El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a ser noticia por una de sus excentricidades.

Este viernes, antes de comenzar una reunión con la premier alemana Angela Merkel y cuando los fotógrafos esperaban el clásico apretón de manos entre mandatarios, Trump se negó a saludar a su invitada.

Se trata de la primera visita de Merkel a la Casa Blanca desde que el magnate está en el poder. Y, probablemente, la primera vez que un dirigente de otro país le haya “cortado el rostro”.

De hecho, los fotográfos acreditados gritaron a coro “Handshake, handshake” (“apretón de manos”) y hasta Merkel le preguntó: “¿Quiere que nos demos la mano?”.

El mandatario le esquivó la mirada mientras daba palmadas hacia los costados. Por su parte, su invitada intentaba mirarlo y lanzó una sonrisa el desaire.

La secuencia se hizo viral porque el gesto encierra un mensaje a la dirigente más poderosa de Europa: Merkel encabezó las políticas europeas para recibir refugiados, en tanto que Trump se esmera en evitar el ingreso de extranjeros a EE.UU. con su “veto migratorio”.