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A pesar de haber tomado muchas medidas pro-mercado, los inversores quieren más austeridad fiscal y políticas sustentables para pedirle menos tasa al país
13/03/2017 - 16:29hs

A primera vista, Mauricio Macri cumplió con todos y cada uno de los requisitos para ser considerado un gobernante "market friendly".

Erradicar el cepo cambiario, lograr un acuerdo con los holdouts, volver a emitir deuda en los mercados internacionales, aumentar las tarifas (para empezar a desactivar la bomba de los subsidios), eliminar o reducir las retenciones y trabajar para reducir la inflación, fueron algunas de las medidas más resonantes en lo económico por parte del Gobierno.

Todas ellas, reclamadas por los inversores. Sin embargo, y a pesar de este esfuerzo, la Argentina sigue teniendo un nivel de riesgo país que duplica a los de sus pares de la región.

Se trata de un indicador -que elabora el banco JP Morgan- que muestra la sobretasa que debe pagar un emisor de deuda por encima de la ofrecida por los bonos de EE.UU.

¿Qué tan mal está la Argentina en la actualidad? Como se dijo, el indicador es uno de los que menos bajó en lo que va del año. Minetras que, en términos de su spread (o sea, la tasa), hoy se ubica bastante por encima que el de otras economías. 

Así, a pesar de haber aplicado políticas "pro-mercado", la Argentina de Mauricio Macri tiene un riesgo país de 456 puntos básicos, similar que a fines del año pasado. 

Como contrapartida, en el vecindario se observan niveles claramente inferiores: 

-Brasil, por ejemplo, cuya economía se desplomó más de 7% en los últimos dos años por la brutal recesión, paga una tasa de 290 puntos básicos más que el Tesoro de Estados Unidos. En paralelo, su riesgo país cede casi 11,6% en lo que va de 2017

-Colombia, que sigue aún sin resolver definitivamente su conflicto interno con la guerrilla de las FARC, tiene un nivel de spread de 211 unidades (-7,05% en el año). Es decir, paga menos de la mitad que Argentina.

-Uruguay, nación altamente dependiente de los vaivenes de la Argentina, ostenta un riesgo país de 216 puntos, con una reducción de casi 11,5% desde que arrancó el año. 

-Perú, otro ejemplo a destacar, muestra una de las tasas más bajas de Sudamérica, con 134 puntos, de la mano de una caída vertiginosa del 23,4% en poco más de dos meses

-Incluso México, que está en una potencial guerra comercial con la presidencia de Donald Trump, vio caer su riesgo país en 10,3% hasta llegar a las 208 unidades 

Observando el promedio que surge del Emerging Markets Bond Index (EMBI+), índice que mide el riesgo país, la región paga una sobretasa de 338 puntos básicos.

Es decir que la Argentina tiene que convalidar más de 100 puntos por encima del promedio de los emergentes al momento de tomar deuda.   

Un poco de historiaEl EMBI argentino venía de un recorrido muy positivo en este último tiempo: 

-Estaba en 542 puntos el día previo a los comicios del 25 de octubre de 2015.

-Al conocerse el triunfo de Cambiemos, cayó un 16%, para pasar a ubicarse en el orden de los 450 puntos. 

-El acuerdo con los acreedores hizo que se redujera otros 100 puntos básicos y que comenzara a moverse en los 350 (p.b.). 

De esta manera, el indicador pasaba a estabilizarse en niveles de 2011. Es decir, antes de que fuera electa por segunda vez Cristina Kirchner.   

Pero en abril del año pasado, y luego de que el macrismo emitiera los bonos para pagarle a los fondos buitre, el indicador referido a la Argentina trepó 27% en un sólo día, alcanzando los 488 puntos básicos.

Este aumento no respondió a algún dato o noticia económica negativa sino a la adecuación de la canasta de bonos que utiliza el JP Morgan para medir el índice de riesgo país. 

Así las cosas, el indicador se estabilizó en torno a las 450 unidades tal como está ahora, prácticamente sin cambios en el "punta a punta".

La "herencia" sigue pesando A la hora de encontrar las causas que sirvan para entender por qué no baja, el consenso del mercado habla de la pesada herencia en términos económicos.

No sólo lo que dejó el gobierno kirchnerista, sino que la Argentina ha sido un país poco predecible. De modo que poco más de un año de gestión no alcanza para borrar el "historial". 

Por eso, los inversores demandan un premio mayor para prestarle plata a un emisor cuyo registro de incumplimientos es muy alto.

En algún momento, un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) como Kenneth Rogoff, había catalogado a la Argentina como "defaulteador serial". 

