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En la primera vuelta de ofertas no vinculantes se arrimaron ofertas por un banco que está valuado en u$s2.000 millones. El papel del Banco do Brasil
15/03/2017 - 14:02hs

El plazo establecido para recibir las ofertas no vinculantes por el Banco Patagonia cerró el viernes pasado. Las entidades que se presentaron fueron Macro, Galicia y Francés, que arrimaron ofertas para un banco que está valuado en unos u$s2.000 millones, aunque existe algún concenso que si se ofrecen unos u$s1.500 millones, se bajará el martillo. 

Banco do Brasil contrató a JPMorgan Chase & Co, que apunta a un proceso dual: mientras trabaja en la estructuración de su colocación en el mercado de capitales en Wall Street, en paralelo tratan de conseguir una oferta para vender el banco.

En el mercado ven como favorito al Macro, que contrató a Goldman Sachs para que los asesore en el armado de la adquisición. Luego de arduas conversaciones entre los dos número uno, se estaría decidiendo una recompra de las acciones en poder de Banco Do Brasil.

Brito compraría lo necesario para ser accionista mayoritario y Stuart Milne no vendería su parte, a menos que la OPA sea exitosa; porque lo primordial es comprar la cantidad necesaria de Banco do Brasil y el resto que sea oferta pública. "Esto encaminaría a la tan mencionada fusión", revela uno de los conocedores de los pormenores de la operación.

En el ambiente financiero entienden que va a ser un proceso largo, pero la decisión de Do Brasil de desprenderse parece certera. Patagonia está ‘vistiendo a la novia’, típico en un proceso de M&A donde el sell-side es el interesado.

El contexto cambió en el sector, permanecer en el negocio requiere mayor volumen, crecer orgánicamente es una opción imposible para Patagonia, y difícil para Macro.

Esto sucede en un marco donde la rentabilidad de los bancos cae por el alza de costo de fondeo en relación a los ingresos. Como consecuencia de la baja de tasa, los márgenes se achican y el negocio requiere volumen para permanecer.

En rigor, en muchos de los países latinoamericanos de inflación de un dígito no hay más de cinco bancos que compiten por el mercado minorista.

La posibilidad de venta comenzó con la cláusula de Stuart Milne para irse, pero se pospuso tanto la salida a Bolsa como la venta por las negociaciones que se están llevando a cabo.

Es una negociación confidencial: puede que Stuart Milne se desprenda de todo en oferta pública, o lo posponga. Que Banco do Brasil quiere salirse es un hecho. Permanecer en el negocio requiere inversiones que no está dispuesto a hacer.

Un escenario como el actual beneficia más que nada a las entidades con mayor "market share", que son la mayoría de las cotizantes en la Bolsa, que por lo general tienen una elevada cobertura geográfica a nivel nacional y una amplia plataforma de negocios.

Este no es el caso de los denominados bancos medianos, a los que se les complica cada vez más permanecer en el negocio, que requiere un mayor volumen.

En tal sentido, la opción que se les presenta es tratar de superar sus problemas de estructura o plantear la opción de venta, como es el caso del Banco Patagonia.

Algo similar sucedería en el caso del Banco Comafi, que muestra problemas de calidad de cartera, mayoritariamente volcada al sector comercial, lo cual impacta en su resultado acumulado.

En el actual contexto económico, tal distribución implica pérdidas de negocios -actuales y eventuales- alto grado de incobrabilidad (en aumento) y, en consecuencia, caída de la rentabilidad a niveles preocupantes.

De hecho, el porcentaje de la cartera irregular sobre el total de las financiaciones casi duplica al promedio del grupo similar de entidades (3,2% vs. 1.8%).

Resulta aún más grave lo que sucede con la cartera de consumo, que alcanza al 6,8% del total. Es decir 2,5 veces superior a la de su grupo de referencia.

En cuanto a sus resultados, según los últimos datos disponibles, están "planchados": entre julio y noviembre de 2016 ganó prácticamente lo mismo que en el segundo semestre de 2015, con una inflación que en el período no dio tregua.

También el Comafi presenta cierta ineficiencia operativa que se refleja, por ejemplo en que los depósitos y préstamos -medidos en términos de cantidad de empleados- resultan inferiores al promedio de la competencia.