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Participaron de una reunión secreta para bajar las tensiones dentro de la central y apoyaron que la huelga se realice entre el 4 y 6 de abril
10/03/2017 - 15:05hs

Los artífices de la CGT unificada volvieron a escena el jueves para contener el fuego cruzado que expuso la marcha del martes pasado. Se trata de Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló.

Los tres jefes sindicales participaron de una reunión secreta de la conducción de la CGT y respaldaron que el jueves próximo el consejo directivo de la central defina la fecha del paro. Una medida que la entidad demora desde el año pasado y que será la primera huelga contra el Gobierno de Mauricio Macri.

La protesta sería entre el 4 y el 6 de abril. Así lo propusieron los gremios del transporte, con un peso insoslayable para paralizar el movimiento diario, aunque también lo pedían los bancarios -que están fuera de la directiva- y los metalúrgicos.

Se trata de unos días más de gracia para el Gobierno respecto de la fecha que se barajó inicialmente en febrero, cuando trascendió que el paro sería en la segunda quincena de marzo.

En la sede de Obras Sanitarias, acordaron además un documento crítico de los incidentes que descolocaron a la dirigencia y que forzaron su salida rauda, antes de que finalizara la movilización, según informó La Nación.

El pronunciamiento apunta al kirchnerismo y la izquierda, dos sectores que en los últimos días fueron identificados por la CGT como los autores de los disturbios. Una hipótesis que sirve, a la vez, para desdibujar la interna y mostrar a la central unida.

Con la imagen todavía fresca de un escenario copado por manifestantes, varios sindicalistas prefieren hacer un paro sin marcha. Esa es la modalidad que propuso ayer en declaraciones a la prensa el titular de Smata, Ricardo Pignanelli, y que realizó por su cuenta en las terminales, para desmarcarse de la confederación. 

Tras la protesta, el Gobierno invitó a los gremios de la industria a una mesa sectorial para atender las quejas por el impacto de las importaciones sobre ele empleo. Entre los convocados para el martes próximo se encuentra Caló, líder de la UOM, Pignanelli, junto a los textiles.

Sin embargo, en la CGT desconfían de que para esa fecha pueda haber una solución que evite el paro.

Dentro del triunvirato, Juan Carlos Schmid planteó la idea que levantó el año pasado la CGT, de un decreto para frenar la ola de despidos y suspensiones.

Otro de los temas que se tocó fue la inflación. El INDEC registró en febrero una suba del 2,5% superior a 2,1% relevado por los gremios.

Los fondos de las obras sociales también fueron motivo de preocupación. Temen, como trascendió, que Luis Scervino, el médico cercano a los gremios que ocupa Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS), deje su cargo.

El hombre de José Luis Lingeri se vio envuelto en la pulseada judicial entre dos prepagas. La SSS es el organismo que administra los millones de pesos de las obras sociales sindicales. Pero Scervino negó ayer a La Nación su salida de la SSS.

Lingeri informó en la mesa chica sindical que Triaca colocó un funcionario de su riñón para supervisar los fondos que la SSS transfiera a los gremios.

También encendió la alarma entre los sindicalistas el allanamiento de la AFIP a la obra social de los gastronómicos, de Barrionuevo, por presunta evasión con facturas truchas.

Nadie olvida que por esa maniobra, el extitlar de La Bancaria, José Zanola, terminó preso durante el Gobierno de Cristina Kirchner.

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