando a los compañeros cómo era el cobro y a dónde habíamos llegado; porque había 400 despidos, y ellos lo saben bien", explicó Barros en declaraciones a la radio La Ocho de Rosario.

Barros detalló que "había 400 despidos directos. Nosotros logramos entre los compañeros del consejo directivo de Smata y con los delegados de comisión interna (…), un acuerdo que pasó de despidos a suspensiones”.

La defensa de Barros también está relacionada con el descontento de algunos trabajadores suspendidos, que tuvo repercusión en medios locales, quienes manifestaron esta semana que las suspensiones eran ilegales y que Smata se había puesto del lado de la empresa en lugar de defender a sus afiliados.

El dirigente gremial señaló que en el marco del acuerdo por suspensiones, que es por nueve meses, 350 trabajadores cobrarán el 80 por ciento del sueldo. Pero advirtió: “si el gobierno nacional no mejora la industria automotriz, no sé lo que va a pasar. Hoy no puedo prometer nada”.

Robotización y actualización de modelosCon respecto al fabricante de la marca Chevrolet, Barros aprovechó para criticar algunas de las políticas empresarias de los últimos tiempos: “la empresa dejó de fabricar dos autos. Sólo produce un modelo. Además, pusieron tres robots en body, que tiene 60 trabajadores menos, pusieron otros tres robots en motores. Eso no es culpa nuestra".

El dirigente de Smata opinó que la empresa "no reemplazó los modelos que dejó de producir. Si GM tuviera productos nuevos para reemplazar el Corsa y el Agile, la situación sería mejor”.