No hay soluciones mágicas, se sabe, y eso sigue teniendo un impacto relevante en el costo de financiamiento que tiene no sólo el Tesoro sino las empresas y provincias

Ramiro Castiñeira, de Econométrica, detalla en forma muy clara de dónde viene la Argentina, algo que sirve para entender la incertidumbre que reina entre los inversores.

"El país viene de evitar su quinto colapso económico de las últimas décadas", señala el economista, quien enumera eventos como el "Rodrigazo, la tablita, la hiperinflación y la crisis de la convertibilidad", que se dieron por pisar precios o el dólar, en un contexto de déficit fiscal". 

Este Gobierno "logró liberar el mercado cambiario, el financiero, el comercial, los precios internos, salir del default, recuperar las estadísticas públicas y las relaciones internacionales. Todo ello permitió recuperar un piso mínimo de libertad económica. Pero los factores estructurales continúan", advierte Castiñeira.

Según el economista, hay males que aún atentan en este sentido, como la sobredimensión del Estado con fuerte déficit fiscal, sumado el déficit externo y energético. Factores que claramente demandarán años hasta que se puedan solucionar.

"El gradualismo elegido por factores políticos, como así también por lo fresco de los traumas acumulados, exige financiamiento externo. Pero si Argentina dilata el gradualismo, o peor aún, amaga con volver a recular, se pondrá en riesgo el financiamiento, trayendo al presente la crisis que hace sólo meses dejó atrás", alerta Castiñeira.

La mejora en la perspectiva de la nota que hizo Moody's hace apenas días tampoco alcanzará para mover el amperímetro del riesgo país.

Sucede que las calificadoras "van detrás del mercado" y los precios de los bonos (por ende el termómetro del JP Morgan) ya incorporó la última novedad para los inversores: el plan fiscal de Nicolás Dujovne.

El ministro de Hacienda -cuya tarea es cuidar la meta del déficit y, a la vez, lanzar un esquema tributario nuevo-, es el funcionario que podría haber actuado como impulsor de una baja del riesgo país.

¿Por qué no se logró una eventual reducción? Explican banqueros que el mercado quiere "ver para creer" y que si bien es una noticia positiva la iniciativa que tiene en carpeta, aún falta mucho para que los inversores le firmen un cheque en blanco al Gobierno.

"La Argentina puede hacer mejoras económicas pero tiene serios límites. La cuestión fiscal y política, especialmente en un año electoral con una administración no peronista, son claves para que haya cambios en el EMBI local", señala el gerente de un banco de primera línea.

Castiñeira coincide y dice que los inversores esperarán el resultado de las urnas para así corroborar si la Argentina ratifica de manera definitiva el camino elegido.

"En esta carrera de la globalización, el país se sumó en el último pelotón tras la caída del muro. Luego del porrazo del 2001, reculó más de una década y recién ahora pareciera que se propone volver a competir", señala el especialista, quien agrega que ahora, como en una maratón, la Argentina "corre contra sí misma". 

¿Piso o techo para el EMBI?Un análisis técnico que circuló entre directivos de un importante banco de inversión detalla el supuesto "piso" y "techo" que podría tener el riesgo país argentino.

Según este paper, en el mejor de los casos, el Gobierno estaría en condiciones de comprimir entre 60 y 80 puntos básicos hace bien "los deberes".

Es decir que podría quedar por debajo de las 400 unidades en el mediano plazo.

¿Qué tendría que pasar? Para ello, el análisis detalla que debería lograr un crecimiento económico de 3% en los próximos 2 años, conseguir una inflación por debajo del 20% para el mismo período y avanzar con reformas institucionales que hagan "sustentables" esas mejoras.

Lo positivo es que no ven que el nivel actual de riesgo país tenga margen para trepar mucho más. 

Imaginan que se estabilizará si no hay novedades en el plano doméstico, pero siempre atentos a lo que suceda con las tasas en Estados Unidos.

Este último no es un dato menor: cualquier temblor por las políticas que pueda llegar a aplicar Donald Trump, por mínimo que sea, siempre es un factor que podría impactar en el EMBI de Argentina.

En el Ministerio que conduce Luis "Toto" Caputo creen que hay espacio para seguir reduciendo el spread, aunque paulatinamente. 

"Si hacemos las cosas bien podemos compensar cualquier suba que se produzca en la tasa de Estados Unidos. De todas formas, algo sano es reducir la dependencia al financiamiento externo", reconoce el titular de Finanzas.

Por ahora, no pareciera que el Gobierno tiene chances de ostentar niveles de riesgo país similares a los que ostentan otras naciones del vecindario. 

Al buen alumno del mercado, que ya avanzó con muchos cambios, aún no le alcanza para conformar al los inversores, que piden más y más señales. No sólo económicas y financieras. También electorales