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El diseño es a la carta y el cliente puede elegir el color del pelo, ojos e incluso las reacciones. Pero son demasiado delicadas para ser prostituidas  
16/03/2017 - 21:28hs

Samantha pesa unos 40 kilos, tiene unas medidas de 90-55-90, los ojos verdes y una larga cabellera morena. Su creador, Sergi Santos, es un científico catalán experto en nanotecnología. Porque Samantha es una muñeca sexual con inteligencia artificial. 

Santos afirma que el diseño es totalmente a la carta y que el cliente puede elegir el color del pelo, ojos e incluso las reacciones.

"Yo he hecho un algoritmo para ella, y este algoritmo he intentado que se parezca al cerebro humano. Ella procesará lo que tú le has hecho y entonces interpretará lo que tú quieres hacer en el futuro. No sólo es una muñeca a medida sino que va aprendiendo las costumbres del usuario ", explica Santos.

La muñeca lleva un microprocesador en la cabeza y es capaz de tener respuestas familiares o cariñosas. De hecho, tiene tres versiones: la familiar, la romántica y la sexual.

Afirma que se ha centrado en hacer un producto al alcance de todos. Por la capacidad que tiene de interactuar, aporta un componente afectivo. Samantha es capaz de decir de 600 a 700 frases, aunque Santos afirma que puede llegar a reproducir muchas más.

El científico decidió sacar las muñecas en el mercado después de que en Barcelona se abriera un prostíbulo de muñecas, en estos momentos cerrado pero que anuncia que volverá próximamente. Eso sí, Santos ha puntualizado que sus muñecas son demasiado delicadas para ser prostituidas.